jueves, 23 de mayo de 2013

En la periferia de Rosario se podrá construir hasta 10 metros de alto


Si todo marcha bien, en dos semanas quedará reglamentado el perfil urbano de los llamados cordones perimetrales. Se trata de extensas franjas que ocupan el 70 por ciento de la ciudad, más allá de las vías del Ferrocarril Belgrano, calle Marull y bulevar Seguí.
La Capital | 
En la periferia de Rosario se podrá construir hasta 10 metros de alto
 Allí la construcción será casi homogénea, no más de 10 metros de altura, con viviendas familiares y multifamiliares pero no colectivas y concentrando edificios de 6 o 9 pisos sólo en las avenidas.
En esta zona el punto de fricción está en la convivencia entre las actividades productivas y residenciales. Al respecto, en 60 días presentarán en sociedad el Plan Integral de Suelo Productivo, que prevé la relocalización de las industrias más contaminantes.
Ayer, la presencia en el Concejo del titular de Planeamiento municipal, Pablo Barese, permitió avanzar un par de casillas hacia la aprobación definitiva del Código Urbano. "La reunión fue muy productiva, todos los concejales estamos convencidos de que tenemos que terminar con el Plan Urbano y aprobar el reordenamiento de los cordones perimetrales, que es lo único pendiente", explicó Jorge Boasso, titular de la comisión de Planeamiento.
¿Cuáles eran las últimas puntadas? Entre otras, índices de ocupación, alturas y usos admitidos. Ahora sólo falta que las anotaciones acordadas que se llevaron en carpeta los representantes del Ejecutivo se plasmen en las normativas. Si esto ocurre, quedarán fijadas las normativas urbanísticas para la zona que se extiende más allá de las vías del Ferrocarril Belgrano, calle Marull y bulevar Seguí, y que da origen a cuatro cordones perimetrales que llevan el nombre de sus zonas cardinales: norte, noroeste, oeste, sur y sudoeste.
Hay acuerdo."Tenemos acuerdo sobre la necesidad de aprobar la normativa con urgencia", coincidió Barese. Y dijo que el encuentro permitió clarificar las dudas y sugerencias planteadas por los concejales sobre el documento que la Municipalidad envió en septiembre del año pasado al Palacio Vasallo, sobre el reordenamiento urbanístico de los llamados cordones perimetrales.
Para el funcionario, los tiempos corren y favorecen las distorsiones, que suelen ser moneda corriente a la hora de utilizar el espacio, más allá de lo permitido.
Por lo pronto, en esta extensa área se prevén alturas "casi homogéneas" de no más de 10 metros de alto, viviendas familiares o multifamiliares pero no colectivas, concentrando las edificaciones de mayor altura, planta baja y 6 o 9 pisos en sus principales avenidas.
Fricción. Si para el área central y el primer anillo la altura de las construcciones es el término en disputa, en los cordones perimetrales ese lugar lo ocupa la convivencia entre la vida cotidiana de los vecinos y el alto perfil industrial de la zona. Según Barese, la nueva reglamentación saldaría el problema. "Habrá un reordenamiento generando previsibilidad para ambos sectores", dijo el funcionario sobre los usos permitidos.
Al respecto, Barese señaló que para la zona se fijaron tres categorías con respecto a las permitidas en el anterior código urbano que data de 1967. A modo de ejemplo, las actividades que estén más en contacto con las áreas residenciales serán "los menos restringidos, como los depósitos". El resto de las actividades productivas, siempre de acuerdo a su nivel de contaminación, tendrá una década para radicarse en sectores a convenir.
Estas disposiciones forman parte de lo que será el Plan Integral de Suelo Productivo, en que trabajan las áreas de Planeamiento y Producción y darán a conocer en los próximos 60 o 90 días. Las mismas incluirán el relevamiento de los procesos productivos, así como las áreas de relocalización.
El nuevo Plan Urbano de la ciudad insumió extensos debates en otros tantos tramos de tiempo. En el 2008 se aprobó la normativa para el área central y su primer anillo (zona ubicada entre bulevar Oroño, avenida Pellegrini, 27 de Febrero, Vera Mujica y avenida del Valle).
Casi al finalizar 2012, se legisló para el segundo anillo que va desde las calles citadas hasta las vías del Ferrocarril Belgrano, calle Marull y bulevar Seguí, primer límite de los cordones perimetrales, cuyos indicadores podrían quedar reglamentados dentro de dos semanas.

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