Intentará un relanzamiento tras las denuncias que debilitaron su imagen. Contará con el apoyo de 19 intendentes y más de un millón de pesos para movilizar
En su peor momento desde la crisis de 2008, el Gobierno espera realizar el lanzamiento de la campaña electoral con una movilización de medio millón de personas a la Plaza de Mayo. Será el próximo sábado 25, con la excusa de recordar la revolución de 1810 pero con la intención de festejar la “década ganada”, un concepto acuñado por el oficialismo para resaltar los logros de la era K y desechar las críticas de la oposición.
La única oradora será Cristina Fernández de Kirchner, que cerrará el acto cerca de las 21. Antes, tocarán Fito Páez, Silvio Rodríguez y el Coro Bolivariano de Venezuela, entre otros.
Para hacer semejante demostración de fuerza, el oficialismo no recurrió a las agrupaciones juveniles sino al tradicional peronismo del Conurbano. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, encargado de la logística, se reunió con los 19 intendentes de la tercera sección electoral para asegurarse de que desplieguen militantes en micros y de que les garanticen una vianda a los asistentes.
También se juntó con los diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires para no dejar cabos sin atar. Según reconstruyó PERFIL, pidió una movilización “familiar” con alta presencia de jóvenes, chicos, murgas y alumnos de escuelas de fútbol, por ejemplo. El Gobierno busca un evento popular, no sólo de militantes.
Cada intendente garantizará entre treinta y cincuenta colectivos que trasladarán a cerca de veinte mil personas. Cada uno cuesta 1.300 pesos, por lo que el costo del traslado de la movilización de los 19 jefes comunales rondaría los 800 mil pesos.
Los intendentes también aportan la vianda de comida para cada uno de los asistentes por un costo de entre diez y veinte pesos por persona, que sumarían 300 mil pesos. Es decir, sólo la logística del Conurbano se llevará más de un millón de pesos.
Ese día, la Presidenta asistirá al tedéum en Luján, esquivando una vez más las hostiles homilías de la Catedral metropolitana, donde ya no estará Jorge Bergoglio sino un hombre de su confianza, Mario Poli. Entre los organizadores existe cierta bronca porque las actividades comenzarán a las 4 de la tarde, y la Presidenta dará su discurso por la noche. “¿Qué hacemos con la gente hasta esa hora?”, se preguntó un dirigente K en diálogo con PERFIL.
El kirchnerismo quiere demostrar que es la única fuerza política capaz de concentrar tanta gente para un acto, y busca, además, superar la convocatoria del 18 de abril, el cacerolazo que se hizo en contra del Gobierno nacional. Mientras se prepara la movilización, el Gobierno analiza posibilidades para armar las listas legislativas. Alicia Kirchner sigue sonando como eventual cabeza de lista de diputados nacionales en la Provincia, a pesar de su “mal desempeño” durante las inundaciones en La Plata, según confiaron en el entorno de la primera mandataria.
El objetivo del oficialismo no es sólo ganar, sino hacerlo con una ventaja “aplastante”respecto del segundo, como ocurrió en 2011. El Gobierno quiere lograr un tercer mandato para Cristina. Cuando le preguntan por 2015, ella responde: “Día por día”. Cuando se le pregunta por estas elecciones, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, contesta: “No hay que pensar en las elecciones de 2011 sino en las de 2009”, cuando el kirchnerismo perdió.
La apuesta es conseguir más del 40% de los votos en la Provincia y lograr la atomización del voto opositor, que le permita al kirchnerismo aplastar al segundo y mitigar las derrotas en Santa Fe, Córdoba y la Ciudad.
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