Un transformador se rompió y dejó a media planta paralizada. Buscan alternativas para minimizar el impacto y garantizar los recursos. La producción se verá disminuida por lo menos durante dos meses.
.La Capital |
Directivos de la metalúrgica de Acindar ubicada en la ruta provincial 21 a la altura de Villa Constitución y dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica buscan solucionar y minimizar las consecuencias que ocasiona la rotura ocurrida el viernes de la semana pasada del principal transformador eléctrico de la planta, que desde entonces se encuentra funcionando al 50 por ciento. Se estima que la reparación llevaría no menos de tres meses y desde el gremio confían en que no se tomarán medidas en perjuicio de los más de dos mil empleados —entre propios y terceros— que dependen de la fábrica.
Un paliativo a la crítica situación, que se generó el viernes a las 19 cuando se averió el más importante de los cuatro transformadores que posee la planta, será el aporte de la EPE, que ya comenzó con las tareas necesarias para extender 10 megavatios desde una fábrica contigua. Asimismo, Acindar pondrá en marcha una usina eléctrica propia que estaba fuera de servicio, la cual generará 4 megavatios más. "Con esto no se llega a cubrir la demanda para abastecer todo, pero por lo menos alcanzará para sostener algunas maquinarias que hoy no están funcionando", explicó Héctor Ibarra, secretario gremial de la UOM en Villa Constitución.
Los obreros que trabajaban en los sectores paralizados "continúan desempeñándose en las mismas áreas, pero con tareas reasignadas", comunicó el dirigente gremial.
Operando con cuidado. El sindicalista remarcó que un equipo de ingeniería industrial se encuentra en plena tarea de aplicar criterios de diagramación y racionalización de las actividades, de manera que no se superponga el funcionamiento de determinadas herramientas que demandan mucha energía, y así evitar el colapso del deficiente sistema eléctrico.
"Hay que ser muy cuidadosos con la operación de las máquinas, especialmente con los dos trenes de laminación y con los dos hornos eléctricos: cuando termina de trabajar uno, ahí recién ahí comienza el otro", graficó Ibarra.
Por otra parte, trascendió que hay posibilidades de que el transformador averiado se pueda reparar, aunque desde la empresa continúan en plena tarea de rastrear si en el país existen los repuestos necesarios para su puesta a punto, o si será preciso adquirirlos en el exterior.
De todas maneras, no se descarta, en función de los resultados que arroje la evaluación de los costos, la compra de transformadores de menores dimensiones que reemplacen al dañado.
"Necesitamos tranquilidad". El secretario gremial villense se mostró conforme y optimista en cuanto al accionar de la patronal: "Tenemos fe de que esto se va a solucionar y lo antes posible porque los vemos (por la patronal) trabajar en serio, palpamos su compromiso".
La expectativa tanto desde el gremio como desde la empresa es que entre 45 días y dos meses se vuelva a trabajar con normalidad. "No puedo negar que la situación es preocupante, pero hay que salir adelante. Tanto ellos como nosotros no queremos perder clientes, no nos conviene bajo ningún punto de vista a ninguna de las dos partes", reflexionó Ibarra.
Por último, el dirigente recordó que "Villa Constitución depende de la metalurgia. Necesitamos tranquilidad".

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