Ocurrió en Oberá, en una fiesta clandestina para adolescentes con canilla libre. Además amenazó a una hermana de la víctima
Fractura de clavícula, golpes y cortes en diferentes partes del cuerpo padeció un chico de 15 años brutalmente agredido por un empleado municipal, que organizó una fiesta para menores de edad con canilla libre en su propio domicilio, burlando todas las restricciones del Código de Nocturnidad.
El hecho ocurrió en la madrugada del 2 de febrero pasado en una vivienda particular de calle El Mensú de esta localidad. La madre del menor denunció penalmente al funcionario por la paliza y posteriores amenazas. Según la denuncia de Herminia Arias, su hijo asistió al evento en compañía de otros menores y cada uno abonó 70 pesos para acceder al lugar.
El dueño de casa lo atacó porque supuestamente rompió el vidrio de una ventana. Así, sin mediar palabras, el sujeto le propinó un golpe por la espalda y el menor salió trastabillando, pero el agresor le dio alcance en la vereda y siguió castigándolo sin que nadie actúe.
Fue tal la brutalidad, que el chico sufrió fractura de clavícula y contusiones múltiples. “Mi hijo está haciendo rehabilitación con kinesiología y tenemos que hacerle los estudiosneurológicos y psicológicos, porque no está bien. Casi no habla y está con mucho miedo. Pido que la Justicia actúe, porque los mismos médicos me dijeron que se pudo haber muerto por los golpes que recibió”, señaló Arias.
Ayer, en diálogo con El Territorio, la mujer confirmó que se entrevistó con el intendente,Ewaldo Rindfleisch, para alertarlo sobre el accionar del funcionario acusado. “No puede ser que tenga trabajando a una persona que organiza fiestas clandestinas y es un asesino en potencia”, opinó.
Menores en riesgo
El empleado municipal en cuestión se desempeña en la dirección de catastro. Arias confirmó que lo denunció por la agresión y posteriores amenazas.
“Al otro día del hecho mi hija que tiene 18 años le preguntó: ‘por qué le pegaste así a mi hermano’, y le contestó que le iba a pegar a él y a ella también las veces que sean necesarias. Por eso hice una segunda denuncia por amenazas”, remarcó.
Esa noche su hijo salió con amigos y la señora desconocía que iría al evento clandestino. “Después me contó que pagó 70 pesos la entrada y era con canilla libre. Había cerveza, vino, fernet. No puede ser que un funcionario lucre con menores de 14 y 15 años, es una vergüenza”, lamentó.
El agresor tiene 27 años y practica fisicoculturismo. Para colmo, según Arias, con la primera trompada su hijo quedó sentido y luego se desvaneció en la calle. “Pero le siguió pegando y, según los testigos, a patadas le rompió la clavícula”, señaló indignada.
También tuvo reparos para con el accionar del personal de guardia del Samic, lo que derivó en una denuncia en el Juzgado de Instrucción II. Según Arias, en la madrugada del hecho lo atendieron dos enfermeras y le aplicaron un medicamento sin supervisión médica. Tampoco asentaron los datos del menor en el registro de guardia ni dieron aviso a los padres.
El hecho ocurrió en la madrugada del 2 de febrero pasado en una vivienda particular de calle El Mensú de esta localidad. La madre del menor denunció penalmente al funcionario por la paliza y posteriores amenazas. Según la denuncia de Herminia Arias, su hijo asistió al evento en compañía de otros menores y cada uno abonó 70 pesos para acceder al lugar.
El dueño de casa lo atacó porque supuestamente rompió el vidrio de una ventana. Así, sin mediar palabras, el sujeto le propinó un golpe por la espalda y el menor salió trastabillando, pero el agresor le dio alcance en la vereda y siguió castigándolo sin que nadie actúe.
Fue tal la brutalidad, que el chico sufrió fractura de clavícula y contusiones múltiples. “Mi hijo está haciendo rehabilitación con kinesiología y tenemos que hacerle los estudiosneurológicos y psicológicos, porque no está bien. Casi no habla y está con mucho miedo. Pido que la Justicia actúe, porque los mismos médicos me dijeron que se pudo haber muerto por los golpes que recibió”, señaló Arias.
Ayer, en diálogo con El Territorio, la mujer confirmó que se entrevistó con el intendente,Ewaldo Rindfleisch, para alertarlo sobre el accionar del funcionario acusado. “No puede ser que tenga trabajando a una persona que organiza fiestas clandestinas y es un asesino en potencia”, opinó.
Menores en riesgo
El empleado municipal en cuestión se desempeña en la dirección de catastro. Arias confirmó que lo denunció por la agresión y posteriores amenazas.
“Al otro día del hecho mi hija que tiene 18 años le preguntó: ‘por qué le pegaste así a mi hermano’, y le contestó que le iba a pegar a él y a ella también las veces que sean necesarias. Por eso hice una segunda denuncia por amenazas”, remarcó.
Esa noche su hijo salió con amigos y la señora desconocía que iría al evento clandestino. “Después me contó que pagó 70 pesos la entrada y era con canilla libre. Había cerveza, vino, fernet. No puede ser que un funcionario lucre con menores de 14 y 15 años, es una vergüenza”, lamentó.
El agresor tiene 27 años y practica fisicoculturismo. Para colmo, según Arias, con la primera trompada su hijo quedó sentido y luego se desvaneció en la calle. “Pero le siguió pegando y, según los testigos, a patadas le rompió la clavícula”, señaló indignada.
También tuvo reparos para con el accionar del personal de guardia del Samic, lo que derivó en una denuncia en el Juzgado de Instrucción II. Según Arias, en la madrugada del hecho lo atendieron dos enfermeras y le aplicaron un medicamento sin supervisión médica. Tampoco asentaron los datos del menor en el registro de guardia ni dieron aviso a los padres.
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