Para la Cámara Penal no hay pruebas suficientes que permitan tener la certeza de cómo ocurrieron los hechos. Fabián Casarini había sido sobreseído por el crimen de Andrés Arduvino, ocurrido en abril pasado en su estudio jurídico.
La Capital |
Cinco meses atrás el abogado Fabián Héctor Casarini fue sobreseído por la Justicia en el marco de la causa que lo investigaba como el autor del crimen de Andrés Arduvino, un muchacho con antecedentes penales al que presuntamente sorprendió dentro de su estudio jurídico una madrugada de abril del año pasado. Aquella medida fue apelada y el expediente llegó a la Sala IV de la Cámara Penal que ayer revocó el fallo al entender que "no existe evidencia" de que el letrado haya obrado justificadamente para ser sobreseído y ello en virtud de las serias dudas que la investigación dejó latentes. En la misma resolución, los camaristas revocaron el procesamiento dictado a Marcela Soledad Sánchez, la joven que acompañaba a la víctima fatal al momento del episodio. De esta manera, el expediente volverá al juzgado de origen para avanzar en la investigación.
Todo ocurrió a las 2.30 del 8 de abril de 2012. Andrés Arduvino caminaba junto a Marcela Sánchez, su pareja, cuando decidió pasar por el edificio de Montevideo 1629 en cuya planta baja Casarini tenía su estudio y su vivienda. El muchacho ingresó a la propiedad mientras la chica lo esperó en la puerta. Minutos más tarde Arduvino salió por una ventana, totalmente ensangrentado y murió más tarde en el hospital Provincial como consecuencia de nueve puñaladas que había recibido. Desde ese momento en la causa se escucharon dos relatos disímiles.
El abogado Casarini sostuvo que no conocía a Arduvino y que lo sorprendió robando en su estudio. Que hubo un forcejeo en el que le sacó al intruso un cuchillo y que en la lucha lo apuñaló "en defensa propia". Tras el ataque, el muchacho alcanzó a escapar por una ventana forzando un barrote. La otra versión la aportó Marcela Sánchez, quien dijo que al pasar por el edificio su novio le dijo que iba a ver a una persona para pedirle metadona (una droga para la rehabilitación de adictos) y que poco después su pareja salió ensangrentada por la ventana.
Mienten. En septiembre pasado la jueza de Instrucción Mónica Lamperti sobreseyó a Casarini al entender que actuó en legítima defensa. La magistrada valoró que hubo una agresión ilegítima del atacante, racionalidad en el modo de repeler esa agresión e inexistencia de provocación de parte de quien se defendía. En el mismo fallo la jueza procesó a Marcela Sánchez como coautora del delito de robo agravado en grado de tentativa. Los abogados de la joven, Marcos Cella y Germán Mahieu, apelaron la medida.
En la instrucción de la causa la fiscal Cristina Herrera había planteado incógnitas sobre la investigación. Y esas mismas preguntas llevaron a la Sala IV de la Cámara de Apelación en lo Penal (integrada por Rubén Darío Jukic, Daniel Fernando Acosta y Adolfo Prunotto Laborde) a revocar los fallos y pedir que se avance en la pesquisa para esclarecer las dudas que persisten.
En un breve pero contundente fallo los camaristas sostienen que "no es posible suscribir el juicio de certeza que se emite al disponer el sobreseimiento de Casarini". Y entienden que, "además del dato de que en el interior del domicilio se verificó una lucha entre Casarini y Arduvino con empleo de un elemento cortante, la única evidencia rescatable de lo actuado en la causa es la de que ambos imputados (Casarini y Sánchez) no están diciendo toda la verdad de lo ocurrido esa madrugada y han ocultado aspectos que resultan claves para clarificar lo sucedido, provocando un panorama de dudas serias y relevantes que no posibilitan sostener los pronunciamientos impugnados".
Por qué entró. Los jueces admiten que "es indudable la presencia de indicadores de un ingreso violento o forzado de Arduvino al domicilio de Casarini, pero sin que los mismos comprendan al mismo tiempo un propósito de robo". Remarcan que Marcela Sánchez admitió que su novio "robaba" pero también que "era incapaz de hacerlo llevándola a ella". Y entonces, dicen los camaristas, "debe reconocerse que tal alternativa permanece en paridad de condiciones junto a otras hipótesis verosímiles acerca de cual fue el motivo del ingreso" a la casa.
En ese orden, los jueces dicen que "todo da cuenta de la imposibilidad de que un ser humano pueda desprender el barrote de la reja de la ventana por la que no sólo Casarini sino la misma Sánchez dice que Arduvino salió de la vivienda y la corroboración técnica de que ese barrote fue arrancado con el empleo de una llave inglesa" secuestrada en el lugar 16 días después del crimen.
"Miente Sánchez cuando afirma que ella con sus manos arrancó el barrote de la reja y que lo hizo al final del suceso para posibilitar la salida de Arduvino ensangrentado", dicen los jueces. Y manifiestan que "no puede darse andamiaje a la conjetura de que haya sido Casarini quien una vez terminado un suceso haya desprendido el barrote para simular un ingreso violento a su vivienda".
Los camaristas dan por probado que el barrote fue arrancado con la llave inglesa que apareció en el departamento, pero les llama la atención que haya sido encontrada 16 días después y a posterior de varias inspecciones. Estaba "en una caja de cartón en la habitación correspondiente a la ventana cuya reja fue afectada, debajo de unos papeles". Ante eso los jueces se preguntan: "Si el barrote fue desprendido con esa llave y conforme la postura de Casarini y la opinión del perito tal maniobra se realizó desde la vereda por parte del intruso, cómo y por qué estaba dentro del departamento y oculto en una caja". Y responden: "No parece lógico ni verosímil que haya sido Arduvino quien tras desprender el barrote la haya entrado y ocultado antes de enfrentar al dueño de casa".
Los jueces dicen que "si bien las pericias apuntan a la mayor probabilidad de un ingreso forzado por la ventana, ese dato y la sorprendente circunstancia de que la llave fue encontrada en el departamento llevan a pensar en alguna alternativa de ingreso normal por la puerta de la vivienda como aduce Sánchez".
Comportamiento. La Sala penal no dejó de lado el comportamiento de Casarini tras el hecho. Los camaristas dicen que "es capaz de generar suspicacias al no adecuarse al esperable de cualquier persona en una ocasión semejante y menos a la de un abogado asistido por un amigo también abogado". En ese sentido mencionan que recibieron a los policías en el pallier del edificio y le dijeron que habían sido víctimas de un escruche sin dejarlos ingresar al departamento a sabiendas de la cantidad de sangre que manchaba pisos, paredes y aberturas.
Tampoco Casarini hizo mención a la llegada de una vecina que fue la primera en prestarle ayuda y lo llevó al hospital. Y aunque el abogado dijo que buscó asistencia médica en el sanatorio Plaza, ocultó que fue tras estar en el hospital Provincial, donde había ingresado malherido Arduvino momentos antes.
Los magistrados dicen que "fue Marcela Sánchez la que en el hospital Provincial y en la comisaría 2ª dijo que su compañero había sido herido en la vivienda de Casarini", porque de no ser así no había otro elemento que permita vincular la muerte de Arduvino "con el supuesto escruche en el estudio" e iniciar a partir de ello toda la investigación.
En cuanto al no hallazgo de drogas en el departamento de Casarini, elemento que la novia de Arduvino dijo fue a buscar el muchacho, la Cámara dice que "en una secuencia de acciones y ocultamientos como los mencionados, los interesados tuvieron tiempo suficiente para sacar de allí cualquier elemento que no quisiera mostrarse".
La conformidad de una parte
Marcos Cella y Germán Mahieu, defensores de Marcela Sánchez y patrocinantes de la mamá de Andrés Arduvino, dijeron estar “conformes con el fallo” de la Cámara ya que “existen varios puntos oscuros a partir de la versión brindada por el imputado Casarini”, lo que imposibilitaba “hablar de certezas” y mucho menos de “legítima defensa”. Además recordaron que el fallo ahora revocado generó la tramitación de otra causa en el juzgado de Instrucción 4 cuando la mamá de Arduvino “reaccionó de mala manera al sufrir una crisis nerviosa cuando fue notificada de la resolución” de primera instancia.
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