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martes, 14 de agosto de 2012

CENTRAL SUMÓ 37 JUGADORES DESDE QUE BAJÓ A LA B NACIONAL

El descenso afectó el funcionamiento de la vida de Rosario Central. Reformuló objetivos, aceleró procesos, transformó costumbres y potenció peligrosos vicios. Desde que bajó a la B Nacional, la entidad canalla adoptó una agitada agenda de incorporaciones que incluye una larga lista de 37 jugadores en tres temporadas. Una política que desnuda la desgastante ansiedad que corre detrás de la necesidad de subir de categoría.
La Capital | 
En esa nómina de diferentes clases de promesas, que llegaron con la intención de conformar un aporte de valor para tratar de cambiar la realidad auriazul y devolverlo a primera división, hay 22 futbolistas que se pusieron por primera vez la camiseta canalla (Diego González, Guizasola, Medina, Charles Monsalvo, Peppino, Sergio Rodríguez, Shaffer, Toledo, Biglieri, Vismara, Alderete, Ricky Gómez, Lombardi, Mozzo, Salinas, Monje, Caranta, Gagliardi, Freitas, Lagos, José Luis García y Bracamonte).
También se cuentan 11 jugadores que tenían pasado en el club (Kily González, Zarif, Méndez, Rivarola, Castillejos, Paulo Ferrari, Lequi, Talamonti, Encina, Aguirre y Vallejo). Y además, tres que llegaron hace poco a la institución y todavía no debutaron como Carlos Casteglione (fue al banco ante Sarmiento pero no entró), Javier Yacuzzi y Fernando Enrique.
En tanto, la incorporación de Méndez hay que contarla dos veces porque el mendocino regresó a principios de 2011 con Rivoira, se fue a mitad de año a Boca, y luego volvió cuando estaba Pizzi en enero de 2012.
Esa inquietud que aumenta el vértigo de los acontecimientos en la rutina interna de Central, obliga a caminar con una mochila repleta de presiones, siempre cerca del error y con propensión a los tropiezos. No hay licencias, tiempos de espera, ni de adaptación. Y esa exigencia desemboca decididamente en una estación de desbordes, manotazos al aire y etapas interrumpidas prematuramente.
Sólo algunos se salvan de la ferocidad de la crítica. Como el caso de Gonzalo Castillejos, quien sin dudas fue el jugador que más rindió con una producción de 27 goles (26 en la B Nacional y 1 en la Copa Argentina) en 43 partidos.
El Chucky Medina fue el que más encuentros disputó y llegó hasta 71 cotejos, más allá de algunos cuestionamientos que todavía giran en torno de su figura. Y dentro del cuadro positivo, también se puede inscribir a Méndez, quien a pesar de sus altibajos, es el único que le aportó un salto de calidad al equipo.
Por su parte, fue muy floja la participación de muchas opciones que trajo Central en estos años en la faz ofensiva. Vale destacar que entre Charles Monsalvo, Maxi Lombardi, Rodrigo Salinas y Leonardo Monje sumaron entre los cuatro jugadores 36 participaciones y aportaron un solo gol (el chileno Monje a Desamparados de San Juan 2-1, en el primer partido de local en 2012).
Tampoco dejaron una huella importante en el club el Pulpo González, las locuras de Shaffer y las expulsiones del peruano Guizasola.
Es tanta la locura que persigue a Central que ni siquiera le permitió tener a Cristian González una despedida acorde a su enorme trayectoria futbolística. Palma le bajó el pulgar para marcar la cancha en una pulseada sin sentido, y el Kily debió dejar su Arroyito natal sin los flashes que realmente merecía.
Esa misma zozobra, se devoró un defensor con pasado como Lequi, la vocación de servicio de Zarif, la paciencia de Vismara, y la resistencia física de Mozzo y Talamonti.
En un escalón con marcados grises de levedad se estacionan Peppino, Sergio Rodríguez, Toledo, Biglieri, Rivarola, Alderete, Ferrari, Ricky Gómez y los repatriados Aguirre y Vallejo.
Para este campeonato, Russo, un técnico de experiencia y con crédito de la casa ganado de antemano, ya sumó 10 jugadores con la idea fija de conseguir el ansiado ascenso. Una meta que encuentra desde hace dos años serias dificultades y que hasta ahora contó con escasa ayuda por parte de los refuerzos.

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