Frente al anuncio de la Municipalidad acerca de que obligará a que todos los taxis tengan equipos GPS (rastreo satelital) antes de evaluar un aumento de la tarifa, referentes del servicio exteriorizaron su rechazo. Es que, argumentaron, la medida recargará los costos y no sumará beneficios para los usuarios.
La Capital |
"Actualmente, tener un GPS cuesta unos 130 pesos por semana, sólo de manutención, y el equipo supera los 2 mil. A todo esto lo tenemos que pagar los titulares", se quejó el líder del Sindicato de Conductores de Taxis, Francisco Báez. Y advirtió que "lo peor es que el sistema está dominado por las empresas de radiotaxis".
"No nos oponemos a que controlen la presencia de los taxis en la calle durante su horario. Ocurre que lo hacen recargando los costos. Si la Municipalidad quiere que tengamos GPS, lo debería proveer ella", subrayó el sindicalista.
Los taxistas explicaron que no pueden trabajar menos de 12 horas, porque de lo contrario no les rinde, y por eso ponen reparos a los controles.
"Si no trabajamos, no comemos", resaltaron. A su vez, destacaron "la injusticia" que implica la obligatoriedad del uso del GPS y la radio.
En esa línea, Báez detalló: "Sólo el 7 por ciento de los viajes los consigue la radio. El resto es lo que hacemos en la calle".
La Municipalidad obligará a todos los coches de alquiler a contar con GPS y radio para fiscalizar en tiempo real cuántas horas circula cada unidad.
El anuncio, como respuesta a los pedidos de aumento de tarifa, no cayó bien entre los dueños de los coches de alquiler.
Los titulares de licencias advirtieron que aumentarán los costos del servicio pese a que todavía no se oficializó la decisión de la administración de Mónica Fein de incrementar la tarifa.
Además, los taxistas potenciaron sus demandas por la inseguridad en la ciudad. Y fueron claros: "El GPS, como sistema de prevención, fue un auténtico fracaso".
La exigencia del municipio fue decodificada como una presión más por los taxistas que se sienten "inseguros y mal pagos".
"El problema es que faltan colectivos y a la Intendencia no le conviene sumar frecuencias, porque es mucho más lo que gana un chofer de ómnibus que un taxista, y además tienen que mantener los coches", se quejó Báez.
El gremialista también bramó frente a los problemas de tránsito en el centro de Rosario y la inseguridad.
A su vez, el titular del Sindicato de Peones de Taxis (SPT) de Rosario, Horacio Boix, se mostró conforme con la medida del municipio tendiente a lograr un ordenamiento "para mejorar el servicio".
Pero también le exigió a un grupo de 600 titulares de licencias que ponga choferes en sus unidades."Actualmente, tener un GPS cuesta unos 130 pesos por semana, sólo de manutención, y el equipo supera los 2 mil. A todo esto lo tenemos que pagar los titulares", se quejó el líder del Sindicato de Conductores de Taxis, Francisco Báez. Y advirtió que "lo peor es que el sistema está dominado por las empresas de radiotaxis".
"No nos oponemos a que controlen la presencia de los taxis en la calle durante su horario. Ocurre que lo hacen recargando los costos. Si la Municipalidad quiere que tengamos GPS, lo debería proveer ella", subrayó el sindicalista.
Los taxistas explicaron que no pueden trabajar menos de 12 horas, porque de lo contrario no les rinde, y por eso ponen reparos a los controles.
"Si no trabajamos, no comemos", resaltaron. A su vez, destacaron "la injusticia" que implica la obligatoriedad del uso del GPS y la radio.
En esa línea, Báez detalló: "Sólo el 7 por ciento de los viajes los consigue la radio. El resto es lo que hacemos en la calle".
La Municipalidad obligará a todos los coches de alquiler a contar con GPS y radio para fiscalizar en tiempo real cuántas horas circula cada unidad.
El anuncio, como respuesta a los pedidos de aumento de tarifa, no cayó bien entre los dueños de los coches de alquiler.
Los titulares de licencias advirtieron que aumentarán los costos del servicio pese a que todavía no se oficializó la decisión de la administración de Mónica Fein de incrementar la tarifa.
Además, los taxistas potenciaron sus demandas por la inseguridad en la ciudad. Y fueron claros: "El GPS, como sistema de prevención, fue un auténtico fracaso".
La exigencia del municipio fue decodificada como una presión más por los taxistas que se sienten "inseguros y mal pagos".
"El problema es que faltan colectivos y a la Intendencia no le conviene sumar frecuencias, porque es mucho más lo que gana un chofer de ómnibus que un taxista, y además tienen que mantener los coches", se quejó Báez.
El gremialista también bramó frente a los problemas de tránsito en el centro de Rosario y la inseguridad.
A su vez, el titular del Sindicato de Peones de Taxis (SPT) de Rosario, Horacio Boix, se mostró conforme con la medida del municipio tendiente a lograr un ordenamiento "para mejorar el servicio".
Pero también le exigió a un grupo de 600 titulares de licencias que ponga choferes en sus unidades.
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