viernes, 15 de julio de 2016

La provincia probará pulseras para controlar arrestos domiciliarios

Es una prueba piloto que se realizará con 200 condenados. Funcionan de manera parecida a los botones de pánico


Prueba piloto. Si el detenido sale del área permitida, el 911 recibe una alerta inmediata


Unos 200 santafesinos condenados a prisión domiciliaria podrían ser los primeros en probar el sistema de control por pulsera electrónica que el gobierno provincial ya tiene en camino de implementación. Así lo indicó a Diario UNO el subsecretario de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Lisandro Martínez Gorostiaga, quien además explicó que los dispositivos estarán conectados a la central 911 donde se activará una alarma cuando el portador de la pulsera salga del perímetro de su casa.
"Se trata de dispositivos que tienen incorporada una geolocalización parecida a la que se usa con los botones de pánico. El software va a estar desarrollado por empresas locales, lo que nos va a permitir realizar los ajustes y cambios necesarios", indicó el funcionario y agregó que la inversión total, entre equipos y desarrollo tecnológico asciende a 20 millones de pesos.
Los requerimientos legales para poder utilizar este tipo de herramientas de control están previstos en el Artículo 28 de la Ley 24.660 de ejecución de pena privativa de libertad. Sin embargo, desde la Secretaría de Asuntos Penales, ya están armando un protocolo para que sea más fácil identificar en qué casos puede ser aplicado y cuál es el cupo disponible.
"La prueba piloto será con personas condenadas y que tienen que cumplir la pena en su domicilio, ya sea por enfermedad, por edad o por tener un familiar a cargo. En segundo término, podría ser para casos de ofensores sexuales o en casos en los que se establezca una restricción perimetral, y en última instancia también podría ser utilizado para casos de presos con salidas transitorias", sostuvo Martínez Gorostiaga.
—¿Cuáles son las ventajas de implementar estos controles?
—En primer lugar, genera un control mucho más preciso. En los casos de restricciones de acercamiento, por ejemplo, ya no van a depender solo de la voluntad de las personas. Pero además, va a significar que se tenga que disponer de menos cantidad de policías dedicados a controlar los cumplimientos de medidas judiciales.

Controles directos
El funcionamiento de la pulsera está pensado para que el alerta de la violación de las condiciones de detención llegue al juez casi en forma inmediata. Una vez que a un condenado se le asigna una de las pulseras, se le da ingreso o alta en el sistema de información de la Dirección de Control y Asistencia Pospenitenciaria. Una vez cargada la información, se envía al Centro de Monitoreo que controla la efectividad de la medida.
Las pulseras van a tener una serie de alertas que van a impactar en el 911 y desde allí se va a avisar a la patrulla o móvil más cercana para corroborar la violación. Luego, esa información que llega a Control y Asistencia Pospenitenciaria, es remitida al juez de ejecución de pena para que decida si mantiene o le quita el beneficio de la prisión domiciliaria a la persona condenada.

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