Del mismo participó el ministro
de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein. Se llevó a cabo
ayer en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
Nacional del Litoral.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein,
participó este lunes del primer simulacro en vivo de juicio por jurados,
organizado por el Centro de Estudios Municipales y Provinciales
(Cemupro) y los Consejeros Directivos Estudiantiles del MNR, en el patio
de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
Nacional del Litoral (UNL), en la ciudad de Santa Fe.
Durante la apertura de la actividad, el ministro de Justicia y
Derechos Humanos expresó que “este tipo de experiencias son una forma de
instalar el tema y reflexionar sobre el juicio por jurados, una opción
que está prevista en la Constitución y en algunas provincias ya está
funcionando”.
“El juicio por jurados toma hoy mayor relevancia porque es público
que cada vez se cuestiona más el funcionamiento del Poder Judicial,
especialmente en casos penales. Este tipo de juicios surgió para darle
legitimidad a la manera de resolver los conflictos, ya que es una forma
de acercar los problemas a la sociedad a través de su participación en
la resolución. Las provincias argentinas que ya lo han incorporado lo
han hecho para delitos de mucha gravedad”, señaló Silberstein al
participar del simulacro en la UNL.
Asimismo, el ministro provincial remarcó que “el juicio por jurados
es una manera de acercar la sociedad a la Justicia” y detalló que “en
la experiencia que ha habido a nivel nacional, paradojalmente los fallos
no son muy diferentes a los que hubiera tomado un juez”; y reconoció
que “planteamos empezar a trabajar estos instrumentos que acerquen al
Poder Judicial y le otorgue las herramientas necesarias”.
En la misma línea, el funcionario señaló que “el debate de juicios
por jurados se plantea en la sociedad porque es una manera de que los
ciudadanos se involucren en la problemática penal y participen en la
resolución de los conflictos y, por otro lado, para que se visualice la
complejidad de las condenas, ya que existe una brecha entre la justicia y
la sociedad, siendo la comunidad la que se manifiesta cada vez más ante
quienes son condenados y vuelven a reincidir”.
Por último, Silberstein cuestionó al sector que sostiene que las
penas no sirven, ya que terminan desviando el eje del conflicto: “No se
discuten las garantías de los procesos, sino, si las penas cumplen
alguna función y cuál es la función de la pena. Lo que hay que empezar a
discutir es el diagnosticismo pugnitivo. Hay quienes piensan pero no
dicen que las penas no sirven para nada, sin embargo, sostengo que las
penas sirven y mucho”.
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