Esta semana el ministro de seguridad tratara de involucrar de cualquier manera y a cualquier costo a policías en la desaparición de armas en un intento desesperado para evitar su caída.
Envuelto en el mayor escándalo de los últimos años y tal cual lo dijimos con seria implicancias institucionales y legales, Maximiliano Pillaro tratara de derivar responsabilidades en la institución policial y tender un puente de dialogo y reconciliación a la Suprema Corte de la Provincia que esta semana saldrá obviamente con un comunicado oficial que será catastrófico en el tablero político y que se llevaría puestas las aspiraciones de Raúl Mamerto como Defensor del Pueblo.
Los “Pullaros Boys” sabiendo de esta movida, se supone para el día lunes o martes, a través de un ministro de ese alto organismo y el propio Procurador Barraguirre (dos piezas claves para entender el mecanismo de encubrimiento del tema armas), intenta ganar tiempo y pegar primero a policías que suponen con la guardia baja.
Este escenario ideal para el ministerio es en realidad el idealizado; la realidad es otra y sabemos que hubo desde el viernes pasado reuniones reservadas donde participaron comisarios generales en actividad y retirados además de sindicatos policiales y otras ONGs del sector que no permitirán esa injusta acción y saldrán a la población con una postura clara y pruebas irrefutables que volverán las sospechas a su cauce natural.
Fuente: Edición 24
APROPOL
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