Desarrolladores independientes inventaron un formato para que los paneles solares absorban la energía de las gotas de lluvia.
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La necesidad imperiosa de dejar de emitir dióxido de carbono a la atmósfera congeniaba con reemplazar recursos, como el petróleo, que algún día desaparecerán. El futuro es de las energías renovables. Aunque siempre su principal desventaja es la dependencia de la meteorología. Sin sol no se puede conseguir electricidad. La tecnología ahora intercedió para que la renovabilidad de las energías no tenga excusas. El grupo de científicos chinos liderado por Qunwei Tang está desarrollando una célula solar que se aprovecha del grafeno para obtener dividendos.
Se llama solar-pluviale y fue descrita en la revista Angewandte Chemie International Edition. El panel solar está recubierto por una capa de grafeno del grosor de un átomo. El grafeno es un material hiperfino, flexible, más resistente que el acero, barato de producir y con una gran conductividad que promete revolucionar la mayoría de industrias. Por obra y gracia de las generosas propiedades de este elemento, las células ganan facultades para nutrirse de energía mediante las precipitaciones.
Esto se explica porque las gotas de lluvia no están formadas únicamente de agua pura. En su composición hay sales que se disocian en iones positivos y negativos. El sodio, el calcio y el amonio están cargados positivamente e integran estas gotas que proceden de la lluvia. Estos iones reaccionan con el grafeno para conformar lo que los especialistas en electrónica de potencia hacen llamar un "supercapacitor". Esta diferencia de energía potencial entre la capa de grafeno y la de agua es tan significativa que es capaz de generar una corriente eléctrica fuerte mediante el intercambio de electrones.
Si bien el rendimiento del sistema de almacenamiento se potencia en los días lluviosos, los cálculos de los científicos se oscurecen cuando sale el sol. La performance de las células fotovoltaicas con recubrimiento de grafeno responde con menor proporción a los rayos solares: reduce la eficiencia del 20% de los paneles solares tradicionales a un 7%.
Esto hace que la innovación continúe en fase de diseño y experimentación. Los investigadores no podrán comercializarla hasta mejorar sus utilidades. La solar-pluviale sería una instalación sustentable que podría combinarse y complementarse con las energías renovables convencionales en regiones del planeta con menor insolación y mayor humedad. Que los paneles solares no deban depender exclusivamente del sol para generar energía es una tecnología esperanzadora.
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