La empresa de Villa Constitución, a través de su CEO, comunicó que no continuará con la actividad y que pagará la indemnización. La Comisión Interna de la planta no se resigna y espera la asunción del nuevo presidente.
/La Capital |
La noticia les fue confirmada ayer a los representantes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) por Fabián De Sousa, CEO del Grupo Indalo, propietario de la firma autopartista, en una reunión llevada a cabo ayer en Buenos Aires.
"El panorama es crítico y negro", había adelantado escuetamente a LaCapital una alta fuente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución, ayer por la tarde, antes de la asamblea que los trabajadores llevaron adelante esta mañana en la puerta de la planta.
El hombre de confianza de Cristóbal López hizo el anuncio en la previa al vencimiento para la efectivización de los despidos.
De todos modos, los trabajadores tienen la intención "resistir" hasta la asunción del nuevo gobierno (10 de diciembre) de acuerdo a lo que resolvieron en la asamblea de esta mañana, en conjunto con delegados de Acindar y otros talleres metalúrgicos.
“Vamos a resistir para recuperar el trabajo, incluso hasta el cambio de gobierno, para el que llegue diga algo, porque el que se está yendo se hace ya el desentendido”, sentenció Leandro Del Greco, miembro de la comisión interna de Paraná Metal.
En este marco, la decisión de la empresa es que los trabajadores ya no ingresarán a la planta y recibirán la indemnización correspondiente en tres cuotas, en el plazo de 45 días, luego de que en la reunión del lunes el CEO de la empresa había planteado que fuese a seis meses en cuotas.
Hace unos meses, a fines de agosto, y luego de mcuho tiempo de discusiones y negociaciones, el conflicto laboral en esa planta tuvo su repercusión nacional cuando un intruso logró colar el reclamo por la continuidad de los puestos de trabajo en Showmatch, el programa que conduce en Canal 13 Marcelo Tinelli.
Días antes se había conocido la decisión de Indalo de entregar 180 telegramas de despido y dio a entender que la firma se encaminaba al cierre.
Los conflictos en Paraná Metal se intensificaron en diciembre del 2008 cuando los directivos paralizaron la planta y suspendieron a casi 1.200 empleados propios y de empresas contratistas. La empresa había pedido su propio concurso de acreedores y se lo comunicó a la UOM.
Los cambios en la conducción no lograron evitar una crisis que culminó con la amenaza de cierre en 2008. Para evitarlo, en 2009, tras un acuerdo con el Ministerio de Trabajo, López hizo aportes económicos hasta que en diciembre hizo uso de la opción de compra. No obstante el conflicto continuó y alcanzó su máxima expresión con cortes de ruta durante más de un mes, en septiembre del 2010. El acuerdo alcanzado entonces fue celebrado por los trabajadores y los villenses. Pero la situación se fue haciendo cada vez más complicada y ya el posible cierre de la firma era un secreto a voces.
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