Una nueva audiencia relacionada con el reclamo de colonos de Bigand para renovar los contratos de aparcería en las tierras de la familia fundadora del pueblo se desarrolló ayer en el Ministerio de Producción.
La Capital |
El funcionario provincial explicó que también se citó a los directivos de la fundación Honorio Bigand, que administra esos campos, aunque no asistieron. "Los volveremos a citar", dijo.
Los productores le habían expresado al gobierno provincial, a principios de agosto, su temor de que la fundación no les renueve los contratos. Son 14 colonos que piden la renovación por diez años, como fue "uso y costumbre" desde los primeros acuerdos que se hicieron con Victor Bigand tras el grito de Alcorta. Este vínculo involucra a una veintena de familias agricultoras que trabajan más de 3.000 hectáreas de campo. Cuando murió la última heredera de la familia propietaria, legó los bienes a una fundación de bien público. Tras una movilización de los colonos, en conflicto con el entonces albacea de la herencia, se renovaron los contratos por otra década.
Ese plazo comienza a vencer y volvió la tensión. Estos colonos, acompañados por la Federación Agraria, denunciaron presiones de la fundación Bigand para que entreguen los campos, fundamentalmente en los casos de sucesores de aparceros fallecidos.
La fundación. La fundación respondió a través de dos notas enviadas a este diario. Negó presiones y relató que a fines de 2014, a pedido de los productores, "aceptó la prórroga" de los contratos, que vencían el 31 de diciembre de 2015, hasta el 31 de mayo de 2016. Esto les permitía hacer soja. Aseguró que en 2013 y 2014 se mantuvieron reuniones "personales" con cada colono y "se firmaron nuevos contratos con los aparceros que trabajan la tierra, sin problema alguno y a precios de mercado". Reafirmó también su decisión de mantener la figura de aparcería, más conveniente para los colonos.
Negó además que se hubieran enviado notificaciones para la entrega de campos y dijo que ya se firmaron nueve prórrogas hasta mayo. Enfatizó que los colonos que no las firmaron "son los únicos afectados por su propia decisión". Aludió a la imposibilidad de "prorrogar jurídicamente" contratos "vencidos" por fallecimiento. Y señaló que hay colonos que subalquilan los campos.
Los colonos. Durante la reunión de ayer, los productores rechazaron la versión de la fundación y reclamaron la renovación inmediata de los contratos por diez años, "como se hizo históricamente". Para su representante legal, Mauricio Rosell, es la mejor muestra de la voluntad de acordar con los aparceros. Denunció, en ese sentido, que la extensión del contrato hasta mayo, "totalmente innecesaria desde el punto de vista legal", fue "un engaño" para hacerlos firmar "la entrega del campo y un convenio de desalojo".
Aseguró que la propia fundación fue la que exigió a los colonos que enviaran correos para solicitar la prórroga hasta mayo, si querían negociar una renovación del contrato. "Algunos le hicieron caso pero cuando vieron lo que querían hacerles firmar, no lo hicieron", explicó. También señaló que las entrevistas personales de la entidad con los aparceros eran en realidad "reuniones a los que se los citaba por separado para amedrentarlos".
En este marco, los representantes de FAA presentes en la reunión insistieron en denunciar una maniobra para terminar con la histórica relación contractual de esos colonos, empezando por "trabar la renovación de las aparcerías a los sucesores de los agricultores fallecidos". Recordaron que está en vigencia una ley provincial que suspende los desalojos rurales y adelantaron que el tema estará en las asambleas que viene realizando la organización.
Asamblea. También habrá una asamblea la semana próxima, citada por la comisión comunal de Bigand. En tanto, el gobierno provincial prometió convocar a una nueva audiencia.
El secretario de Coordinación de la FAA, Gustavo Tettamanti, dijo que "esta semana fue un punto de inflexión" en el conflicto, ya que ante tamaña incertidumbre uno de los colonos sufrió un ACV".
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