lunes, 17 de agosto de 2015

“Hay mucho bache en torno a la historia de San Martín”

Felipe Pigna habla de su libro sobre el Libertador de América, en el que brinda detalles hasta el momento poco conocidos u olvidados del prócer más importante de la historia argentina.
Foto: Télam


“José de San Martín es uno de los hombres más nombrados y más homenajeados de nuestro país y a la vez, paradójicamente, uno de los menos conocidos en toda su dimensión. Las miles de calles (una por pueblo o ciudad) que llevan su nombre, las centenares de plazas, los tantos y tantos monumentos y bustos poco nos dicen de este hombre que lo dio todo por su país, que se comprometió hasta sus últimos momentos con la suerte de sus habitantes”.

Así comienza la sinopsis del libro La Voz del Gran Jefe, escrito por el celebrado historiador Felipe Pigna. El reconocido escritor y conductor habla de su obra y también de su vida y cómo llegó a ser uno de los autores más leídos en nuestro país y el resto de los países hispanohablantes.

—¿Qué cosas nuevas aporta este libro sobre San Martín?

—Hay mucho bache en torno a la historia de San Martín en las cosas más importantes, como el ejercicio del poder que hizo en Cuyo. Él fue el que creó algunos principios que hoy están instalados y son moneda corriente, pero antes eran una novedad. Por ejemplo, la salud y la educación pública, la preocupación por el régimen carcelario y la estimulación a los productos locales. Era una persona muy formada, con mucha lectura filosófica y política. San Martín realizó un excelente gobierno en Cuyo y son cosas que se las menciona al pasar pero son fundamentales en la vida de él.

—¿Cómo fue el proceso para realizar el libro?

—Fue un gran sueño que siempre tuve y por eso tardé tanto en concretarlo. Tuve que investigar mucho, conocí lugares en donde estuvo exiliado, busqué en esos archivos para dar nuevos datos sobre su vida.

—Siendo el historiador más leído y respetado del país, ¿cuándo comenzó tu interés por la historia?

—En la infancia, pero se reforzó en la escuela secundaria, donde tuve dos experiencias. Una muy mala porque tuve una pésima profesora que tenía una visión muy conservadora del mundo. Entonces empecé a investigar la historia por mi cuenta. La segunda experiencia fue en quinto año de la secundaria. Estábamos en plena dictadura militar y tuve a una gran profesora de apellido Iacometti, que fue una increíble docente y me ayudó a terminar de decidirme por estudiar historia.

—¿Qué les dirías a los que comienzan a estudiar esa carrera?

—Cuando uno estudia una carrera espera hasta el final para convencerse de que es parte de su vida. Hay que comenzar a vivirlo antes y leer sobre historia más allá de lo que nos dan en la facultad. Hay que vivirlo a pleno y ver las contexturas históricas todo el tiempo.

—¿Cómo creés que se van a estudiar en un futuro estos últimos años políticos?

—El kirchnerismo y el menemismo son dos de las etapas de la democracia sobre las que más se ha escrito e historiado. En estos 12 años hay muchos libros de las dos partes, los que los detestan y los que los elogian. Hay mucho material para los que quieran hacer una historia de estos años. También este tiempo va a ser recordado por el rol de la oposición, que ha sido muy importante.

—Si hoy revivieran Alem o Yrigoyen y ven al radicalismo actual, ¿qué creés que pensarían?

—Tendrían mucha tristeza porque han tenido la peor elección en toda la historia. Pensar que la UCR obtuvo más del 50 por ciento de los votos con Alfonsín… Es un partido que está en extinción por decisión de sus líderes, que decidieron pasarse a una derecha recalcitrante que nunca tuvo que ver con los radicales. Salvo cuando estuvo Torcuato de Alvear en 1922 y De la Rúa en el 2000, siempre el radicalismo fue de centroizquierda. Ahora, Yrigoyen, Illia y Alfonsín deben de estar muy tristes viendo cómo le han entregado el partido a la derecha argentina.

—¿Cómo hacés para estar en TV, radio, investigar y escribir libros, todo al mismo tiempo?

—Puedo cumplir con todo lo que hago porque es una pasión. Tengo una fuerte disciplina, me levanto muy temprano y laburo mucho todo el día. Disfruto cada cosa que hago, hay que hacerse tiempo para todo, lo que no quita que uno tenga sus preferencias. A mí lo que más me gusta es escribir, y después la radio. La tele me gusta pero tiene menos magia que la radio y la escritura.

—Los historiadores, por lo general, son apasionados, ¿por qué?

—Lo lindo de esta carrera es que nunca hay posibilidad de aburrirse o de sentirse satisfecho, siempre va a faltar algo. Eso impide la soberbia estúpida de aquel que se cree que lo sabe todo, en realidad es un pobre infeliz. Siempre estoy curioso, ávido, me gusta viajar a todas partes del país. Para mí no hay interior, para mí es todo parte del país. Me causa bronca que digan historia regional porque cada parte de nuestro territorio es nacional. Se ha instalado ese concepto espantoso de que la historia es la de Buenos Aires, nada más. Hay mucho para aprender a lo largo de la vida.

Algo Habrán Hecho y el sueño de otra edición en la televisión

Uno de los programas culturales más exitosos del país y por el que saltó a la popularidad Felipe Pigna fue Algo Habrán Hecho por la Historia Argentina. Este ciclo fue conducido por el escritor junto con Mario Pergolini.

El programa relataba distintos hechos históricos de la Argentina, mezclando el documental con la ficción y estuvo al aire durante tres temporadas. Repasó la historia desde el año 1806, con las Invasiones Inglesas, hasta 1944, cuando el General Juan Domingo Perón conoció a Eva Duarte. El historiador Felipe Pigna se encuentra muy satisfecho con haber realizado este programa tan exitoso.

“Algo Habrán Hecho nació a partir de la participación que tuve en el programa de radio de Mario (Pergolini), Tal Cual Es. Ahí tenía una columna muy atípica que duraba hasta una hora y era muy divertida. Entonces terminábamos los programas y él me decía que tendríamos que hacer algo en la tele”, recuerda Pigna sobre este éxito que llegó a medir 25 puntos de rating, batiendo un récord para un programa cultural. Con la idea en la cabeza, llegó el momento de llevarla a cabo. “Un día decidimos hacerlo y nos sentamos durante unos días en su productora Cuatro Cabezas a ver qué salía. Era un sueño, una locura, tenía mucha exigencia en términos de costo y de poner el cuerpo, porque tuvimos que realizar muchos viajes a todo el país”, agrega.

De aquella primera edición han pasado 10 años, pero como sigue presente en la memoria colectiva, siempre está la posibilidad de una nueva entrega. “Es muy visto en las escuelas, lo que nos da gran alegría y orgullo. Siempre tuvimos una visión muy humilde sobre el programa, la idea era estimular a que la gente continúe investigando. Queríamos mostrarle un aperitivo de la historia”, subraya el historiador.

—¿Puede haber una cuarta edición en la que se cuente la historia desde 1944 en adelante?

—Está el sueño de hacerlo. Estamos juntos de nuevo con Mario en la Radio Vorterix. Somos conscientes de que es muy difícil porque es un programa caro, pero las ganas están.

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