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jueves, 16 de julio de 2015

ROSARIO Restituyen por 30 días la custodia a Adriana Abaca, la mujer que denunció a bandas narcos

Si bien la mujer recibió esa información, personal de Gendarmería le dijo que la misma era "sin plazo". La mujer aseguró que cumplió con su deber al denunciar a los narcos. Adriana Abaca dijo que su libertad "representa la libertad de todos los rosarinos".
La Capital | 
Restituyen por 30 días la custodia a Adriana Abaca, la mujer que denunció a bandas narcos
 Adriana Abaca, la mujer que desde hace varios años viene siendo hostigada por haber denunciado a bandas narcos que operaban en la zona de 27 de Febrero y Circunvalación, fue notificada hoy por la justicia federal que le fue repuesta desde hoy la custodia al frente de su casa, al menos por 30 días, plazo en que deberá pedir la renovación de la misma.
La custodia a la vivienda de la mujer le había sido retirada por espacio de una semana, lo que motivó que Abaca realizara ayer un acampe en la puerta de los Tribunales Federales de Rosario.
Entre otros incidentes, en agosto de 2012 y en noviembre de 2013 la mujer debió soportar que le acribillaran a balazos el frente de su casa. En la madrugada del 30 de mayo de 2014 intentaron incendiar el patrullero que la custodiaba. Y el 17 de junio de ese mismo año apedrearon su casa y le quebraron un brazo a uno de sus hijos.
Esta tarde, en declaraciones a La Capital y luego de brindar una entrevista para un canal de la ciudad de Buenos Aires, Abaca contó que "se ve que cayó como un estruendo en los medios esto, porque a mí en la Fiscalía me comunicaron hoy que la custodia se va a prorrogar por 30 días. Después me hicieron una nota para un medio de Buenos Aires donde contaba esto, que estaba construyendo en otro lugar para irme a vivir con toda mi familia. Pero yo no cuento con los medios económico como para que la construcción sea rápida, y mucho menos en 30 días. Por eso me parecía una burla lo que me proponían. Se ve que gracias a la intervención de los medios, a quienes siento que les debo la vida, hace un ratito llegó personal de Gendarmería para notificarme que la custodia volvía. Cuando le pregunté si era efectivamente por 30 días, el gendarme me dijo que no, que no tenía límite de tiempo".
De todos modos, Abaca dijo que no se iba a quedar tranquila "porque no me voy a quedar con lo que me dijeron ellos. A mí no me dieron nunca ninguna notificación, yo no firmé nada. Por eso no creo mucho en esto. Por eso dentro de 15 días voy a volver a Fiscalía. Ya me pasó, me confié y de un día para el otro me dejaron sin custodia".
Consultada sobre si habían mermado las amenazas hacia su persona y su familia, Alicia comentó que "no, esto es constante. Hemos llegado al punto de decidir irnos porque no da para más. Vivir con la incertidumbre de no saber por cuanto tiempo vamos a vivir con una custodia. Segundo, la custodia es para el frente de mi casa. Tengo que salir, mis hijos tienen que hacer actividades. Yo tengo la parada de colectivos a 20 metros de mi casa y me da miedo ir hasta allí. Tengo chicos de distintas edades que necesitan retomar su vida normal".
Acerca de su situación en el Programa de Protección al Testigo dijo que "toda mi familia se puso de acuerdo, y somos muchos, para irnos de aquí. Pero ellos indicaron al juzgado que no todos los miembros de mi familia se había puesto de acuerdo. Eso es mentira porque nunca volvieron a buscar una respuesta. A mi casa llegó a venir el director nacional de protección al testigo, un señor de apellido Díaz".
Cuando se le preguntó si estaba arrepentida de haber tomado la decisión de denunciar a las bandas narcos, Abaca fue contundente: "La tranquilidad de conciencia que tengo es haber hecho lo que tenía que hacer. Haber cumplido con un deber ciudadano que es haber denunciado cuando hubo un delito. Pero cumplí con ese deber con la idea de que eso ayudaría a proteger a mi familia".
La mujer recordó que "una persona que vende droga en mi barrio le apuntó con un arma en la cabeza a uno de mis hijos y le dijo que lo iba a matar. Hasta el momento en que hacen el allanamiento a su casa, donde secuestraron armas y hasta una granada, yo sabía que el tipo vendía drogas pero no cuán pesado era. Allí me empecé a estremecer un poquito. pero no es que me dé temor porque siempre aposté a que se hiciera justicia. después comenzaron los ataques, las amenazas, hasta el punto que llegó la custodia. Pero evidentemente la tranquilidad nunca llega, la justicia nunca llega".
"Yo no tengo la libertad de hacer nada en privado porque cada movimiento se lo tengo que decir a Gendarmería. No dispongo de mi libertad individual. Porque mi libertad representa la libertad de todos los rosarinos", amplió Abaca.

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