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domingo, 5 de julio de 2015

ROSARIO Cómo viven hoy los chicos que estaban alojados en el ex Hogar del Huérfano

En la provincia hay 620 niños con medidas excepcionales de protección por situaciones que han vulnerado sus derechos, como abandono, maltrato o abuso y están separados de sus familias.

Cómo viven hoy los chicos que estaban alojados en el ex Hogar del Huérfano

 En los dormitorios suena el reggaeton de Plan B como cortina de fondo. Dos de las chicas ya están en la escuela, otra adolescente se prepara para ir al súper para hacer algunas compras. "Abrigate, hace frío", le dicen por lo menos tres adultos antes de que ella cierre la puerta, sin llevarse la campera. La escena, casi familiar, se repite con frecuencia en "El Chalecito", un dispositivo transitorio de alojamiento cogestionado entre la Dirección de Niñez de la provincia y la Asociación Programa Andrés Rosario. Allí viven 7 chicas, de 9 a 19 años, egresadas del ex Hogar del Huérfano. Algunas estuvieron allí más de cinco años, casi la mitad de su vida. Y, ahora, se preparan para enfrentar el reto de llevar adelante una vida independiente.
Según datos de Niñez, en la provincia hay actualmente 620 niños con medidas excepcionales de protección. Por distintas situaciones que han vulnerado sus derechos, como abandono, maltrato o abuso, están separados de sus familias.
De ellos, alrededor de la mitad reside en instituciones, ya que la posibilidad de vincularlos con alguien de su familia ampliada parece todavía lejana y una adopción resulta difícil. La mayoría son niños que están pisando la adolescencia, con historias largas para edades tan cortas.
Durante este año, unos 60 chicos cumplirán los 18 años. Y si bien el amparo de los programas estatales no se extingue al día siguiente de alcanzar la mayoría de edad, armar un proyecto de vida independiente y fuera del hogar resulta todo un desafío.
El Chalecito es uno de los dispositivos pensados para acompañar ese tránsito. En su proyecto institucional se presenta como un dispositivo que "busca construir un modo de alojamiento que minimice las consecuencias que implica la institucionalización" donde se atienden "las particularidades de cada una de las niñas y adolescentes, acompañándolas en la construcción de una subjetividad afirmada en la vida y no en el estigma moral y sancionador, que muchas veces las posiciona y captura en figuras de infantes infantilizados o eternas víctimas".
El director de Niñez, Cristian Allende, asegura que esta propuesta busca "acompañar a los adolescentes que salen a una vida autónoma independiente para que puedan tener recursos y herramientas". Para esto, dice, hay toda una estrategia de preparación para la vida independiente que arranca a los 12 o 13 años "hasta que puedan de manera gradual y progresiva soltarse".
En toda la provincia hay cuatro centros residenciales con un funcionamiento similar al de El Chalecito. Dos funcionan en Rosario y, en las próximas semanas, se inaugurará otro más en la localidad de Alvear.
El día a día. "Históricamente, los lugares de alojamientos han sido instituciones totales donde todo pasa adentro", advierte . Ignacio Cárcamo, referente del Programa Andrés Rosario. "Los chicos iban todos a la misma escuela, en una combi con el nombre de la institución, participaban todos de los mismos talleres que se hacían en el mismo hogar y los atendían los mismos médicos. Acá se trata de que las chicas decidan a qué escuela quieren ir o qué actividades hacer".
Algo de esto ya se intuye cuando se cruza la puerta de la casa de dos plantas con un jardincito al frente alquilada en la zona norte de la ciudad.
En el frente apenas sobresale el azul eléctrico de las cortinas que cubren las ventanas. No hay carteles institucionales ni banderas oficiales y mucho menos horarios en los que se reciben donaciones.
Y se ingresa a un gran living con pocos muebles y a un garaje convertido en salón de juegos. No hay áreas administrativas, ni de preceptoría, ni de mayordomía. La cocina es centro de operaciones de grandes y adolescentes. Las habitaciones son el territorio de las chicas. Hay dibujos y fotos que son de cada una y un radiograbador que comparten todas. Y con frecuencia suena fuerte Plan B.
Cada cual su tarea. Actualmente El Chalecito alberga a siete chicas, de 9 a 19 años, que comparten la casa con un coordinador y con una pareja de "acompañantes convivenciales", encargados de ordenar la jornada.
La limpieza y el mantenimiento de la casa, la preparación de la comida, las compras y el manejo del presupuesto queda en manos de las adolescentes. Hay asambleas donde se decide, por ejemplo, el menú de la semana y las prioridades de gastos. También para repartir las tareas que deberá cumplir cada uno.
Los tiempos también son elásticos: algunas chicas van a la escuela a la mañana, otras a la tarde. Y también las actividades son distintas: una estudia repostería, otra está por empezar un curso de fotografía, otra practica kick boxing.
Algunas se mueven solas, a otras hay que acompañarlas. Se festejan cumpleaños, se reciben amigos y visitas familiares. Y así se arma una rutina tan particular y caótica como la de cualquier hogar.
"Se trata de que las chicas sean partícipes en la organización de lo cotidiano. Se hacen cargo de la limpieza y la cocina, pero también de la compra de los alimentos, aprenden a pagar los servicios, manejar dinero. Buscamos que gradualmente vayan ganando autonomía, que puedan ir o volver de la escuela solos, de acuerdo a la edad y a la madurez que van teniendo", resume Dora Dieulefait, acompañante de las chicas. Apenas los primeros pasos de un camino difícil.
La UNR incorpora un importante clave artesanal al ECU
La Universidad Nacional de Rosario (UNR) adquirió un importante clave artesanal al patrimonio artístico de la ciudad, que ya forma parte del Espacio Cultural Universitario (ECU), y que será presentado el próximo 31 de julio con un concierto público y gratuito.
Se trata de un clavicémbalo artesanal que esta semana llegó al hall del ECU. Unico en su tipo en Rosario y la provincia de Santa Fe; y uno de los mejores del país.
Es una copia histórica del Clave Francés de Blanchet del Siglo XVIII, con un teclado de 5 Octavas, que posibilitará las mismas gratificaciones artísticas para un espacio público y abierto a toda la ciudad. Este instrumento fue hecho por el artesano-constructor más importante y renombrado del mundo, Bruce Kennedy, en el año 1981 en Cháteau-d\'Oex, Suiza.
Para el Rector de la UNR, Darío Maiorana, "la incorporación de este instrumento es un aporte histórico de la Universidad para la cultura de la ciudad y de la región, ya que en Rosario no había posibilidad de escuchar un instrumento como este, lo cual imposibilitaba que importantes músicos especializados pudieran visitarnos".
"Este clave —continuó—permite que en la ciudad de Rosario se pueda ejecutar con calidad un repertorio musical muy amplio de la historia de la música universal, entre ellas las primeras manifestaciones musicales europeas en América, fundamentalmente de la época colonial, tanto del repertorio religioso, como popular o profano, y fundamentalmente nos permitirá que en unos años podamos contar con clavecinistas formados en la ciudad".
Maiorana recordó además que la UNR cuenta con una importante colección de partituras del período barroco colonial, entre las que se encuentra la famosa colección de música descubierta por Hans Roth en la década de 1970 en la llamada Misión Jesuítica de los Indios Chiquitos o Chiquitanía, en la actual República de Bolivia.
Por su parte, la directora del ECU, Marta Varela, señaló que "lo interesante de este instrumento es que posibilitará escuchar obras como las de Bach, que fueron originalmente escritas para ser ejecutadas en un clavicémbalo".
El clavicémbalo será inaugurado el viernes 31 de julio, a las 19.30, con un concierto gratuito de los músicos argentinos Manuel y Miguel de Olaso, (en clave y laúd respectivamente) que interpretarán obras a dúo y como solistas.

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