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miércoles, 6 de mayo de 2015

Osecac deberá cubrir el tratamiento de anorexia de una chica que pesa 30 kilos

La obra social le había pedido al magistrado que preservara a la adolescente porque su mamá interfería en la recuperación. Un juez de familia ordenó a la madre "no interrumpir u obstaculizar" la terapia indicada.
La Capital | 
Osecac deberá cubrir el tratamiento de anorexia de una chica que pesa 30 kilos

 El juez de familia Ricardo Dutto obligó a una obra social a cubrir el 100 por ciento del tratamiento por "anorexia nerviosa" de una adolescente rosarina de 16 años que pesa poco más de 30 kilos. Lo singular del fallo es que fue el propio seguro de salud el que radicó la presentación judicial para "preservar la vida" de la chica, cuya madre, afirmó la prestadora, venía obstaculizando en forma constante todos los esfuerzos médicos y había incluso resuelto que su hija abandonara los tratamientos.
Que la Justicia tomara rápidamente una decisión era crucial: según la obra social, la jovencita corría "riesgo inminente de muerte" y requería alimentación parenteral. Ahora recibirá atención médica y psicológica en el Sanatorio de Niños, lugar donde la propia chica dijo haberse sentido mejor y el que también la mamá reclamaba para su hija.
Basta leer el expediente judicial para advertir la compleja trama familiar, de la que la anorexia de la adolescente parece apenas un síntoma, aunque sus consecuencias constituyan ahora el problema más urgente a resolver.
De hecho, ante la defensora oficial y una psiquiatra infantojuvenil, la propia chica atribuyó su cuadro médico a que se sentía "muy sola, con angustias y preocupaciones", ya que su mamá trabaja todo el día para mantener a la familia, integrada además por un hermano menor de la chica y su abuela.
Al padre, que nunca aportó económicamente a su sustento y quien padece, siempre según el fallo de Dutto, enfermedades psiquiátricas, no lo vio más que "dos o tres veces" en la vida, contó (ver aparte).
En ese ambiente familiar, e incluso con mudanzas frecuentes por las propias dificultades económicas que enfrenta el hogar, la adolescente empezó a perder peso rápidamente hace más de un año por un "severo cuadro de desnutrición nerviosa", que la obligó incluso a dejar de salir con sus amigas. Aun así, siguió siendo brillante su desempeño en la escuela, donde el último año, cuando cursó 3º, obtuvo el increíble promedio de 9,80.
Con la cobertura de la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (Osecac), la chica pasó por diez internaciones, fue tratada por equipos interdisciplinarios e incluso trasladada en tres ocasiones a Buenos Aires para recibir una evaluación a cargo de especialistas.
Sin embargo, por lo que la propia obra social interpreta como una actitud obstruccionista de la madre hacia todos los "esfuerzos médicos", la jovencita sufrió un "retroceso".
En su fallo, Dutto dejó asentado que los responsables de la cobertura sostuvieron que la "nociva conducta materna" impidió que la menor recuperara peso, por lo que resultaba "urgente" comenzar con un proceso de alimentación y darle "todos los apoyos" necesarios para sacarla del riesgo "inminente" de muerte.
Otra versión. Sin embargo, al ser citada por la Justicia, la mamá recordó que el 15 de abril último recurrió a la Defensoría Pública de los Tribunales Federales para denunciar que de tres internaciones previas en el sanatorio Los Alerces -prestador de la obra social- la chica egresó con peso incluso inferior al que tenía al entrar. Y que cuando fue derivada a Buenos Aires, sufrió un impacto emocional aún más negativo.
Ante ese planteo, la Justicia federal le respondió a la obra social que solucionara "extrajudicialmente" el conflicto teniendo en cuenta que estaba en juego la vida de la chica y en forma excepcional cubriera totalmente la internación en el Sanatorio de Niños.
De hecho, tanto la adolescente como su mamá coincidieron en que de todos los centros de salud ese fue el único donde advirtieron una mejoría gracias a la atención del médico Víctor Schvartz y la psicóloga Mariana Prelas (terapia esta última que, sin embargo, la madre debió costear porque Osecac no lo reconoció).
En ese contexto, Dutto ordenó por un lado a la obra social cubrir la totalidad del tratamiento en el Sanatorio de Niños hasta lograr que el cuadro de la nena se estabilice, con monitoreo de los médicos forenses.
Pero también conminó a la madre para que evite "interrumpir u obstaculizar tratamientos sugeridos" por los médicos especialistas, a riesgo de incurrir en desobediencia judicial o abandono de persona.
La dureza de la orden del juez de Familia de los Tribunales locales hacia la mujer no soslayó una observación que la propia médica forense consignó en el expediente.
En efecto, la especialista no había descartado que la actitud de la madre pudiera responder a una patología que se conoce como "síndrome de Munchausen" (y que puede manifestarse en la capacidad para enfermar a personas que están a cargo).
Para efectivizar los derechos de la adolescente, se deben "hacer todos los esfuerzos para borrar esa tristeza obligatoria que rodea su vida y transformarla en derecho a la alegría" como indica un punto del decálogo de los Derechos del Niño, sentenció Dutto.
A raíz de esto, la obra social de los empleados de comercio deberá entonces costear el tratamiento que tendrá por objetivo salvar la vida de la adolescente.
Buscando los datos del padre
En su sentencia, el juez de familia Ricardo Dutto también ordenó a la madre de la adolescente que suministre los “datos del progenitor y/o abuelos paternos” con la documentación correspondiente, para poder iniciar así un reclamo de cuota alimentaria para los hijos, dado que la mujer nunca lo tramitó. De acuerdo a lo vertido por el magistrado en el fallo judicial, el padre de la chica padece enfermedades psiquiátricas y estuvo muy ausente en su vida.

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