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domingo, 3 de mayo de 2015

“La imputación por homicidio calificado es injusta”

La Multisectorial de Mujeres analizó el crimen de D. A. M. y pidió que la Justicia incorpore la perspectiva de género. Su novia confesó el asesinato, pero dijo que él la maltrataba.
Diario UNO | 
 Una mujer con evidentes marcas de golpes en su cuerpo confesó haber herido mortalmente a su pareja D. A. M. tras una fuerte discusión. Según su relato y el de sus vecinos, la joven de 29 años sufría desde hace tiempo violencia por parte del fallecido. ¿Quién es la víctima? ¿Cuál es la responsabilidad de la Justicia al momento de abordar el caso? ¿Cuáles son las opciones que tienen las mujeres golpeadas?

Según Amnistía Internacional, en la Argentina una de cada tres mujeres sufre violencia machista. Si bien no existen cifras oficiales, Santa Fe no escapa al promedio y, hasta 2013, ocupaba el segundo lugar en cantidad de femicidios según relevamientos privados.

En ese sentido, el caso de la joven de barrio El Pozo puso en evidencia, una vez más, que el lugar más peligroso para las mujeres es, muchas veces, su propio hogar. C.  R. sufrió, según contó y confirmaron a UNO sus vecinos, fuertes golpizas por parte de su pareja, un preso con salidas transitorias. El último de esos ataques tuvo lugar el domingo y terminó con el varón muerto por un corte que ella le provocó en el cuello.

Las integrantes de la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe analizaron el caso y resaltaron la importancia de que la Justicia evalúe lo ocurrido desde una perspectiva de género. Sobre todo, a raíz de la imputación de homicidio calificado que le realizaron a la joven.

En primer lugar es importante aclarar que el crimen de D. A. M. no es un caso de violencia de género porque las condiciones de desigualdad en esa pareja, según lo que se conoce hasta el momento, marcaban que era él quien sometía de manera frecuente a C. R. 

Sin embargo, desde el colectivo feminista resaltaron que “este tipo de casos deben ser analizados con una perspectiva de género. El hecho en su totalidad debe ser abordado por los distintos operadores del derecho (jueces, abogados, defensores y fiscales) teniendo en cuenta los antecedentes de violencia, más allá que no hayan sido denunciados”.

Prejuicios y desinformación
Un mito habitual respecto a la violencia machista se vincula al hecho de que las víctimas muchas veces no abandonan, o bien lo hacen y regresan, al agresor. Eso suele despertar críticas hacia la víctima de quienes no comprenden las características de la violencia que sufre esa mujer.

En ese sentido, es importante entender que el proceso que realiza el varón violento es lento y gradual. En la mayoría de los casos la agresión aparece disfrazada de chistes o celos que apuntan a dinamitar la autoestima de la mujer y a alejarla de su círculo de afectos. El control comienza a ejercerse desde ese momento y, para que sea efectivo, es necesario que la mujer se quede sin otros recursos afectivos a los cuales acudir.

Con el paso del tiempo, cuando la mujer queda aislada, comienzan los golpes o las distintas agresiones físicas. Además esa situación se da en el marco de un círculo violento donde, después del ataque, el agresor se muestra arrepentido, pide disculpas o incluso responsabiliza a la víctima de lo ocurrido. Para ese entonces la mujer, enamorada, se siente aislada y no cree merecer otro tipo de relación.

“Las características de la violencia hacia las mujeres que llevan a que muchas de ellas no se atrevan a denunciar o a hacer pública la situación, o que las lleva a que no puedan abandonar o finalizar en forma definitiva esas relaciones, responden a diversos factores”, agregaron desde la Multisectorial de Mujeres.

 Y destacaron: “Una mujer que vive una relación violenta por lo general comienza a alejarse de terceros y eso también cercena su capacidad de pedir ayuda. En muchos casos, se sigue manteniendo una relación en esas condiciones o se dan nuevas oportunidades, a veces pensando en priorizar el vínculo del progenitor/agresor con sus hijos, o como producto de la relación de dependencia en que se encuentra frente al agresor. Muchas mujeres no denuncian o no exigen judicialmente medidas de distancia del hogar, porque creen que de esa forma el hombre/padre no podrá seguir viendo a los hijos o que, a pesar de los malos tratos, un día el agresor cambiará su actitud. El hecho de que muchas veces la mujer se encuentre sin apoyo institucional profundiza su situación de vulnerabilidad, e influye que muchas veces no sepa cómo o consideren en vano pedir ayuda”.

Entonces, cuando pasa el tiempo y la espiral de violencia continúa, se acentúa el miedo y la imposibilidad de la mujer de salir de esa situación. Por eso, las integrantes del colectivo feminista coincidieron en la importancia de que las mujeres que están sufriendo violencia sepan que existen espacios en los que hay personal preparado para contenerlas y recibir sus denuncias. 

“Consideramos que desde el Estado, tanto a nivel municipal, provincial y nacional, se han implementado políticas útiles en ese sentido. Aún así, se debe seguir trabajando arduamente desde las distintas áreas de género en el desarrollo de políticas públicas para lograr el empoderamiento de mujeres víctimas de violencia”, marcaron.
Pero, además, hicieron hincapié en la importancia de capacitar en la incorporación de la perspectiva de género a todas las personas que intervienen en estos casos. “Si no avanzamos en ese sentido, seguiremos criminalizando a las verdaderas víctimas y violentándolas nuevamente desde el Estado. No olvidemos que una de las formas en que se manifiesta la violencia de género es la violencia institucional, que ocurre cuando se niega la toma de una denuncia o se cree que una mujer violentada «algo habrá hecho» para estar en esa situación”, concluyeron.

Encontrar justicia
Un punto fundamental en este caso será la postura que tome la Justicia respecto a la causa sobre el homicidio de D. A. M. El martes, se definió la imputación de C. R. por homicidio calificado por el vínculo. Esa situación fue considerada como “injusta” por la Multisectorial de Mujeres, aunque adelantaron que deberán esperar a ver cómo se desarrolla la defensa e investigación del caso.

“Tal imputación y la correspondiente carátula del caso, puede ser modificada con el correr de los días y con los avances en la investigación. Entendemos que si los operadores jurídicos de este caso lo abordan con una mirada de género, seguramente arribarán a una justa resolución del caso y podrán encontrar un tipo penal más justo con la mujer”, declararon en función de los testimonios de la crónica policial que marcan que la joven sufrió violencia por parte de su pareja.

En ese sentido, entienden que: “Si los hechos son como se conocen hasta el momento ha existido una legítima defensa de la mujer que fue agredida previamente, defensa que según nuestro Código Penal es causa de justificación que la exime de la pena”.

Finalmente, se mostraron conformes y destacaron la decisión de otorgarle prisión domiciliaria a C. R. “Esa decisión es digna de ponderar, ya que la mujer dio a luz recientemente y se encuentra con dos hijos más a su cargo”, marcaron y acotaron: “Existen muchos antecedentes jurisprudenciales en casos similares donde la víctima fatal es un hombre, pero en los cuales hubo una violencia previa contra la acusada; y donde se ha contemplado la legítima defensa como causa de justificación. Recientemente en marzo, en una decisión histórica, en General Pico, La Pampa, un fiscal decidió retirar su acusación contra una joven, Romina Ragonese, a quien llevó a juicio por asesinar a su pareja, imputada del delito de homicidio agravado por el vínculo, al comprender que había actuado en legítima defensa para evitar que la siguiera golpeando y la violara”.

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