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domingo, 2 de noviembre de 2014

La embajadora nicaragüense en la Argentina e integrante del FSLN "Néstor y Chávez devolvieron la esperanza a nuestros pueblos"

La embajadora nicaragüense en la Argentina e integrante del FSLN, Norma Moreno Silva, estuvo en Rosario. Posicionó muy alto el principio del internacionalismo y la solidaridad entre los pueblos que trabajan y luchan por su definitiva liberación. Rindió un profundo homenaje a los presidentes fallecidos de Argentina y Venezuela por lo que significó el golpe moral al ALCA en 2005 en Mar del Plata.
/Rosario 12 | 

"Seamos siempre capaces de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia que se cometa contra cualquiera, en cualquier país". Con este concepto de Ernesto Che Guevara, la embajadora nicaragüense en la Argentina, Norma Moreno Silva, integrante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que anteayer estuvo en Rosario, posicionó muy alto el principio﷓paradigma del internacionalismo y la solidaridad entre los pueblos que trabajan y luchan por su definitiva liberación. Moreno Silva rindió homenaje a la figura de Néstor Kirchner y de Hugo Chávez Frías al recordar aquella jornada, en 2005, en Mar del Plata, cuando ambos asestaron un golpe político mortal a la construcción del ALCA, el Tratado de Libre Comercio cuya adhesión por parte de países latinoamericanos y caribeños quería lograr el entonces presidente norteamericano George W. Busch. "Néstor (Kirchner) y (Hugo) Chávez devolvieron la luz y la esperanza a todos nuestros pueblos, incluyendo a la revolución nicaragüense que estaba en la oposición No sólo dignificaron a la Argentina y a Venezuela, sino a todos los países de la América nuestra", dijo la embajadora Moreno Silva. Distinción a los Brigadistas del Café de 1984, a los alfabetizadores y a quienes se movilizaron a Nicaragua también por la salud con el principio de la solidaridad voluntaria e internacionalista. Recuerdo y además distinción a la memoria de Hugo Alfredo Irurzún, conocido como el Capitán Santiago, miembro del PRT-ERP que en Paraguay dio muerte al dictador Anastasio Somoza.
Norma Moreno Silva tiene 44 años. A los 9 ingresó a la Asociación de Niños Sandinistas que llevaba el nombre de Luis Alfonso Velásquez Flores, en homenaje a un niño de 13 años, mártir de la revolución sandinista, quien fue asesinado por la guardia nacional de Anastasio Somoza por ser \'correo\' del FSLN. Antes de ser embajadora en la Argentina, un cargo que ocupa desde hace un año y medio, Moreno Silva fue secretaria política de uno de los distritos importantes de la capital de su país, Managua, para atender las necesidades de 18 barrios y, a la vez, Defensora de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud. Como militante feminista tiene una maestría en Género de la Universidad de Barcelona, una atractiva oratoria y un cuidadísimo lenguaje inclusivo y en respeto por los géneros. En la charla con Rosario/12 ella explicó que si "no somos capaces de sentir lo que le están haciendo a nuestra Argentina con el problema por los \'fondos buitres\'. Si no somos capaces de indignarnos por el robo y la violación de la soberanía en el tema Malvinas, como algo que nos sucede a todas las personas y, si no somos capaces de sentir lo que le hacen a nuestro pueblo hermano de Palestina, donde se cometen crímenes de lesa humanidad, no estamos poniendo en práctica ese legado tan importante que nos dejó el comandante Che Guevara"
-¿Qué ocurrió con la solidaridad internacionalista hacia Nicaragua después que en 1990 el FSLN perdió las elecciones?
-Los 16 años de neoliberalismo que en Nicaragua comenzaron en 1990 con la ex presidenta Violeta Chamorro no terminaron con la revolución sandinista, pero como ya no éramos gobierno, la solidaridad para con nosotros se fue perdiendo. Por eso queremos volver a posicionar nuestra historia, la revolución, sus logros y los que estamos teniendo desde que volvimos a ser gobierno, en 2006. La derecha y el imperialismo norteamericano también se encargaron de que los pueblos de la \'patria grande\' fueran perdiendo la solidaridad para con la revolución nicaragüense. Es penoso decirlo, pero muchos militantes internacionalistas sostenían que no valía la pena la solidaridad con Nicaragua porque era una revolución que se había detenido. Pero esa revolución nunca se terminó y, aún desde la oposición, siempre estuvimos gobernando desde abajo, como dijo el comandante Daniel Ortega.
-¿Cómo traduce esa expresión que habla de gobernar desde abajo?
-Se traduce en estar siempre junto a nuestro pueblo, acompañando las demandas respecto de la restitución de derechos perdidos con la política neoliberal, por ejemplo con el trabajo contra la privatización de la salud, de la educación y de todo el retroceso económico y social. También en relación a la contrarreforma agraria que se hizo con los campesinos pobres, a quienes se les habían entregado títulos de propiedad de las tierras y luego no pudieron pagarla por falta de créditos. Ellos tuvieron que vender esas tierras, otra vez, a los grandes latifundistas. La oligarquía recuperó propiedades comprándolas, a los campesinos, a precios viles y, en la educación pública, se llegó a cobrar 10 córdobas por niño. En algunas escuelas cerraban la llave madre del agua para vender, agua potable en bolsitas plásticas, a los pequeños. Y toda esa fue nuestra lucha. Por eso en el 2007 con todos los excluidos, con los pueblos originarios y afro descendientes volvimos a ganar, ya no con una insurrección armada, con la guerra de guerrillas, sino con elecciones en las que obtuvimos el 38 por ciento. A partir de allí con el proceso de restitución de derechos humanos y con todos los programas sociales emblemáticos -usura cero, vivienda digna, viviendas solidarias, plan techo, bono productivo, calles para el pueblo-, financiados dentro del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y de otros convenios de cooperación internacional, casi duplicamos los votos, ya que en el 2011 ganamos con el 64 por ciento, ya no con el 38.
-Se entregaron distinciones en Rosario a quienes integraron las llamadas brigadas José de San Martín o Brigadas del Café, que justamente en 1984, fueron a Nicaragua con la responsabilidad de apoyar las tareas del corte de las plantas de café, de alfabetizar, o de aportar en la asistencia en salud. ¿Cómo define el peso político que tiene hoy la solidaridad internacionalista?
-Las actitudes relacionadas con la solidaridad internacionalista avanzaron. Creo que no tendremos una mejor oportunidad histórica que la que existe en este momento y, que no tenemos que desaprovechar. Pero no sólo debemos fortalecer el internacionalismo, sino que debemos darle una mirada más amplia. Nuestra \'patria grande\' no es sólo América del Sur, es también la América caribeña y central. América central debe formar parte de los temas de la agenda política y social. El gran sueño supremo de Bolívar de la \'patria grande\' incluía a toda la región, Centroamérica, Caribe y el sur. Y el general de hombres y mujeres libres, Augusto César Sandino, posteriormente retomó la idea de la integración regional. Chávez dio muchos ejemplos de avanzar en la integración teniendo en cuenta a El Salvador, a Nicaragua. Él fue uno de nuestros principales apoyos una vez que el sandinismo triunfó en las elecciones de 2007, a través de la firma de convenios, de intercambio, de donaciones. Y creo que el compañero Néstor Kirchner también lo veía así, aunque creo que falta más acercamiento.
-Se cumplieron nueve años de la IV Cumbre de las Américas realizada en Mar del Plata en noviembre de 2005, donde el entonces presidente norteamericano George W. Busch sufrió un duro traspié al no poder incluir una resolución favorable a la Alianza Latinoamericana para el Libre Comercio y, en la que jugaron un rol fundamental los ex presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
-Mi criterio es que el lema de la solidaridad, de la ternura de los pueblos, se describe con ese sentimiento revolucionario por excelencia que es el amor a los otros, a los países de la América nuestra. Esta solidaridad se refleja ahora en la firma de convenios bilaterales entre nuestros Estados y a través de los foros económicos como la CELAC, el Mercosur, el ALBA, que vinieron a fortalecer la integración regional y esa hermandad que por excelencia nos caracteriza a los revolucionarios. El ejemplo de la actitud de Néstor Kirchner y del comandante Hugo Chávez son muestras palpables del sentimiento antiimperialista, de amor por la \'patria grande\', de soberanía y dignidad al máximo. La de Mar del Plata fue una jornada de dignidad para nuestra América, de decir basta ya a que nos continúen explotando y poniéndonos la bota. Y decir, somos pueblos soberanos, dignos y libres. De verdad que Néstor (Kirchner) y (Hugo) Chávez, devolvieron la luz, la esperanza, a todos nuestros pueblos incluyendo a la revolución nicaragüense que estaba en la oposición.
Recuerdo que el comandante Daniel Ortega nos convocó a la plaza de la Revolución y allí puso al entonces presidente argentino y al comandante Chávez como ejemplos de dignidad. Sentaron una posición que no sólo dignificó a Venezuela y a la Argentina sino a todos los países de la América nuestra.

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