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domingo, 6 de julio de 2014

Identifican un teléfono clave que complica más a Boudou por Ciccone

Se presentaba como concuñado de Amado Boudou, pero no era cierto. Había trabajado con él en la firma de recolección de basura Venturino. En realidad es el concuñado de Juan Bautista, el hermano menor del vicepresidente, a quien conoce de Mar del Plata desde hace casi cuatro décadas.

También se presentaba como "facilitador" de trámites millonarios dentro de la AFIP, y eso sí era cierto. Pero lo más importante es que Rodolfo Usuna es el dueño del enigmático teléfono que la Justicia considera decisivo en el caso Ciccone.

Según el juez Ariel Lijo, desde ese número se hicieron más de 900 llamadas en días clave de la trama Ciccone con el socio del vicepresidente, José María Núñez Carmona, con su presunto testaferro, Alejandro Vandenbroele, y, en particular, con Rafael Resnick Brenner, entonces jefe de Asesores de la AFIP. Así lo confirmó LA NACION sobre la base de los testimonios de doce funcionarios, empresarios, técnicos de la AFIP y miembros y allegados a la familia Ciccone.

A lo largo de las 333 fojas de la resolución en la que Lijo procesó a Boudou surge el rol protagónico que asumió ese teléfono celular de Mar del Plata.

Registrado a nombre de Sin Fronteras SRL, Lijo detalló que sus accionistas son Usuna y Rosana Venturino, y recordó los vínculos de esa pareja con los hermanos Boudou (con Amado, además de haber trabajado juntos en Venturino, según los memoriosos habrían sido socios en el legendario boliche Frisco Bay, dentro del predio Waterland).

Así, concluyó que "es posible presumir que ese abonado telefónico era utilizado por el propio Amado Boudou o, en su defecto, por alguien de su entorno directo designado por él".

Ese teléfono es el de Usuna. Pero él intentó montar su propia operatoria junto con un amigo, Fernando Villaverde, para asesorar a empresas y personas con problemas con la AFIP, a cambio de comisiones millonarias.

También marplatense, Villaverde conoce a Echegaray desde hace 30 años. Lo acompañó en la luego disuelta Oncca (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) y lo siguió en la AFIP al frente de la estratégica Subdirección General de Planificación entre 2009 y 2010.

Fueron tiempos en los que, los voceros del organismo lo calificaban, sin matices, como "brillante" y "un genio". Hoy, por el contrario, señalan que Echegaray y Villaverde no se hablan.

Por entonces, sin embargo, dentro de la AFIP, Villaverde y Usuna formaron una alianza con Resnick Brenner, al que Lijo procesó por su presunta actuación delictual para otorgarle una moratoria con una quita prohibida por ley a la nueva Ciccone, ya controlada por The Old Fund.

Ante la consulta, la defensa de Resnick Brenner relativiza la importancia de sus cientos de llamadas con Usuna. "Se trata de una relación social que venía desde un año y medio antes de que el pedido de Ciccone ingresara a la AFIP", indicaron.

Esa relación social es real. A tal punto de que aún hoy Usuna continúa vinculado como "amigo" en Facebook con Resnick Brenner, que también registra vínculos a través de esa red social con los dos hijos varones de Usuna.

En marzo y mayo de 2012, sin embargo, cuando The Old Fund empezaba su desembarco en Ciccone en 2010, Usuna ingresó al menos dos veces con Vandenbroele por la puerta grande de Irigoyen de la sede de la AFIP para reunirse con Resnick Brenner, en su oficina, la 251. A puertas cerradas.

Cerca de Echegaray prefieren ir más a fondo ante la consulta de este diario. "Usuna es Núñez Carmona", afirmaron, aunque sin dar más precisiones.

El vínculo entre ambos se evidencia en los registros de llamadas que detalló Lijo en su resolución. Ese misterioso teléfono marplatense -que pertenece a Usuna- se comunicó con Vandenbroele a las 16.17 del 30 de agosto de 2010, es decir, dos días antes de que The Old Fund comprara a la quebrada Ciccone Calcográfica.

Se intentó consultar a Usuna, pero no fue posible. A través de un tercero, indicó que sí se "juntaba con el Narigón", por Núñez Carmona, pero que "nunca le abrieron un negocio" y, además, que "nunca lo vio y no lo conoce a Vandenbroele".

Por eso, añadieron, esa llamada que consigna Lijo "pudo ser que el Narigón lo haya llamado desde el teléfono de Vandenbroele".

El juez también enumeró las llamadas que ese mismo teléfono de Usuna acumuló con Núñez Carmona.

Por ejemplo, el día previo y la mañana misma del supuesto encuentro de Boudou con los hermanos Nicolás y Héctor Ciccone en el I Fresh Market de Puerto Madero, el 2 de septiembre de 2010 (ver aparte).

Usuna era un rostro conocido por todos. Con Núñez Carmona lo son desde hace décadas, mientras que Vandenbroele detalló sus encuentros con "Nariga" en el bar Líber y Líber de la esquina de Avenida del Libertador y la calle Libertad.

Es decir, el bar en el que Usuna recibe a sus "clientes" para trámites dentro de la AFIP por la sencilla razón de que queda justo debajo del departamento que comparte en Buenos Aires con Villaverde.

Los Ciccone también conocen a Villaverde y a Usuna porque apelaron a ellos en uno de sus tantos intentos de salvar la imprenta de la quiebra. Pero callan si llegaron a pagarles una "comisión" por sus servicios.

Eso sí, sospechan que actuaron a dos puntas: para ellos -y recuerdan que Usuna se les presentó como "concuñado de Boudou"- y para Núñez Carmona.

Durante aquellas semanas, recuerdan dentro de la AFIP, Usuna jugó a pleno, a tal punto de ir y volver con el expediente administrativo de la ex Ciccone en sus manos entre la AFIP y el Ministerio de Economía, según se reconstruyó, donde el entonces jefe de gabinete de Boudou, Guido Forcieri, se involucró en la operatoria.

Fuente: La Nación.

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