sábado, 7 de junio de 2014

Paraná: el conductor que atropelló a los niños habría consumido alcohol y cocaína

Silvio Díaz atropelló y mató a un alumno de 6 años de la escuela Del Centenario e hirió a su hermano. Habría conducido a 120 kilómetros por hora, luego de consumir alcohol y cocaína
Autor:Uno Entre Ríos -

Cuánto más había que esperar para que la violencia al volante en Paraná ocasionara la tragedia que ayer enlutó a la ciudad? La conducta de un hombre que, según información judicial, había consumido alcohol y cocaína, se subió al auto y condujo a más de 100 kilómetros por hora por avenida Alameda de la Federación, truncó la vida de un niño de 6 años y destruyó a toda una familia.

El caos en el tránsito no es nuevo. Cada año en Paraná mueren decenas de personas y nada cambia. La muerte de Juan Manuel Martínez Zurban, alumno de primer grado de la escuela Del Centenario, podría ser un punto de inflexión en el control del tránsito y en la conciencia de los conductores en Paraná. Pero la voluntad de las autoridades y de los automovilistas y motociclistas no está a la vista.

Mañana de terror, día de luto
Minutos antes de las 8 de ayer, Juan Manuel, de 6 años, y su hermano de 11, fueron embestidos por el auto que conducía Silvio Díaz. El hombre venía de festejar su cumpleaños número 40; se subió VW Voyage, propiedad de su madre, y tomó por Alameda de la Federación. Las pericias determinaron que habría circulado a 120 kilómetros por hora. La presencia de otras personas e incluso alumnos que ingresaban a la escuela Del Centenario, no le importó.

Iba en sentido oeste - este, desde el río hacia el centro de la ciudad. Al llegar a la esquina de Santiago del Estero, un inspector de Tránsito municipal, que controlaba el movimiento del ingreso al establecimiento escolar, le hizo señas para que disminuyera la velocidad. Tampoco le importó: lo esquivó, se cruzó al carril contrario y luego intentó regresar a su mano.

Esta maniobra brusca, más la alta velocidad, ocasionaron el derrape y posterior vuelco del vehículo, a lo largo de unos 70 metros. En ese trayecto se llevó puesto todo lo que tenía a su paso. Primero, colisionó la parte delantera izquierda de un W Fox rojo, que estaba estacionado en doble fila; luego un VW Gol gris oscuro, que terminó unos 40 metros más adelante; después embistió a los dos hermanos que estaban en el cordón de la vereda, esperando cruzar hacia la escuela. Finalmente, impactó contra un Peugeot 307 que estaba estacionado.

Los niños se habían bajado del VW Gol de un vecino que todos los días los llevaba a la escuela, junto a su hija, que todavía estaba en el auto. Tras el impacto, uno quedó sobre la calle y otro en la vereda. El menor estaba inconsciente, y el mayor muy dolorido por las lesiones. Llegó una ambulancia que los trasladó al hospital materno infantil San Roque. Minutos después, el director del nosocomio, Víctor Paz, confirmó la muerte de Juan Manuel, y que su hermano era intervenido quirúrgicamente porque sufrió una fractura en una pierna.

Mientras, en el lugar del hecho se vivieron momentos de indignación y de dolor. Por un lado, Díaz salió del auto ayudado por policías, en medio de los insultos de vecinos y padres de alumnos de la escuela. Cuando lo llevaban hacia la ambulancia, algunos intentaron agredirlo. Luego, solo había silencio: algunos se miraban sin saber qué decir, otros hablaban por lo bajo buscando una explicación a la tragedia. Las maestras de la escuela lloraban. La sensación compartida por todos los padres de los alumnos era la misma: “Podría haber matado a mi hijo”.

En el lugar del hecho se hizo presente la jueza de Instrucción en turno, Marina Barbagelata, quien llegó minutos después porque iba a llevar a sus hijos a la escuela. También consternada por el episodio intercedió para que los vecinos no agredieran a Díaz, y para que tampoco se contaminara la escena del crimen. La magistrada ordenó trasladar a Díaz al hospital San Martín, para que fuera revisado por los médicos y para practicarle los tests de consumo de alcohol y estupefacientes, y luego alojarlo en la Alcaidía de Tribunales.

En el nosocomio, el asunto no fue fácil. Una versión indica que se produjo un episodio violento cuando Díaz llegó a la Guardia. Según se informó a UNO, cuando intentaron practicarle el hisopado en las fosas nasales, se reventó la nariz contra una pared, para sangrar y evitar la muestra. De todos modos, se realizaron los análisis de sangre y de orina que, según informaron fuentes allegadas a la investigación, arrojaron un resultado positivo contundente: el nivel de alcohol en sangre era altísimo, y el hombre había consumido cocaína antes de conducir.

Anoche fue trasladado al Hospital Escuela Salud Mental porque volvió a violentarse en la


Fuente: José Amado / Uno Entre Ríos

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