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lunes, 16 de junio de 2014

Fenomenal aumento de dadores voluntarios de sangre en todo el país

Las campañas oficiales y una mejor coordinación de los bancos de sangre ayudaron a la estadística. España es un país modelo, donde el 100 por ciento de la sangre es donada.


Argentina, Brasil y Colombia encabezan la lista de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de unidades de sangre recolectada voluntariamente en la región —es decir, sin dinero de por medio—, que, en Latinoamérica, suman 3,8 millones de unidades. Esta cantidad puede salvar casi 12 millones de vidas, tres por cada donación, según los expertos.

En Argentina más de mil personas al día necesitan recibir una transfusión de sangre. Hoy los donantes voluntarios representan el 35 por ciento del total, un número que hasta hace algunos años era impensado: en el año 2006 solo un 6 por ciento de las donaciones de sangre eran voluntarias.

En 2005-06 la mayoría de los pacientes dependían de la gestión de sus familiares o de la urgencia de la situación para conseguir donantes. Y la fragmentación de los bancos de sangre impedía una red integrada de suministro, con estándares que diferían según cada hospital.

Con la idea de pasar a un modelo en el que la totalidad de los donantes lo hagan por su propia voluntad, el Plan Nacional de Sangre del Ministerio de Salud, apoyado por Banco Mundial, trabajó en incentivar a provincias y municipios para salir a recolectar donaciones y centralizar los bancos de sangre.

"Los bancos de sangre son una fábrica donde se debe cuidar la calidad del producto de una población solidaria", dijo Mabel Maschio, coordinadora del programa nacional de Sangre en Argentina.

Aunque el número de donantes voluntarios viene en aumento, solamente el 1,5 por ciento de los más de 40 millones de argentinos dona sangre, mientras que la OMS considera que el porcentaje ideal de donantes en un país debería ser de entre el 3,5 por ciento y el 5 por ciento de la población.

Pese a los avances, Latinoamérica está lejos de la meta propuesta por las entidades rectoras de la salud mundial: que todos los países obtengan un 100 por ciento de sus insumos de sangre por medio de donaciones voluntarias para 2020.

De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 9,3 millones de unidades de sangre recolectadas en América Latina y el Caribe, sólo el 41 por ciento de los donantes son voluntarios.

En el mundo, 73 países reciben más del 90 por ciento de sus donaciones de forma altruista. Y España se destaca entre todos: casi el 100 por ciento de su sangre es a través de donaciones voluntarias, sin mediar ninguna contraprestación.

De esta manera, cada día 350 personas recuperan su salud y 75 se salvan de morir gracias a los donantes, según los datos de la Federación Española de Donantes de Sangre.

La situación de Latinoamérica es, en parte, producto de la propia cultura, sostienen especialistas.

Si se le pregunta a un latinoamericano cuándo fue la última vez que donó sangre, probablemente respondería que cuando tuvo un familiar hospitalizado por una enfermedad grave o por una cirugía. Muy pocos responderían que esa última vez fue cuando acudieron voluntariamente a donar sangre.

Debido a la coexistencia de estas dos modalidades de donación —reposición de la sangre que se da a un paciente hospitalizado y donaciones voluntarias— las reservas no son tan abundantes en Latinoamérica y la situación es un tanto confusa.

"Hay que perder el concepto de que solamente se dona cuando un familiar está mal", explicó Maschio.

Este año la OMS llamó a donar sangre para disminuir las muertes maternas por hemorragia en América Latina y el Caribe, que en la región representan más del 15 por ciento.

"Asegurar la disponibilidad de sangre segura de donantes voluntarios no remunerados podría salvar la vida de más de 670 mujeres cada año en la región", sostuvieron desde el organismo internacional.

Alrededor de 4.400 mujeres murieron en 2011 durante el embarazo, el parto y el puerperio en la región. El 15,3 por ciento de ellas (unas 676) murieron por hemorragia, una de las principales causas.

"La mayoría de las muertes maternas son evitables: una atención oportuna en el parto y el hecho de que haya sangre segura disponible y accesible para una transfusión pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para muchas mujeres", aseguraron en la OMS.

En este sentido, James Fitzgerald, director del departamento de servicios de Salud de la OMS, consideró que "la sangre segura debe estar esperando al paciente que la necesita y no el paciente esperando la sangre que lo salvará".

Según datos de ese organismo de salud, existe una relación inversa entre la disponibilidad de sangre y las muertes maternas: en los países con más baja disponibilidad de sangre, la razón de mortalidad materna es mayor.

Cada año mueren en el planeta más de 500.000 mujeres durante el embarazo, el parto o la lactancia.

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pesar de que se colectan casi 107 millones de unidades de sangre, no todas las personas que pueden se animan a donar, por lo que no se cuenta con un suministro suficiente de sangre segura.

La falta de sangre se hace sentir aún más en los lugares donde más se necesita: mientras que en los países de renta alta, alrededor de 36 personas por cada 1.000 realizan donaciones voluntarias (3,6 por ciento), en países de renta media y baja, este número desciende a 11 y casi 3 (1,1 por ciento y 0,3 por ciento), respectivamente.

Uno de los países de la región que se está acercando más a ese cambio de paradigma es precisamente Argentina, según las organizaciones encargadas de monitorear la cuestión.

DIARIO UNO.

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