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lunes, 3 de marzo de 2014

Obama insta a Netanyahu a tomar “decisiones difíciles” en el proceso de paz

Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, ha llegado a Washington a reunirse este lunes con el presidente norteamericano, Barack Obama, con una prioridad en su agenda: que las potencias mundiales que negocian con Irán lleguen a imponer a ese país un desmantelamiento completo de su programa nuclear. Obama, sin embargo, tiene otra prioridad diferente: respaldar a su secretario de Estado, John Kerry, en la ronda del proceso de paz con los palestinos que reactivó en julio. En meses recientes, Kerry ha recibido numerosas críticas e incluso descalificaciones por parte de miembros de la coalición de Gobierno que lidera Netanyahu. Obama ha dejado claro que cree que el tiempo de negociar se acaba y le exige a su aliado decisiones difíciles en un momento crítico para Israel.
“Llega un momento en que uno no puede seguir gestionando esto por más tiempo, y debe comenzar a realizar decisiones muy difíciles”, dijo Obama en una entrevista a la agencia de noticias Bloomberg publicada el domingo por la noche. “¿Se va a resignar a lo que finalmente equivale una ocupación permanente de Cisjordania? ¿Es ese el carácter de Israel como Estado por un periodo prolongado de tiempo? ¿Va a perpetuar, a lo largo de una o dos décadas más y más políticas restrictivas en lo que respecta al movimiento de palestinos? ¿Impondrán más restricciones sobre árabes israelíes de un modo contrario a las tradiciones de Israel?”.

Estas palabras marcan un cambio en la actitud reciente de Obama respecto al proceso de paz. Desde el inicio de su segundo mandato había dejado a Kerry que mediara entre las partes, algo que este hizo con especial empeño, con 10 viajes a Jerusalén y Ramala en solo un año. Kerry logró reanudar las negociaciones y ahora está elaborando un acuerdo marco que presentará por iniciativa propia a ambas partes en las próximas semanas. En su primer viaje como presidente a Israel y Cisjordania, hace un año, Obama evitó escrupulosamente mediar en el proceso de paz, más allá de algunas cuantas menciones a la necesidad de crear un Estado palestino y de garantizar la seguridad de Israel.
A su llegada a Washington, Netanyahu respondió con la misma franqueza, en un comunicado distribuido por sus asesores con un tono igual de directo y claro. Haciendo referencia a un dicho que mantiene que “se necesitan tres personas para bailar un tango”, el primer ministro dijo: “El tango de Oriente Próximo necesita al menos tres personas. Durante años ha habido dos, Israel y EE UU: Ahora falta ver si los palestinos también están presentes. En cualquier caso, para que logremos un acuerdo debemos también preservar nuestros intereses vitales. He dado pruebas de que lo puedo hacer, aún enfrentado a todas las presiones y la confusión, y seguiré haciéndolo ahora también”.
No es la primera ocasión en la que ambos mandatarios, que conviven en sus puestos actuales desde 2009, muestran una clara divergencia de opiniones e intereses. La sintonía entre ambos no ha sido del todo buena desde que Netanyahu quiso obligar a Obama a apoyarle en un posible ataque contra Irán en 2012, algo a lo que este se resistió, prefiriendo finalmente las negociaciones directas junto a las otras potencias del llamado grupo P5+1, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania.
¿Se va a resignar a lo que finalmente equivale una ocupación permanente de Cisjordania?”
Barack Obama, a Benjamín Netanyahu
Aunque esas negociaciones con Irán han inquietado profundamente a casi todos los aliados de EE UU en Asia Menor, incluida Arabia Saudí, Netanyahu ha sido el único que ha expresado sin ambages su oposición a lo que ha calificado de un posible “mal acuerdo”. Obama, que mantiene una nueva política de acercamiento a Teherán desde la llegada al poder de Hasan Rohaní, sostiene que un nuevo paquete de medidas sancionadoras mientras están en proceso las negociaciones del P5+1 con Teherán, harían fracasar sus esfuerzos diplomáticos por lograr una salida pacífica al conflicto con el país asiático.
El propósito del presidente estadounidense es sondear al Primer Ministro israelí y luego repetir la operación con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, quien visitará la Casa Blanca el próximo 17 de marzo, y obtener de ambos un compromiso sobre el plan elaborado por Kerry antes de que finalice este mes. Esta maniobra se considera, para muchos, una señal de la intención de Obama de involucrarse de manera más directa en el proceso negociador. Sin embargo, en pasados días, la Casa Blanca ha querido rebajar las expectativas asegurando que el encuentro con ambos mandatarios sólo es “una oportunidad para hacer balance del punto en el que están las negociaciones y hablar sobre los detalles con ambos”
Netanyahu tiene también previsto defender la necesidad de que la comunidad internacional mantenga duras sanciones a Irán si no renuncia enriquecer uranio durante un discurso, el martes, ante el  Comité de Asuntos Públicos America-Israel, el grupo de presión de mayor influencia en el Capitolio. Es muy probable, sin embargo, que tanto allí como en la Casa Blanca, el Primer Ministro israelí se encuentre a unos interlocutores más preocupados por la crisis en Ucrania y el último desafío del presidente ruso Vladimir Putin a la autoridad de EE UU, que por la amenaza iraní.
Diario El Pais.

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