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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Venado Tuerto se recupera tras la feroz tormenta que hizo estragos

El municipio relevará los daños y pedirá ayuda al gobierno nacional y provincial, que a su vez prometieron ayuda. Cuatro heridos leves y cuantiosas pérdidas materiales es el saldo del temporal que en cinco minutos asoló la ciudad.
.La Capital | 
Venado Tuerto se recupera tras la feroz tormenta que hizo estragos

 La comunidad de Venado Tuerto intentaba ayer volver a la normalidad después de la feroz tormenta que generó cuantiosas pérdidas materiales y afortunadamente ninguna víctima, ya que sólo se reportaron cuatro personas con lesiones leves. Al cierre de esta edición, pocos sectores de la ciudad permanecían sin suministro eléctrico, y estaba en vías de solución la provisión del servicio telefónico, internet y agua.
Sólo cuatro familias continuaban ayer evacuadas en el Centro Integrador Comunitario (CIC) mientras que el resto de los damnificados optaron por mudarse a casas de familiares o permanecer en sus hogares para proteger sus bienes y a pesar del refuerzo de seguridad con la colaboración de personal policial de localidades de la zona y de Gendarmería.
Las áreas más afectadas por el fenómeno climático fueron los barrios Juan XXIII y Ciudad Nueva, donde los vecinos aún no pueden salir del asombro por los destrozos que causó el atípico meteoro.
Más de un centenar de viviendas sufrieron daños de distinta consideración, aunque lo más grave fue la voladura de techos. A ello se sumaron árboles y postes caídos mostrando una imagen similar a la de una ciudad bombardeada.
"Por la magnitud de lo sucedido fue un milagro que no haya muerto ninguna persona", dijo el intendente José Luis Freire al referirse a esos cinco minutos de terror, con ráfagas de viento que hicieron chocar autos entre sí. El mandatario valoró la solidaridad de las comunas y municipalidades vecinas de Chovet, Murphy, San Eduardo y Rufino para llevar adelante las tareas limpieza. Y en esa misma línea destacó la labor desarrollada por bomberos venadenses y de otros localidades de la zona que colaboraron en la emergencia como Elortondo, Santa Isabel y María Teresa, entre otros.
Afrontando los daños. Freyre adelantó que se realizarán gestiones tanto a nivel nacional como provincial para hacer frente a las pérdidas. "Elevaremos el informe sobre los daños reportados al ministerio de Desarrollo Social de la Nación y al gobierno santafesino que se comprometieron a brindar aportes para paliar los efectos del temporal".
El municipio declaró la emergencia y pidió al comercio y la industria que cesen sus actividades por 24 horas al tiempo que solicitó a la comunidad "racionalidad" en el consumo eléctrico, lo cual ha sido respetado parcialmente.
Asimismo requirió a las escuelas que no dicten clases, aunque la medida fue acatada solamente por las establecimientos públicos mientras que los privados trabajaron normalmente, lo que generó malestar en el comité de crisis.
"Seguramente normalizar la situación llevará días", dijo el secretario provincial de Protección Civil, Marcos Escajadillo, tras mantener durante la mañana una reunión en la Intendencia a fin de evaluar el impacto del fenómeno.
Al margen de los daños particulares, el principal problema coyuntural para los vecinos fue la falta de electricidad a raíz de la caída de dos torres de alta tensión, ubicadas a pocos kilómetros de Venado, que afectó a varias localidades de la zona.
No obstante la coopetariva electrica de Venado Tuerto utilizó generadores propios para brindar suministro en forma rotativa hasta que se normalizó el servicio.
Inédito. "Lo que ocurrió fue algo nunca visto", aseguró la directora de Acción Social, Alejandra Filippetti, mientras atendía el reclamo de vecinos de distintos sectores en busca de asistencia.
Un remisero que vive en Avellaneda al 2.200 contó que mientras protegía a su hija pequeña entre sus brazos, el viento le voló el techo y el tanque de agua de su casa. "Trabajé toda una vida para que me pase esto", se lamentó. No menos conmovedor fue el testimonio de Antonio Veliz, quien manifestó la angustia que le provocó volver a su casa de Agüero y Garbarino, en el barrio Juan XXIII, y comprobar que estaba parcialmente derrumbada. "Agradezco no haber estado en ese momento sino tal vez no cuento el cuento", dijo a LaCapital.
Sin techo. Sandro Ochoa estaba trabajando en otra localidad cuando la tormenta desplomó el techo del garaje de su casa para caer sobre dos vehículos, de los cuales uno no era suyo. "Fue terrible. Las chapas se movían por el fuerte impacto del viento y nos encontramos con este desastre", comentó su esposa Mónica, quien rescató que tanto ella como sus tres hijas no sufrieron consecuencias.
Para el titular de la vecinal del barrio Ciudad Nueva la situación es "un desastre. Nunca vivimos un hecho así", dijo, y rescató la solidaridad de "la gente del barrio para tender una mano y ayudar a sus vecinos damnificados". El vecinalista consideró que "las consecuencias podrían haber sido mayores si no fuera porque los chicos estaban en la escuela".

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