El Arzobispo de Santa Fe dijo que el sacerdote Juan Carlos Molina fue elegido a título personal, y no en representación de la Iglesia. Y cifró sus expectativas en la manera en que se plantee el funcionamiento del organismo.
/El Litoral |
El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, celebró que el gobierno nacional haya nombrado un nuevo titular del Sedronar, ya que “es importante” que el organismo encargado de abordar la problemática de la droga “tenga una dirección”, tal como había reclamado la propia Iglesia.
En cuanto al hecho de que se haya elegido para ello a un sacerdote, el padre Juan Carlos Molina, Arancedo advirtió que “no lo conozco personalmente, pienso que ha tenido trabajo y sensibilidad en el tema”, aunque “no ha habido consultas en la Iglesia”.
“El sacerdote actúa a nombre personal, a pedido del gobierno; su obispo le ha dado la autorización”, sostuvo el presidente de la Conferencia Episcopal, en diálogo con El Litoral desde Buenos Aires, donde mañana encabezará la 166 reunión de la Comisión Permanente.
“Hay que ver cuáles van a ser las funciones, cuál va a ser la estrategia” al frente del organismo, expuso, por cuanto “lo que él más conoce entiendo que es de prevención, ayuda y tratamiento de los afectados. Eso es lo más específico; lo demás dependerá de cómo organicen el funcionamiento”.
Arancedo insistió en que “lo importante es que este tema tenga el valor de una política de Estado; que se involucre el gobierno, pero también la oposición. Porque éste no es un tema para solucionarlo en un año, requiere políticas que trasciendan una gestión. Y sería bueno que todas las señales que se vayan dando sean orientadas a involucrar a toda la sociedad”.
El prelado remarcó que “no tengo ninguna objeción” a que se haya designado a un sacerdote, y manifestó sus “expectativas y esperanzas” de que se advierta una mejora en la lucha contra ese flagelo.
Compromiso
Al preguntársele si notaba alguna reacción en el gobierno luego del pronunciamiento formal de los obispos sobre la cuestión, sostuvo que “no quiero hacer un análisis político. Hemos hablado con mucha libertad; ése documento fue hecho con mucha libertad y compromiso. Si el gobierno lo ha leído y eso lo ha movido a tomar actitudes positivas, me alegro”.
“Con la reforma del Código Civil también la Iglesia tomó una postura pública; yo mismo me reuní con la comisión bicameral. Y fue en defensa de la vida, de su respeto desde la concepción, con todo lo que implica poner límites al manipuleo, a la comercialización. La voluntad procreacional no siempre se hace cargo de los derechos del niño, por eso nos pareció necesario sentar postura”, concluyó.
En cuanto al hecho de que se haya elegido para ello a un sacerdote, el padre Juan Carlos Molina, Arancedo advirtió que “no lo conozco personalmente, pienso que ha tenido trabajo y sensibilidad en el tema”, aunque “no ha habido consultas en la Iglesia”.
“El sacerdote actúa a nombre personal, a pedido del gobierno; su obispo le ha dado la autorización”, sostuvo el presidente de la Conferencia Episcopal, en diálogo con El Litoral desde Buenos Aires, donde mañana encabezará la 166 reunión de la Comisión Permanente.
“Hay que ver cuáles van a ser las funciones, cuál va a ser la estrategia” al frente del organismo, expuso, por cuanto “lo que él más conoce entiendo que es de prevención, ayuda y tratamiento de los afectados. Eso es lo más específico; lo demás dependerá de cómo organicen el funcionamiento”.
Arancedo insistió en que “lo importante es que este tema tenga el valor de una política de Estado; que se involucre el gobierno, pero también la oposición. Porque éste no es un tema para solucionarlo en un año, requiere políticas que trasciendan una gestión. Y sería bueno que todas las señales que se vayan dando sean orientadas a involucrar a toda la sociedad”.
El prelado remarcó que “no tengo ninguna objeción” a que se haya designado a un sacerdote, y manifestó sus “expectativas y esperanzas” de que se advierta una mejora en la lucha contra ese flagelo.
Compromiso
Al preguntársele si notaba alguna reacción en el gobierno luego del pronunciamiento formal de los obispos sobre la cuestión, sostuvo que “no quiero hacer un análisis político. Hemos hablado con mucha libertad; ése documento fue hecho con mucha libertad y compromiso. Si el gobierno lo ha leído y eso lo ha movido a tomar actitudes positivas, me alegro”.
“Con la reforma del Código Civil también la Iglesia tomó una postura pública; yo mismo me reuní con la comisión bicameral. Y fue en defensa de la vida, de su respeto desde la concepción, con todo lo que implica poner límites al manipuleo, a la comercialización. La voluntad procreacional no siempre se hace cargo de los derechos del niño, por eso nos pareció necesario sentar postura”, concluyó.
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