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domingo, 22 de diciembre de 2013

El diputado nacional Oscar Cachi Martínez reflexionó acerca de temas de interés.: “Debemos construir un diálogo profundo y ello exige cambios”

Diario Uno
El diputado nacional Oscar Cachi Martínez se refirió a los principales temas que marcan la agenda social y política en la provincia y el país. Sin medias tintas, el referente del Frente Renovador que lidera el también legislador Sergio Massa apuntó: “Se viven momentos de mucha tensión en la provincia y el país. Parece que pasó mucho tiempo, pero hasta hace pocos días, un conflicto entre policía y los gobiernos de varias provincias tuvo en vilo a toda la sociedad. Fue un episodio lamentable que se desarrolló justo a treinta años del inicio de la democracia y se perdieron más de una decena de vidas”.

“Como dijo el Papa Francisco, sería una falsa paz aquella que sirva como excusa para justificar una organización social, que se silencie o tranquilice a los más pobres, de manera que aquellos que gozan de los mayores beneficios puedan sostener su estilo de vida sin sobresaltos mientras los demás sobreviven como pueden”, subrayó Martínez y advirtió que “debemos transitar el camino del diálogo, la construcción de consensos y la concordia. Pero no sólo en términos formales, sino en términos profundos y ello exige un cambio”.

Pero también citó al Sumo Pontífice al señalar que “ el tiempo es superior al espacio” y continuó: “Por ello es que tenemos que dejar de mirar tanto las encuestas para empezar a ocuparnos de las propuestas. Debemos hacer política sin presiones, con alegría y con vocación transformadora, estableciendo una agenda del futuro”.

El único diputado nacional por la provincia en el bloque massista comentó además que “desde el Frente Renovador hemos conformado equipos técnicos en los temas económicos, sociales, seguridad y la eficiencia en la administración del Estado. Estamos interesados en seguir aprendiendo. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos.

—¿Cómo cree que se pueden abordar las soluciones a algunos conflictos que usted señala?
—Mire, no podemos dialogar con el otro sin poder percibir que somos parte y que juntos somos el todo. La unidad debe prevalecer por sobre el conflicto y la realidad debe estar encima de las ideas. Nosotros queremos construir una provincia rica, pero que esas riquezas puedan ser disfrutadas por todos. Tenemos una provincia con las tierras más fértiles del mundo, tenemos agua dulce y una cultura del trabajo impregnada en gran parte de nuestra población, pero tenemos profundas cuentas pendientes que debemos abordar para lograr el objetivo de construir esa provincia invencible.

Definiciones políticas
—¿Qué cree que está sucediendo en nuestro país?
—Quiero incorporar dos conceptos para que nos ayuden a interpretar lo que nos está pasando. Uno es la fatiga institucional y más en profundidad, el estrés social. Al primer concepto lo leí por primera vez en un artículo de Agustín Alied sobre la realidad europea, que tiene que ver con creciente malestar de las clases medias, con menor capacidad económica de la población y con menores beneficios sociales. Con una mayor sensación de precariedad e inseguridad. Eso se acompaña por una desconfianza social creciente. Eso lleva en algunas ocasiones a conflictos sociales. Y respecto del estrés, creo que hay causas muy claras y una de ellas es la inflación, que crece y está llegando a niveles intolerables, constituyendo un elemento que genera inseguridad en todos los sectores sociales y afecta especialmente a los sectores más vulnerables y a los asalariados. Eso se suma a la falta de diálogo democrático, fruto de la incapacidad del gobierno, que no permite abordar una agenda que tenga que ver con la agenda de la gente.

—¿Cree que el Gobierno Nacional perdió poder político?
—Sin dudas, sobre todo a partir de la derrota electoral de las últimas elecciones. Hay temas claves de los que la gente se cansó y como dijimos, uno de ellos es la inflación, por ello presentaremos un proyecto para modificar el Indec.

Medidas a largo plazo
—Muchos dicen que en las gestiones local y nacional faltan medidas a largo plazo.
—Creo que hay demandas persistentes que requieren reajustes por períodos prolongados. Por ejemplo, los temas que tienen que ver con el federalismo no sólo en términos fiscales, sino de inversión en políticas públicas que colaboren en la construcción de equilibrios territoriales como la ley de coparticipación, ley de cheque y planes de obras públicas nacionales. Y en el ámbito local, la necesidad de modificar el sistema de distribución de recursos del fondo solidario sojero y de garantizar una ley de obras menores de distribución automática. También la educación es un tema esencial y que debe abordarse con previsibilidad y seriedad. Si tomamos los resultados de los exámenes PISA, vemos que allí hay indicios de que estos plazos no se visualizan en la agenda política. Necesitamos una educación más vinculada con la inclusión social y para ello debemos incorporarle valores. La cuestión energética, la cuestión medioambiental y la infraestructura social, también son temas de singular importancia para la agenda del futuro.

—¿Y usted qué propone?
—Hace algunos meses presentamos en la Legislatura provincial, un programa de becas para los mejores estudiantes relacionados con las actividades de la producción primaria, de la industria metalmecánica, la agroindustria, el turismo y las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Queremos además incorporar el boleto educativo gratuito, las escuelas hogar, doble jornada, la de técnicos y universidad obrera. Consideramos de vital importancia la investigación y el desarrollo. En este aspecto vemos con esperanza la Agencia de Ciencia y Tecnología propuesta por el gobierno de la provincia. La gente no puede vivir tranquila, vemos cómo suben las temperaturas y empiezan los cortes de energía. Debemos empezar a pensar una ley provincial de hidrocarburos y una ley de aguas. Hay que abordar el tema de los residuos de manera profunda con un fuerte estímulo al desarrollo de energías renovables.

—También se habla mucho de inseguridad. Aparece como principal preocupación en la mayoría de los estudios sociales difundidos…

—Le completo su idea. Los santafesinos no sólo están preocupados por la inseguridad, sino también por las adicciones y el narcotráfico que exigen un abordaje desde todos los sectores sociales. Y en esta materia, el documento elaborado por la Conferencia Episcopal Argentina brinda un análisis profundo del tema y va más allá de propuestas fragmentadas. Nosotros tratamos de abordar el tema desde una doble visión: por un lado trabajar sobre las causas que nos han llevado a la anomia y por el otro, analizar los efectos. Hablo del delito, donde en términos muy concretos debemos romper con la puerta giratoria por la que los delincuentes entran por un lado y salen por el otro. Tanto en el Congreso como en la Legislatura, mediante nuestros diputados, hemos planteado numerosas iniciativas. Una de ellas es la ley de protección del área de la frontera norte, mal llamada ley de derribo. Otras son el agravamiento de las penas en los delitos contra la tercera edad, en la asociación ilícita vinculada contra el narcotráfico, en los delitos cometidos contra los prestadores del servicio público de transporte y en los delitos de violación seguida de muerte. Y ya que estamos en estos temas, quiero recordar nuestra oposición a la ley de blanqueo de capitales, que sin lugar a dudas dejaba una puerta abierta a aquellos que se han enriquecido de manera ilícita. En tanto que en el ámbito provincial planteamos la necesidad de destinar recursos para un programa de prevención contra las adicciones. Señalamos nuestra oposición a la despenalización de la tenencia para el consumo y planteamos la necesidad de incorporar la tecnología para achicar la brecha entre el delito y el accionar del Estado. Recuerdo también que nuestro espacio le dio al gobierno de la provincia el respaldo para la aprobación de la ley de emergencia en materia de seguridad. Siempre dije que no somos opositores vacíos, por eso y más allá de ser críticos en muchas cosas, a la hora de los hechos le brindamos las herramientas al Ejecutivo para que actúe con reformas profundas en la materia.


El rumbo de las gestiones
—¿Cómo evalúa las últimas decisiones que tomó el Gobierno Nacional?
—Nos preocupa la falta de sentido común en los ámbitos de decisión, lo que de verdad constituye otro elemento de estrés diario. Citemos un ejemplo: el proyecto de ley de responsabilidad del Estado, que prácticamente desguazó la reforma del Código Civil, que con paciencia de orfebre se venía construyendo. Nos convertimos en un país donde los funcionarios nunca son responsables por sus actos y donde ganarle un juicio al Estado, es más difícil que la tarea de Sisifo de llevar la piedra a la cima. Y podemos seguir señalando otras cosas como el incremento sistemático de la presión tributaria mediante la suba de los impuestos internos a los vehículos o los aumentos llevados adelante por el gobierno de la provincia, que fueron disimulados por la crisis policial pero que también contribuyen a la fatiga institucional existente. Estresa no saber cómo será la reparación por parte del Estado para aquellos que se vieron afectados por el conflicto entre la policía y el gobierno y que no estemos con mucha contundencia llamando a la paz y la concordia para los días venideros.

—¿Qué desafíos ve como pendientes en la política provincial?
—Hay una asignatura pendiente para todos y es la imposibilidad de establecer una agenda democrática que permita abordar la agenda de la gente. Pero en este caso, la ausencia de un diálogo democrático no tiene que ver con las formas sino con el contenido de la agenda, donde la provincia desconoce la relevancia del tema de la seguridad. Necesitamos más seguridad y menos publicidad, más políticas públicas sociales y menos políticas públicas comunicacionales.

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