Martín Buzzi sorprendió el fin de semana cuando anunció que exigiría a todos los funcionarios de la provincia que se sometan a una rinoscopía, un análisis de sangre y otro de orina para detectar la posible presencia de drogas. "Es voluntario, pero el que no lo haga yo lo voy a invitar a que deje el Gobierno", sentenció.
El gobernador cumplió hoy con su palabra y él mismo se realizó el examen. Más tarde, desde los estudios de InfobaeTV defendió la medida. "No es una cuestión de sospecha, sino que hay que darle pelea al narcotráfico", dijo.
Tras sostener que los funcionarios deben dar "los máximos ejemplos", Buzzi aseguró que "no puede existir ninguna vinculación con los mercados ilegales". Y aunque admitió que el consumo o no de drogas pertenece a la esfera privada de cada persona, insistió en que quien lo hace debe estar conectado "de manera directa a un circuito que es ilegal".
El mandatario patagónico comentó que el decreto que firmó alcanza solo a ministros, secretarios, subsecretarios y directores. Es decir, comprende a los funcionarios, no así a los empleados públicos. Precisó, además, que para el viernes ya deberían haber pasado todos y agregó que el examen se realizará una vez por año.
Buzzi reconoció que en Chubut se incrementó el narcotráfico, y señaló que ese flagelo alienta otro tipo de actividades ilegales que merman la seguridad. "A la cultura light de que todo está permitido hay que ponerle un límite", observó. "Ya no alcanza con poner la palabra; ahora hay que poner la palabra, la nariz, la sangre y la orina para ver de qué lado estás", dijo.
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