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domingo, 25 de agosto de 2013

Santa Fe: "Queremos que la gente sepa bien quien era Marcelo"-Marcelo Giménez, el joven limpiavidrios

Así lo señalaron los padres de Marcelo Giménez, el joven limpiavidrios que fue atropelladó a medidos de este mes, en Av. Alem y Tucumán en la Ciudad de Santa Fe.
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 Marcela Morinigo y Julio Giménez son un matrimonio de mediana edad,de familia trabajadora. En la jornada de hoy, Diario UNO tubo la posibilidad de dialógar con ellos para saber como estaban sobrellevando esta situación, ante la perdida de su hijo Marcelo.

Ellos manifestaron su sentido dolor en esta perdida irreparable, y dijerón "Marcelo nos dejó una misión de alguna forma". A pesar, de esto afirmarón sentirse con muchas fuerzas por luchar por los demás chicos que quedan en situación de calle. Conversando con Julio, el padre de este joven, nos expresó:

¿Quién era Marcelo?

"Era un chico muy especial, fue muy sufrido desde la infancia. Desde chiquito se nos ha accidentado, a los dos años sufrió una quemadura con agua caliente y por ese motivo estuvo internado. El fue uno de los que más dolores de cabeza nos dio, pero también fue él que más nos necesito.


"En otros medios locales, se dijeron cosas que no coincidían con su vida, que en realidad no eran ciertas. Su realidad era que Marcelo estaba de paso en el lugar por una cuestión de urgencia ahí. Él tiene un nena, estaba en pareja con la mamá de la beba. Nosotros en la medida que podíamos lo ayudábamos, pero el hacía su parte diaria, esperando el llamado del trabajo que le habían prometido, un trabajo formal, en serio", destacó Julio. "Era muy querido por ese grupo de chicos, si bien es cierto que la mayoría de ese grupo de chicos no tienen padres, no tienen familia ni un techo, y son menores. Tengo que decir algo públicamente y tal cuál él me lo expresó, esto era algo que a él no le gustaba hacer".


Por otro lado destacó que "le daba vergüenza por eso también iba de noche porque no querían que lo vieran. Se avergonzaba un poco por nosotros, decía que van a decir, este es el hijo de Julio y Marcela. Pero quiero dejar en claro que él se sentía identificado con estos chicos, de alguna manera porque tenían la misma necesidad y carencia de oportunidades, sobretodo laborales en esta sociedad".

"Tenemos mucho para decir de estos chicos, porque hay una historia detrás de cada uno de ellos. Una historia de vida muy triste, mucho de ellos viven en la calle. Estos jóvenes no son violentos, no son agresivos. Los han revisado muchas veces y jamás le encontraron un elemento contundente para lastimar una persona. Marcelo buscaba tener algo mejor, cambiar su vida. A pesar, que antes con su mamá le decíamos que madure, que se hiciera cargo de su vida, nosotros creemos que eso él lo entendió a eso, y tomó esta alternativa como provisoria, temporal".


—¿Para ustedes como familia era un punto de conflicto que Marcelo desarrollará esta actividad?
—"Al principio no lo aceptábamos, fue lo primero que nació de nosotros, pero con el correr del tiempo lo asumimos. Porque de alguna manera le sumaba a su bolsillo, a su familia para poder llevarle la comida necesaria del día. Y nosotros veíamos que no era el mejor camino, pero él se estaba haciendo responsable de su grupo familiar. En su momento Marcelo tubo trabajos formales, pero por cuestiones laborales de contratación se ha quedó sin.Él no era un chico de la calle como se dijo en otros medios, y es lo que queremos dejar en claro, y nos vemos en la responsabilidad de hacerlo porque somos sus padres y mejor que nadie lo conocimos. Queremos que la gente sepa bien quien era Marcelo. Vuelvo a repetir, él no era un chico más.


Al respecto, el padre de Marcelo recordaba:"Trabaje muchos años en el trasporte público, manejaba un taxi, y cantidad de veces pase por ahí, el lugar donde Marcelo perdió su vida. Y jamás pensé que un día un hijo mío iba a estar ahí. Mucho menos que menos que iba a terminar su vida ahí.Esto a mí me cambio la vida, hay un antes y un después para nosotros. Marcelo nos dejó una misión de alguna forma".


También decía: "En el momento, en el que Marcelo cae al pavimento pide ayuda, él dijo “hermano ayúdame”. Esto lo tomó como el clamor de todos estos chicos que están en la calle. La sociedad tiene que hacer algo, el gobierno municipal y provincial tiene que responder, la iglesia tiene que hacer algo. Todos tenemos que trabajar mancomunadamente para que esto se termine, no va hacer fácil, y es un camino largo.Te digo la verdad, quiero ser puente de estos chicos que compartian este trabajo junto a mi hijo. Puntualmente, son cinco los chicos que estaban en el grupo con Marcelo. Sus nombres son Ariel, Lautaro, Gustavo, José y otro que también se llama Ariel. Tienen entre 14 a 17 años".


Acongojada  en el relato, la familia Giménez detalló uno de los momentos especiales que vivierón en la semana. Julio, padre conductor de este grupo familiar decía: "El día miércoles los invitamos a comer a nuestra casa, nosotros hablamos con ellos y ahí nos dimos cuenta de la historia de cada un.Ellos nos abrieron su corazón. Nos confesaron que quieren cambiar de vida, quiere ser distintos, vestirse bien, poder realizarse con la posibilidad de tener un trabajo formal y digno. Es ahí cuando pienso que a estos jóvenes nadie los representa y por eso quiero hacerme responsable".

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