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miércoles, 28 de agosto de 2013

SANTA FE: La Usina de Sauce Viejo sigue bajo el control de obreros de la construcción

En el Parque Industrial de Sauce Viejo, desde hace días no se ve vapor en la chimenea de la gigantesca planta generadora. Trabajadores de la llamada Uocra-Araya se apoderaron de las instalaciones de Enarsa.

La Usina de Sauce Viejo sigue bajo el control de obreros de la construcción
 Los mandados, los recados, las provisiones y las novedades circulan en motos y ciclomotores. El enorme playón que hasta hace unas semanas estuvo repleto de camiones con fueloil, ubicado en el extremo oeste de la usina Brigadier López, hoy parece aún más grande: lo atraviesan, veloces, en dos ruedas, con cascos o gorros de lana para ir a la cancha, los obreros de la construcción que tomaron la planta.

La generadora de energía de Enarsa, una empresa del Estado nacional, está paralizada.

Dentro del predio cercado todo está bajo el control de los albañiles que responden a la llamada Uocra-Araya, es decir, a la conducción santafesina que fue desplazada por una intervención nacional, dispuesta por el gremio que encabeza, en el país, el sindicalista oficialista Gerardo Martínez.

Afuera, a metros del primer portón de acceso, quedó tirado sobre el pasto un letrero que dice “No pasar”. Ésa es la única huella de violencia que se puede observar desde la cerca.

Tal como se informó ayer, los operarios del sector eléctrico dejaron sus lugares de trabajo la semana pasada, en cuanto los obreros de la Uocra se apoderaron del predio de diez hectáreas.

Tras la cerca

El Litoral intenta hablar con algún vocero de la toma. Los obreros responden que van a buscar a un delegado, pero adentro (a unos minutos de moto) en los galpones de la planta -donde está la mayoría de la gente que responde a Emanuel Araya- se desarrolla una asamblea.

El periodista y el fotógrafo esperan pacientes que alguien llegue hasta el portón oeste para exponer una posición, que en realidad es conocida: los obreros reclaman que se reincorpore a 60 trabajadores de la obra de ampliación de la Usina.

Los hombres detrás de la cerca hablan entre sí, sin apartarse del sol. Prefieren que los que están al mando del grupo sean quienes traten con los extraños.

Lucen bien dormidos. Alguien menciona turnos, reemplazos y horarios para la llegada de los sándwiches. Una gaseosa con naranja circula a la espera del almuerzo. El equipo del mate -y los naipes para el truco- están dentro de una casilla vidriada que -hasta el viernes por la tarde- usaban los encargados de la seguridad de la Usina.

Película

La generadora estuvo funcionando hasta hace unas semanas y ayer los técnicos de Enarsa que intentaron encenderla no pudieron hacerlo, debido a la toma. No hay personal a la vista que pertenezca a Enarsa. Ni tampoco parecen existir las condiciones de seguridad para su funcionamiento. Salvo cascos y guantes de motos no se ve ninguna otra protección. Y desde el cerco de alambrado olímpico (inútil para los perros, que pasan por debajo del tejido) todo se ve sano y cuidado, sin destrozos.

“Para la ciudad, para ustedes, nosotros somos los malos de la película, pero la gente de Martínez nos está haciendo echar compañeros de las obras”. Eso es todo lo que dice uno de los santafesinos que tomaron la planta de Sauce Viejo. Otro, en voz alta, como para que el periodista escuche, le comenta a un compañero: “No se pasa más la hora”. Y un tercero agrega: “No tengo laburo y lo que guardé ya se me terminó, pero voy a seguir viniendo, por los compañeros”.

Los demás no quieren opinar y disciplinadamente esperan que llegue un vocero para hablar con el periodista, lo que finalmente no va a ocurrir, por culpa del horario de cierre y porque en la planta hay finalmente una novedad. Un obrero-motociclista avisa que alguien de la Justicia recorre las instalaciones “de oficio”, según su precisa descripción.

A los demás, lo que les importa es que no haya movimientos extraños entre los móviles de la policía provincial, ubicados frente al portón principal, a más de cien metros. En esa dirección miran una y otra vez.

Esta tarde se cumplirán cinco días desde que se instaló, en medio de una central eléctrica de enorme valor, el conflicto gremial interno por la conducción de la Delegación Santa Fe de la Uocra. 

De oficio

Personal de la URI realizó esta mañana a primera hora una inspección de oficio en el lugar para la constatación de eventuales incidentes. Durante la mañana, el jefe de la Unidad Regional, Rafael Grau, se reunió con el fiscal López Rosa. Ambos, junto al juez correccional Héctor Gabriel Candioti, recorrían la zona.

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