Así lo expresó el cabo policial Pablo Javier Cejas, de 40 años, baleado este miércoles por la mañana cuando concurría junto a otros dos policías a cargar combustible para su motocicleta. Fue impactado con un disparo de carabina calibre 22 y llevaba colocado el chaleco balístico.
—¿Puede usted narrarnos como fue baleado?
—Sí, claro. Esta mañana tomamos el servicio junto con mis compañeros, salimos del edificio de la jefatura con nuestros motos de la Brigada Motorizada que integramos y nos dirigiamos a una estación de servicio del norte de la ciudad de Santa Fe, y cuando tomamos por la avenida de circunvalación oeste, al pasar por la ese a la altura del barrio El Arenal fui impactado con un disparo de arma de fuego en el pectoral del lado derecho.
Inmediatamente me caí de la motocicleta y le alcancé a gritar a mis compañeros que sentí un balazo en el pecho y me tiró al pavimento, entonces ambos descendieron de las motocicletas y se tiraron arriba mio para protegerme y también para cubrirse de posibles nuevos disparos. Luego, uno de los dos suboficiales que me acompañaban, tomó su handy pidió apoyo a la central policial 911, mediante la frecuencia radioeléctrica.
Así fue como minutos después arribó el patrullero con dos vigilantes de la 3ª inspectoría zonal, entre todos me subieron y con sirena y con balizas encendidas me llevaron lo más rápido que pudieron al hospital Cullen.
—¿Qué le dijeron los médios que lo revisaron?
—En principio me quitaron el chaleco balístico, me levantaron la ropa y me dijeron que el impacto de bala que me tiro abajo de la moto, había dejado una marca en la piel de mi pectoral derecho, y además hallaron la ojiva que es lo que se conoce popularmente como el plomo, que estaba incrustado en el chaleco balístico, roto en el lugar en el que hizo impacto a simple vista. Y, además, afectuosamente me dijeron clarito: " El chaleco te salvo la vida, no tengas dudas". Después me dieron el alta y entonces regrese a la central de la Brigada Motorizada y me reencontré con todos mis compañeros de trabajo.
—¿Puede usted contarnos como está compuesta su familia y desde cuando es policía?
—Sí con mucho gusto. LLevó una década casado con mi esposa Nancy Scarafone, y somos padres de tres hijos maravillosos, Lucas tiene 17 años, Belén 15 y Elías, 6; hace ocho años que soy policía y siempre trabajé en unidades operativas de la agrupación Cuerpos de la unidad regional UR 1ª La Capital, tanto en el comando radioeléctrico como en la brigada motorizada.
—¿Sabemos que esta no es la primera vez que usted se topa de cerca con la muerte?
—Es cierto, esta es la tercera, y ojalá sea la última, porque son momentos muy difíciles para cualquiera. La primera vez que me ocurrió algo semejante fue el 1ª de enero de 2012, cuando con un compañero de patrullero intentamos identificar a dos desconocidos en Playa Norte durante los festejos por la llegada del Año Nuevo, y uno de ellos tenía escondida una pistola calibre 9 milímetros con la que me disparó y en esa oportunidad tambien me salvó la vida el chaleco balístico, aunque el otro cómplice me pegó un par de puñaladas con un facón en el antebrazo derrecho.
Y el otro suceso difícil fue durante el mes de julio de 2012, en este caso también era de noche, y bajamos de un patrullero para identificar a un muchacho en French y Río Bamba y un muchacho nos disparó con una escopeta y parte de la perdigonada me impactó en el rostro, pero como estaba relativamente lejos, las heridas no fueron graves.
—¿Cómo seguirá su día?
—Le pedí permiso a mis jefes para que permitieran regresar a mi casa y explicarle a mi familia que fue lo que pasó y que estoy bien. Así que seguramente trataré de compartir el almuerzo familiar y darle gracias a Dios de estar vivo. Y mañana tomaré el servicio como todos los días, como corresponde.
Aprovecho la oportunidad para agradecer a todos mis compañeros de trabajo de la Brigada Motorizada , de la agrupación Cuerpos, del resto de agrupaciones y de la jefatura de UR 1ª, de la jefatura de la Policía provincial y del ministerio de Seguridad por la humana preocupación que tuvieron desde el principio por mi estado de salud. Muchas gracias.
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