La directora de la Escuela Almafuerte contó que un grupo de chicos regresaba al establecimiento luego de asistir a clase de taller en Balcarce y Tucumán cuando se produjo la detonación.
/La Capital |
“Unos minutos antes de la explosión un grupo de alumnos, acompañado por una maestra, pasó a metros del lugar, minutos después explotó todo”, contó a La Capital, la directora de la Escuela Nº 56 Almafuerte, Amalia Torres. Los chicos venían de una clase de la Escuela Taller Nº 33 ubicada en Pasaje Lugand 2070 (pasaje que se ingresa por Balcarce, entre Catamarca y Tucumán) a la vuelta de la tragedia. Torres dijo que “en la escuela se sintió el cimbronazo y se abrieron las ventanas de las aulas”.
La Escuela Almafuerte está en Salta al 2500, a cuatro cuadras del sitio donde ayer explotó un edificio por una pérdida de gas. A la vuelta de esta tragedia, está el Taller Manual Nº 33, donde a diario concurren chicos de distintas escuelas de la zona a tomar clases. A las 9.30 de ayer, los chicos salieron de una más y tomaron por Oroño para regresar a la Escuela Almafuerte. En el camino, los sorprendió la explosión. “Algunos aseguran que cuando pasaban cerca del edificio que después explotó sintieron olor a gas”, contó.
“Luego fue todo un caos, los chicos asustados, las ambulancias y el tránsito a contramano. No sabíamos qué pasaba. Pero enseguida nos organizamos, y luego de tranquilizar a los chicos empezamos a contactar a las familias, aunque teníamos dificultades con las señales de los celulares”, contó la directora Torres.
“A nuestra escuela vienen niños de distintos barrios, y muchas mamás los dejan y van a trabajar por esta zona, otros a hacer las compras en el supermercado La Gallega que está a la vuelta, eso dio más miedo. Más porque al principio no sabíamos qué pasaba”, continuó Amalia en charla con este diario.
La directora dijo además que “en forma inmediata la supervisora de la escuela se comunicó con nosotros y nos pidió ubicar a las familias de los chicos, y también preservar al personal docente, que nadie quede en planta”. Cerca de las 11.15 “ya habían venido todas las familias a buscar a sus hijos”.
Otro pedido que nos hizo la supervisora es que “en caso de saber de alguna familia afectada directamente por la explosión lo informáramos al Ministerio”. Más allá de este pedido, Amalia contó que enseguida las maestras y la escuela se puso a disposición de conocer la situación de cada alumno.
Torres subrayó que “las maestras estaban todas organizadas para que saliera todo bien y tratar de contener y guardar la calma, dar seguridad”. La directora rescató una vez más “la preparación de los maestros para actuar en estas situaciones”. Y aseguró que esto “no ocurrió sólo en su escuela, sino en todas las afectadas”.
Para la directora lo que pasó “obliga a pensar de qué se habla cuando se habla de inseguridad”. “Algunos le temen a los robos y a las balas, pero esto que pasó muestra que la seguridad también pasa por otras situaciones”.
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