El máximo pontífice dejará la Iglesia el 28 de febrero "por falta de fuerzas", según anunció en una misa interna de canonización. Había llegado al cargo en 2005, tras la muerte de Juan Pablo II. Se inicia el proceso para designar a su sucesor.
El Papa Benedicto XVI comunicó que dejará el Pontificado el próximo 28 de febrero durante una reunión, según la agencia de noticias Ansa. El Sumo Pontífice, de 85 años, tomó la decisión“por falta de fuerzas” debido a su edad.
"Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino", explicó a los cardenales en latín.
"Siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro (...) de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice", agregó, de acuerdo con un comunicado.
La agencia AFP confirma la información con declaraciones del vocero del Vaticano, Federico Lombardi: “El Papa ha anunciado que renunciará a su ministerio a las 8 de la tarde del 28 de febrero”.
Joseph Ratzinger se convierte así en el primer Papa en abdicar a su pontificiado desde el siglo XV. El último en hacerlo fue Gregorio XII en 1415, quien lo hizo “por el bien de la Iglesia” durante el llamado cisma de Roma, cuando tres pontífices se habían proclamado para el prelado.
Dos años atrás, en una entrevista, Benedicto ya había admitido la posibilidad de dejar sus funciones en el Vaticano. “Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de no estar bien física y espiritualmente para llevar adelante el encargo confiado, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias también el deber de dimitir”, había dicho en dicha ocasión.
En su último mensaje de Twitter, Benedicto escribió: “Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios. Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida”.
Benedicto XVI, nacido en Alemania en 1927, fue elegido como el 265º Papa el 19 de abril de 2005, tras la muerte de Juan Pablo II.
Todavía no hay candidatos claros para suceder al Papa, pero uno de los nombres que suena fuerte en la prensa italiana es Angelo Scola.
"Siendo muy consciente de la seriedad de este acto..."
Este es el comunicado en el que se recoge la declaración del Papa en la que anuncia su dimisión:
"Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013".
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