ROSARIO: "La Municipalidad tenía todas las pruebas para clausurar las plantas cerealeras y no lo hizo"

Nicolás Mayoraz, uno de los abogados patrocinantes de los vecinos de barrio Refinería, se refirió al embargo de los terrenos de Puerto Norte. Apuntó contra la intendencia de Hermes Binner. El embargo recayó sobre los terrenos donde se levantan las torres Maui.

La Capital | 

En el marco del embargo que dictó la Justicia sobre terrenos de cerealeras en barrio Refinería, a raíz de la denuncia de vecinos por contaminación, el abogado Nicolás Mayoraz dijo que durante la administración de Hermes Binner ya se tenían los elementos suficientes como para cerrar las plantas.

Junto con Iván Cullen y María Milva del Rosario Sánchez, Mayoraz es el patrocinante de la demanda presentada por los vecinos, quienes desde hace 20 años comenzaron a reclamar el cese de la actividad portuaria en la zona norte de la ciudad por parte de Servicios Portuarios y Agroexport.

Esta presentación derivó en un juicio por el cual se decidió embargar los terrenos de Servicios Portuarios en los que se levantan las torres Maui, en el complejo de Puerto Norte.

"Este es un reclamo que vienen haciendo los vecinos de barrio Malvinas hace muchos años, y nosotros cuando tomamos el caso y lo analizamos, encontramos que había muchas pruebas no sólo para demandar a las empresas que quedaban en los silos del puerto, sino también al municipio por las responsabilidad que tenía", dijo Mayoraz.

Es que para el abogado, ya durante la gestión de Hermes Binner en la intendencia rosarina se encontró "una grave responsabilidad del Estado, porque el municipio tenía todas las pruebas para clausurar las plantas y no las clausuraba".

"De hecho —agregó— se dictaron resoluciones administrativas de clausura, pero la Municipalidad nunca las hizo cumplir". Por eso aclaró que la demanda que presentaron los vecinos "va dirigida contra el municipio y contra las dos empresas", por Servicios Portuarios y Agroexport.

Respecto de la reciente resolución judicial, aclaró que "no es una condena sino apenas un embargo", a fin de asegurarse que "si el juicio se gana (los vecinos) no se van a encontrar con una sentencia que no tienen a quién hacérsela cumplir".