El arzobispo de Santa Fe brindó algunas consideraciones sobre la situación del cura Marracino que, la semana pasada, solicitó una dispensa para alejarse de la vida sacerdotal. “Ha sido la opción que ha tomado y bue… así son las cosas”, dijo Arancedo.
En la víspera, el arzobispo de Santa Fe, Monseñor José María Arancedo, se llegó hasta la localidad de Recreo para tomar contacto con los fieles que se vieron revolucionados por la partida del padre Mariano Marracino, conocida oficialmente el pasado viernes. Cabe recordar que, según se supo, el sacerdote de la parroquia San Miguel Arcángel del mencionado poblado, solicitó una dispensa y se trasladó a vivir a un country de la zona de la capital.
Ayer, Arancedo ofició la misa dominical y anuncio que el padre Néstor Vivas -actualmente a cargo de la iglesia Sagrado Corazón de Laguna Paiva- será el administrador de la casa parroquial, a la que concurrirá una vez por semana. En tanto el diácono Omar Garello continuará al frente de la capilla hasta fin de año para solucionar los asuntos inmediatos. Respecto de los oficios religiosos, serán brindados por diferentes sacerdotes de Santa Fe que tomarán turnos.
Con relación a la renuncia de Marracino, el arzobispo aseguró que “es una opción que él ha tomado de dejar el ministerio”. Por ello, sugirió a la comunidad católica que “en un contexto de oración vivamos este momento de dolor, de distancia, de alejamiento”. No obstante, insistió en que “ha sido la opción que ha tomado y bue… así son las cosas”.
De todos modos, Arancedo se mostró “sorprendido” y dijo sentir “dolor” ante la partida de “un sacerdote que estaba trabajando muy bien en muchos aspectos”. Sin embargo, llegó a la conclusión de que “ante el hecho hay que ser realistas, asumirlo y fortalecer -desde la fe y la esperanza- a una comunidad viva, a la gente que está trabajando en la parroquia, el colegio y los barrios”.
“La vida tiene que seguir con la misma fortaleza porque Dios no abandona a sus hijos”, dijo por último.
No hay comentarios:
Publicar un comentario