El Gobernador de Santa Fe sostuvo que la posición de los legisladores nacionales del peronismo frente al tema del narcotráfico “no se condice” con una voluntad “de poner el hombro para solucionar los problemas de los santafesinos”. Dijo además que los cambios en Seguridad continuarán. Y que a Hugo Tognoli “ni lo defiendo ni lo ataco. Lo que quiero es que actúe la Justicia”.
—Después de que la reunión fracasara con los legisladores nacionales, el jefe del bloque del Frente Amplio Progresista Juan Carlos Zabalza dijo que la reacción de los diputados kirchneristas se inscribía en un intento de desestabilización institucional. ¿Usted piensa lo mismo?
—La actitud que asumieron los legisladores en esta ocasión no se condice con poner el hombro para solucionar el problema de los santafesinos. Decidieron jugar la partida política.
—¿Por qué convocó a esa reunión?
—Yo convoqué a todos los legisladores nacionales el lunes a una reunión, pero no pudimos ubicar a algunos de ellos y la tuvimos que pasarla para el viernes. La idea era abordar propuestas para resolver un tema que constituye un problema para toda la República Argentina, que es el tema de la droga y el narcotráfico. En mi primer mensaje a la Legislatura y en el inicio de las sesiones ordinarias en el mes de mayo pasado, y en cuanto discurso tengo oportunidad de hacer, me refiero a la necesidad del diálogo y de la convivencia para bajar la violencia en la ciudadanía. Y para esto tenemos que sumar esfuerzos. Por eso, me parecía que era necesario convocar a los legisladores nacionales para analizar un problema, como es el narcotráfico, que es un un delito federal, pero que ninguna provincia debe mirar hacia el costado. Debemos colaborar y ayudar para combatir el flagelo de la droga. El objetivo era encontrar propuestas que tengan que ver con las otras fuerzas de seguridad, con los jueces federales, que tenemos la misma cantidad de juzgados en la provincia que hace 30 o 40 años. La convocotoria era para analizar si hay que modificar legislación y escuchar propuestas que vengan de cualquiera de los 19 diputados nacionales, y 3 senadores.
—La crisis que se desató tras la detención de Tognoli desembocó en cambios en la estructura del Ministerio de Seguridad. Se avanza hacia un control civil de la Policía.
—Vamos a seguir profundizando todo lo que estamos haciendo. Cuando hablamos de narcotráfico desde el 1° de enero hasta el 14 de octubre pasado la provincia hizo 1.010 procedimientos contra las drogas; 211 allanamientos con orden de la justicia; y 1224 detenciones. Las fuerzas de seguridad nacionales llevaron adelante 10 allanamientos con 20 detenidos. Hemos pasado a disponibilidad en este tiempo a más de 200 policías. Se están investigando lo que hemos descubierto hace un par de semanas en la ciudad de Santa Fe con la manipulación de los adicionales de los policías de esa unidad regional. Estamos cruzando información de otras unidades regionales. Tenemos la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad, hemos creado una cartera de Delitos Complejos y Narcotráfico. Y estamos teniendo el control de los recursos humanos de la Policía, que antes estaba a cargo de la propia fuerza. Estamos haciendo intensos controles sobre el expendio de combustible, con una tarjeta plástica. El jueves pasaron a disponibilidad 22 efectivos del área de la ex Drogas Peligrosas. Permanentemente estamos en el control de las fuerzas de seguridad. Lo que quiero rescatar es que también hay policías buenos. Porque si no estaríamos haciendo los procedimientos que se están realizando. Generalizar también es un problema que nos preocupa, si no terminamos creyendo que se puede hacer seguridad sin la Policía, y esto no es así. Al buen policía hay que protegerlo.
—¿Entró en una crisis irreversible la estructura de la Policía que hoy está en el centro de las miradas por las sospechas de connivencia con el delito?
—La detención de Hugo Tognoli es una denuncia que aparece en un medio de comunicación. Nosotros vamos a confiar en la Justicia, que va a determinar las responsabilidades. Indudablemente, por cómo fue abordado el tema desde el punto de vista periodístico generó una gran conmoción. Porque ya muchos lo han condenado antes de que la Justicia se defina. Ya se habla del narcopolicía. Yo ni lo defiendo ni lo ataco. Lo que quiero es que actúe la Justicia. Hay que respetar esto. Se pusieron sobre el tapete cosas que aceleraron algunas cuestiones. Pero nosotros seguimos por el mismo camino. No nos van a torcer para producir todas las transformaciones que creemos necesarias.
—Hoy el narcotráfico es el principal problema...
—El principal problema es la violencia que hay en la sociedad. Y dentro del narcotráfico que haya según estadísticas 300 mil consumidores. Porque hay narcotráfico porque hay consumidores. Mi mayor preocupación es cómo hacemos desde lo social e institucional para que se vuelvan a recuperar valores y tengamos una juventud que en lugar de tomar drogas esté pensando en otras cosas, trabajando y teniendo sueños colectivos. La sociedad de consumo en general conspira todos los días cuando desde los medios de comunicación se quiere vender más todo el tiempo. Esta carrera sin fin va generando una cultura que va a contramano de lo que nosotros pensamos.
—¿Por qué se desplazó a Marcos Escajadillo de la cartera de Seguridad?
—A Escajadillo no se lo desplazó. Desde hace tiempo que él había manifestado que su especialidad es Defensa Civil, que aceptó trabajar en el Ministerio de Seguridad cuando se lo convocó pero que ahora entendía que debía dar un paso al costado y volver su antiguo lugar. En alguna medida hay un desgaste en la gestión. Escajadillo goza de nuestro absoluto respaldo en todo sentido.
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