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domingo, 20 de mayo de 2012

ROSARIO - En 4 meses hubo 42 denuncias contra taxistas y 12 sanciones

Infracciones o falta de higiene en las unidades son las quejas más frecuentes. Las denuncias de los usuarios llegan a la Dirección de Fiscalización del Transporte.

La falta de unidades en horas pico no es el único problema que padecen los usuarios de taxis. La mala conducta de los choferes, expresada en problemas en el cobro, infracciones a las reglas de tránsito, falta de higiene en las unidades o simple descortesía son reclamos que con frecuencia esgrimen los pasajeros. La enumeración surge en base a un relevamiento sobre las quejas que se reciben en la Dirección General de Fiscalización del Transporte del municipio. En lo que va del año, la dependencia relevó 42 denuncias por incidentes vividos en los coches de alquiler. Y en ese mismo lapso se establecieron 12 sanciones a choferes. En la opinión de los usuarios, los colectiveros salen mejor parados.
   La cantidad de quejas que se reciben en la Dirección de Fiscalización parece mínima, pero eso es relativo relativo ya que, según reconocen los mismos técnicos del área, son pocos los usuarios del servicio que se toman el trabajo de denunciar los malos tragos que se sorben dentro de las unidades.
   Lo cierto es que, entre enero y abril de este año, el Sistema Unico de Atención de esta dependencia recibió 42 protestas de distintos tipos de incidentes vividos en los taxis. Y de éstas, la mayor parte se relacionó con la conducta del chofer (problemas con el cobro, hablar por celular o simple descortesía). Y detrás quedó el mal estado de las unidades o la falta de coches.
   Cada una de las quejas de los usuarios disparó el inicio de un sumario. El trámite incluye la citación al titular de la unidad y al conductor y, de comprobarse la falta, se establecen sanciones que van de un simple apercibimiento al retiro del carné o la caución de la chapa. De los 42 reclamos recibidos este año, se labraron 12 sanciones.
   Una de las últimas fue hace unos 20 días y consistió en la suspensión de un chofer a quien el pasajero inculpó por haberle cobrado de más para trasladarlo desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad.
En las paradas. Acercarse a las paradas de taxis y hablar con los usuarios del servicio muestra a las claras que la relación entre taxistas y pasajeros no siempre es fácil. Y sobre todo en las últimas semanas. No fueron pocos quienes, ante la consulta de La Capital, censuraron los dos paros sorpresivos lanzados por los choferes en reclamo de condiciones de seguridad. “Son víctimas de la violencia, tanto como otros trabajadores. Por eso no se justifica que dejen a la ciudad a pie”, consideró Juan Carlos, dueño de un comercio céntrico.
   Quizás por eso, las críticas superan a los elogios. Y escucharlas recuerda al texto de Borges sobre el idioma analítico de John Wilkins y sus clasificaciones sobre las piedras o los perros. Según quienes se apoltronan en el asiento de atrás de las unidades de alquiler hay múltiples categorías de conductores: los que manejan como locos, los que escuchan música a todo volumen, los que hablan mucho, los que insultan, los que fuman, los que conducen y llaman por teléfono, los que no tienen cambio, los que eligen a sus pasajeros, los que se las saben todas o los que directamente meten miedo. Por supuesto, también están los amables y los que hacen el viaje más entretenido.
   Clara es una docente jubilada y viaja con frecuencia en taxi. Asegura conocerlos “a todos” y si bien considera que, como en toda profesión, hay buenos y malos, dice que lo que ostentan muchos taxistas “es su total desconocimiento de que brindan un servicio público”. Por eso, “desaparecen del centro en horas pico, se niegan a hacer viajes cortos o no cuidan la limpieza de los coches”, afirma mientras aguarda su lugar en la cola de la parada de Entre Ríos y Córdoba.
Aire. A tres cuadras de allí, Santiago, un abogado joven, suma sus quejas. “Hay choferes que tienen muy mal trato —asegura—. No se preocupan por tener cambio y te apuran hasta si pagás con 50 pesos un viaje de 20. En verano, que no quieran prender el aire es un clásico y también se enojan si les decís que te bajas para buscar otro auto que sí esté climatizado”.
A la cola. De acuerdo a la última encuesta de origen y destino encargada por el municipio y la Secretaría de Transporte de la Nación, en el área metropolitana de Rosario se realizan 1.854.933 viajes diarios, entendidos como el desplazamiento de al menos cuatro cuadras. De estos traslados, el 60 por ciento se hace, en partes iguales, en colectivo y autos particulares. Otro 20 por ciento se concreta a pie, el 8,4 en bicicleta, el 6,3 en moto y el 3,7 con taxis. Y si bien el relevamiento es de 2008, se estima que en términos porcentuales las cantidades se mantienen en la actualidad.
160.000. En números redondos, según se calcula en la Secretaría de Servicios Públicos del municipio, actualmente los taxis realizan unos 160 mil viajes diarios. Servicio que se presta con 3.664 unidades y unos 6.500 choferes inscriptos, de los cuales cerca de 1.500 son titulares de licencias.
  Y aún cuando su uso sea menos extendido que el de los ómnibus, los choferes de colectivos quedan mejor parados que los taxistas frente a la opinión de los usuarios.
Encuesta. En base a la última encuesta a pasajeros del transporte urbano realizada por el Ente del Transporte de Rosario (ETR), el trato y la atención de los conductores se lleva un puntaje de 9,70 a 8,70, sobre 10, de acuerdo a las distintas líneas. Y, al momento de evaluar la conducción de los vehículos, la calificación va de 9,5 a 7,8.
  Los pesares de los usuarios de colectivo pasan más bien por otro lado: la consideración de las frecuencias va de 8,8 a 4,6, también según las líneas; y la información sobre recorridos de 9,4 a 3,2.

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