Sería para reacondicionar la planta, que comenzaría a funcionar en febrero. Prevén que empiece a fabricar piezas menores, con un plantel de 150 operarios.
La autopartista Paraná Metal podría reabrir sus puertas antes de fin de año y comenzar a producir nuevamente entre fin de febrero y principios de marzo, produciendo piezas más pequeñas con un plantel inicial de 150 operarios. Así lo deslizó una fuente de la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitución, cuyos dirigentes mantuvieron las últimas horas encuentros con los propietarios de la firma a fin de ajustar la letra chica de esta nueva instancia.
La reapertura está prevista para antes de que termine el año, pero no para comenzar a producir sino para poner en condiciones la fábrica, paralizada definitivamente en agosto de 2009 luego de un extenso conflicto.
En principio, la firma estaría produciendo campanas y discos de frenos con destino a Ford Brasil. Se trata de piezas nodulares, más pequeñas, y que no requieren de un trabajo de ensamblaje pleno, como ocurría con los tradicionales blocks que producía la planta, explicaron desde el gremio.
Esta nueva instancia se da luego de que la Justicia provincial homologara el acuerdo alcanzado entre los acreedores y los propietarios de la metalúrgica, el grupo Oil M&S, lo que alejó el peligro de la quiebra de la fábrica. La propuesta había sido formulada por la jueza civil y comercial de Villa Constitución, Agueda María Orsaria, y estableció varios plazos de pago, según el monto de las acreencias.
Pasada esta medida legal, la autopartista comenzó una nueva etapa con miras a reabrir sus puertas, aunque en condiciones de producción muy diferentes a las que mantenía antes de cerrarlas, y con un plantel muy lejano a los 900 empleados que tenía antes de interrumpir su actividad. La intención es incrementar la producción y buscar nuevos mercados. Aunque esto es aún muy incipiente y está sólo en etapa de proyecto, existiría la intención de incursionar en la fabricación de partes para la producción de maquinaria agrícola.
Las fuentes gremiales consultadas por La Capital explicaron que hasta el momento todo el personal está cobrando el subsidio de 1.900 pesos, que vencía en noviembre pero que fue prorrogado por tres meses. La intención del gremio es hacer un nuevo pedido de extensión.
Prolongado conflicto. Antes de llegar a este punto, Paraná Metal pasó por un prolongado conflicto que tuvo varios capítulos. El 4 de agosto de 2010 la Oil M&S comunicó a la Justicia y a la UOM villense su decisión de abandonar a la empresa que había adquirido a principios de ese año. Tal cual lo publicó oportunamente La Capital, los empresarios alegaban que la gestión no era viable con el bajo nivel de producción y la falta de clientes. Así dejaron libre el camino para que la Justicia dictara la quiebra definitiva, pedido que había ingresado hacía más de un año en medio de un largo conflicto.
La firma tomó esa decisión un día después de que venciera el plazo para que presentara un plan de negocios y su propuesta de pago a los acreedores. Esa presentación no se hizo y se comunicó a la Justicia y al gremio la determinación de bajar las persianas. Sólo quedaba la opción de un “crown-down”, un salvataje empresario. Los empleados se juntaron ese día en asamblea permanente.
Pero el conflicto ya se había desencadenado en diciembre de 2008, cuando la empresa se presentó en concurso de acreedores y paralizó la planta. En 2009, la Oil M&S se presentó como nueva inversora con opción a compra, operación que efectuó en enero de 2010. Si bien la firma incrementó su producción, la decisión de Ford de Brasil, principal cliente de Paraná Metal, de suspender la compra de blocks de motores, precipitó la crisis.
El 2 de septiembre de ese año los operarios iniciaron el corte de la autopista a Buenos Aires por 30 días. El 4 de octubre se firmó un acuerdo por el que la firma se comprometía a reanudar su actividad en “no más de 15 días, incorporando en un plazo no mayor de 50 días a un tercio del plantel”. El acuerdo fijaba que dos terceras partes del personal sufriría suspensiones y cobraría 1.900 pesos de la Nación más 101 pesos que pagaría la empresa.
Después de idas y venidas, llegó el acuerdo con los acreedores y se disipó el fantasma de la quiebra. “Paraná Metal evalúa hoy un plan de reparación de las máquinas para volver a producir. Desde el gremio estamos pidiendo una reunión con la compañía para que nos informe sobre este proyecto, porque no sabemos cuándo ni cómo se llevará a cabo”, había dicho la semana pasada Leandro Del Grecco, dirigente de la UOM. Se espera que hoy pueda haber más novedades sobre esta nueva instancia.
La reapertura está prevista para antes de que termine el año, pero no para comenzar a producir sino para poner en condiciones la fábrica, paralizada definitivamente en agosto de 2009 luego de un extenso conflicto.
En principio, la firma estaría produciendo campanas y discos de frenos con destino a Ford Brasil. Se trata de piezas nodulares, más pequeñas, y que no requieren de un trabajo de ensamblaje pleno, como ocurría con los tradicionales blocks que producía la planta, explicaron desde el gremio.
Esta nueva instancia se da luego de que la Justicia provincial homologara el acuerdo alcanzado entre los acreedores y los propietarios de la metalúrgica, el grupo Oil M&S, lo que alejó el peligro de la quiebra de la fábrica. La propuesta había sido formulada por la jueza civil y comercial de Villa Constitución, Agueda María Orsaria, y estableció varios plazos de pago, según el monto de las acreencias.
Pasada esta medida legal, la autopartista comenzó una nueva etapa con miras a reabrir sus puertas, aunque en condiciones de producción muy diferentes a las que mantenía antes de cerrarlas, y con un plantel muy lejano a los 900 empleados que tenía antes de interrumpir su actividad. La intención es incrementar la producción y buscar nuevos mercados. Aunque esto es aún muy incipiente y está sólo en etapa de proyecto, existiría la intención de incursionar en la fabricación de partes para la producción de maquinaria agrícola.
Las fuentes gremiales consultadas por La Capital explicaron que hasta el momento todo el personal está cobrando el subsidio de 1.900 pesos, que vencía en noviembre pero que fue prorrogado por tres meses. La intención del gremio es hacer un nuevo pedido de extensión.
Prolongado conflicto. Antes de llegar a este punto, Paraná Metal pasó por un prolongado conflicto que tuvo varios capítulos. El 4 de agosto de 2010 la Oil M&S comunicó a la Justicia y a la UOM villense su decisión de abandonar a la empresa que había adquirido a principios de ese año. Tal cual lo publicó oportunamente La Capital, los empresarios alegaban que la gestión no era viable con el bajo nivel de producción y la falta de clientes. Así dejaron libre el camino para que la Justicia dictara la quiebra definitiva, pedido que había ingresado hacía más de un año en medio de un largo conflicto.
La firma tomó esa decisión un día después de que venciera el plazo para que presentara un plan de negocios y su propuesta de pago a los acreedores. Esa presentación no se hizo y se comunicó a la Justicia y al gremio la determinación de bajar las persianas. Sólo quedaba la opción de un “crown-down”, un salvataje empresario. Los empleados se juntaron ese día en asamblea permanente.
Pero el conflicto ya se había desencadenado en diciembre de 2008, cuando la empresa se presentó en concurso de acreedores y paralizó la planta. En 2009, la Oil M&S se presentó como nueva inversora con opción a compra, operación que efectuó en enero de 2010. Si bien la firma incrementó su producción, la decisión de Ford de Brasil, principal cliente de Paraná Metal, de suspender la compra de blocks de motores, precipitó la crisis.
El 2 de septiembre de ese año los operarios iniciaron el corte de la autopista a Buenos Aires por 30 días. El 4 de octubre se firmó un acuerdo por el que la firma se comprometía a reanudar su actividad en “no más de 15 días, incorporando en un plazo no mayor de 50 días a un tercio del plantel”. El acuerdo fijaba que dos terceras partes del personal sufriría suspensiones y cobraría 1.900 pesos de la Nación más 101 pesos que pagaría la empresa.
Después de idas y venidas, llegó el acuerdo con los acreedores y se disipó el fantasma de la quiebra. “Paraná Metal evalúa hoy un plan de reparación de las máquinas para volver a producir. Desde el gremio estamos pidiendo una reunión con la compañía para que nos informe sobre este proyecto, porque no sabemos cuándo ni cómo se llevará a cabo”, había dicho la semana pasada Leandro Del Grecco, dirigente de la UOM. Se espera que hoy pueda haber más novedades sobre esta nueva instancia.
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