Sucedió pasada la medianoche en el interior de una finca ubicada sobre pasaje público al 9.200 de barrio Nueva Esperanza. Una joven de 22 años tenía alzado a su hijo de 10 meses y dialogaba con su amigo, dueño de casa. Llegaron un hombre y una mujer, discutieron con el propietario y le descerrajaron un disparo, que impactó e hirió a la joven y a su bebé. Ambos no corren peligro de muerte.
Hoy, 40 minutos después del medianoche, una joven madre identificada como María Ornelia Carrizo Lozano de 22 años que tenía alzado en brazos a su hijo Gabriel Santos Rodríguez, fueron baleados por un irascible hombre que llegó junto a una mujer de unos 35 años años hasta una vivienda ubicada sobre pasaje público al 9200 del barrio Nueva Esperanza en cercanías del ex volcadero municipal en el norte de la ciudad de Santa Fe.
Los vecinos del barrio perdieron el sueño por la deflagración de los disparos, el hombre y la mujer recién llegados a la finca se fugaron corriendo, y el propietario de la vivienda conocido por el apodo de El Gringo, comenzó a pedir ayuda a los vecinos ya que la joven y su hijo resultaron heridos.
El pequeño Gabriel Santos Rodríguez de 10 meses, y su madre fueron trasladados en un vehículo particular hasta el hospital de niños Orlando Alassia, adonde le diagnosticaron que el disparo de arma de fuego lo impactó y penetró debajo de la axila derecha, con orificio de entrada y sin salida, quedando la ojiva del proyectil alojada en el interior del cuerpo sin que corra peligro de muerte. Su madre, María Ornelia Carrizo Lozano, de 22 años, fue derivada al hospital Cullen, adonde le constataron una herida de bala en el dedo pulgar de la mano derecha.
Como sucedieron los hechos
Media hora después de la medianoche, María Ornelia Carrizo Lozano de 22 años, llegó junto a su hijo Gabriel Santos Rodríguez de 10 meses, a la casa de su amigo Eduardo, conocido en el barrio por el apodo de El Gringo; ambos sostenían una charla animada, cuando imprevistamente llegó una mujer de alrededor de 35 a 40 años conocida como Roxana en compañía de un hombre; éste último comenzó a hablar con el dueño de casa, hasta que en determinado momento se llevó la mano a la cintura, extrajo un arma de fuego y disparó a su interlocutor, pero el balazo dio en la mujer y su pequeño hijo.
Desesperación y locura
El agresor y su compañera Roxana, luego del disparo escaparon corriendo desde el interior de la finca ubicada en pasaje Público al 9200 del barrio Nueva Esperanza, un vecino solidario puso su auto particular y trasladó a la mujer y a su pequeño hijo hasta el hospital de niños Orlando Alassia, adonde los médicos le diagnosticaron una herida de arma de fuego debajo de la axila derecha, con orificio de entrada y sin salida, quedando la ojiva del proyectil alojada en el interior del cuerpo sin que el menor corra peligro de muerte. Su madre, María Ornelia Carrizo Lozano, de 22 años, fue derivada al hospital José María Cullen, adonde le constataron una herida de bala en el dedo pulgar de la mano derecha.
Cuentan con la identidad del agresor
Los agentes policiales del tercio de guardia de la subcomisaría 14ª llegaron a la finca adonde sucedieron los hechos alertados por los vecinos del barrio, estupefactos entre la sorpresa y la indignación por el suceso, minutos después los vigilantes contaban con el nombre del presunto agresor, un tal Walter, que llegó y huyó en compañía de Roxana, una mujer de entre 35 y 40 años.Desde entonces, ambos son buscados por la policía.
Los peritajes de rigor
Fueron concretados por agentes criminalísticos de la Policía Científica: huellas y rastros, planimétrico, fotografía y balística, que serán anexados a las actuaciones policiales que serán elevadas a la jueza penal en turno de la 4ª nominación, doctora Susana Luna.
Los vecinos del barrio perdieron el sueño por la deflagración de los disparos, el hombre y la mujer recién llegados a la finca se fugaron corriendo, y el propietario de la vivienda conocido por el apodo de El Gringo, comenzó a pedir ayuda a los vecinos ya que la joven y su hijo resultaron heridos.
El pequeño Gabriel Santos Rodríguez de 10 meses, y su madre fueron trasladados en un vehículo particular hasta el hospital de niños Orlando Alassia, adonde le diagnosticaron que el disparo de arma de fuego lo impactó y penetró debajo de la axila derecha, con orificio de entrada y sin salida, quedando la ojiva del proyectil alojada en el interior del cuerpo sin que corra peligro de muerte. Su madre, María Ornelia Carrizo Lozano, de 22 años, fue derivada al hospital Cullen, adonde le constataron una herida de bala en el dedo pulgar de la mano derecha.
Como sucedieron los hechos
Media hora después de la medianoche, María Ornelia Carrizo Lozano de 22 años, llegó junto a su hijo Gabriel Santos Rodríguez de 10 meses, a la casa de su amigo Eduardo, conocido en el barrio por el apodo de El Gringo; ambos sostenían una charla animada, cuando imprevistamente llegó una mujer de alrededor de 35 a 40 años conocida como Roxana en compañía de un hombre; éste último comenzó a hablar con el dueño de casa, hasta que en determinado momento se llevó la mano a la cintura, extrajo un arma de fuego y disparó a su interlocutor, pero el balazo dio en la mujer y su pequeño hijo.
Desesperación y locura
El agresor y su compañera Roxana, luego del disparo escaparon corriendo desde el interior de la finca ubicada en pasaje Público al 9200 del barrio Nueva Esperanza, un vecino solidario puso su auto particular y trasladó a la mujer y a su pequeño hijo hasta el hospital de niños Orlando Alassia, adonde los médicos le diagnosticaron una herida de arma de fuego debajo de la axila derecha, con orificio de entrada y sin salida, quedando la ojiva del proyectil alojada en el interior del cuerpo sin que el menor corra peligro de muerte. Su madre, María Ornelia Carrizo Lozano, de 22 años, fue derivada al hospital José María Cullen, adonde le constataron una herida de bala en el dedo pulgar de la mano derecha.
Cuentan con la identidad del agresor
Los agentes policiales del tercio de guardia de la subcomisaría 14ª llegaron a la finca adonde sucedieron los hechos alertados por los vecinos del barrio, estupefactos entre la sorpresa y la indignación por el suceso, minutos después los vigilantes contaban con el nombre del presunto agresor, un tal Walter, que llegó y huyó en compañía de Roxana, una mujer de entre 35 y 40 años.Desde entonces, ambos son buscados por la policía.
Los peritajes de rigor
Fueron concretados por agentes criminalísticos de la Policía Científica: huellas y rastros, planimétrico, fotografía y balística, que serán anexados a las actuaciones policiales que serán elevadas a la jueza penal en turno de la 4ª nominación, doctora Susana Luna.
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