Central hizo todo sencillo ayer. Y fruto de esa simpleza y contundencia terminó ofrendándole a sus fieles una de las veladas más tranquilas que vivieron en los últimos tiempos. El bonus extra fue que con la victoria ante Aldosivi por 3 a 1 se instaló provisoriamente en la zona vip del duro torneo de la B Nacional.
Transitó por los niveles más altos de la ambición con una marcada carga significativa de responsabilidad. Forjó su propósito con el temple que distingue a los que dejaron una importante huella con el paso del tiempo. Central hizo todo sencillo ayer. Y fruto de esa simpleza y contundencia terminó ofrendándole a sus fieles una de las veladas más tranquilas que vivieron en los últimos tiempos. El bonus extra fue que con la victoria ante Aldosivi por 3 a 1 se instaló provisoriamente en la zona vip del duro torneo de la B Nacional.
El Gigante pareció archivar sus larvas de ira e impaciencia. Porque el equipo ofreció una vez más respuestas sólidas y contundentes. En este caso lo hizo de entrada. Y eso le permitió moverse a la festiva masa auriazul hasta el final al ritmo que impusieron los intérpretes desde adentro del rectángulo. Porque edificó su tercer triunfo en serie basándose en los parámetros de la lógica. Es decir, los que más saben con la redonda expusieron su creatividad sin límites, mientras que los obreros pusieron manos en el asunto para terminar de construir una gran obra que tiende a ser un modelo a seguir.
Los que se congregaron en Arroyito para ver al equipo de sus amores en acción no pensaron jamás que terminarían disfrutando sin hacer sufrir a sus golpeados corazones. Porque antes del primer cuarto hora ya todos estaban abrazándose con sus familiares o, por qué no, con desconocidos desde sus respectivos lugares. Fue cuando Castillejos aprovechó un pase milimétrico de Ricky Gómez y, pese a que le entró de manera poco ortodoxa a la pelota, terminó provocando una locura en el Gigante.
Y ni hablar cuando cuatro minutos después Rivero clavó un impecable tiro libre que terminó liquidando al Tiburón desde lo futbolístico y anímico. Central se floreaba de lo lindo. Su gente, agradecida y sorprendida a la vez porque estaba saliendo todo redondo.
Pero ese bálsamo tuvo su correlato en el fondo, que volvió a certificar su buen momento, pese a que ayer Aldosivi se asemejó a un inofensivo delfín. El medio también demostró seguir muy activo. Porque en base a la dinámica de los bajitos, el equipo se torna dañino cuando encara hacia el horizonte.
Por más que esta vez Ricky Gómez haya sido de lo mejor del encuentro, lo cierto es que esta versión auriazul sigue dando pasos seguros en su andar. Y eso le está permitiendo además estar en constante exposición publica a nivel nacional. Porque viene siendo filoso y trepando posiciones con argumentos serios.
Con respecto al complemento, la realidad es que casi estuvo de más. En realidad cobró un poco de emoción cuando Biglieri terminó de pulir una acción picante del atrevido Carrizo, quien luego de quitarse a cuanto rival se le cruzara tiró el centro para que Saviolita se luzca.
Si bien la visita parecía incapaz de lastimar, la verdad es que sobre el final descontó porque Lentini sacó rédito de una falencia defensiva. Después, tuvo más puntos oscuros que claros ante un sólido Central que apunta alto y de verdad hacia su objetivo final.
Rivero cortó una racha
Martín Rivero no sólo marcó un golazo, el segundo del canalla ayer ante Aldosivi, sino que también cortó una extensa racha que tenía Central de 79 partidos sin que se convierta un gol de tiro libre (el último lo hizo Jesús Méndez en 2009). Además, el hábil volante anotó su primer tanto en lo que va del campeonato.
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