El Intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, dijo que Cristina Fernández ya se aseguró la reelección, y restó importancia a la denuncia que hizo el gobernador contra la Nación. "Yo creo que hoy por hoy no tiene demasiadas chances de que haya segunda vuelta en la Argentina porque todo indicaría que la Presidenta de la Nación va a estar arriba del 50 por ciento, o por lo menos mantener la elección que hizo en la interna abierta. Así, no estaríamos en un escenario de segunda vuelta, aunque nunca se puede descartar", indicó El intendente socialista de Rosario y futuro senador provincial.
Lejos de las declaraciones políticamente correctas, el actual intendente de Rosario y electo senador por el departamento homónimo, Miguel Lifschitz, ve difícil que el Frente Amplio Progresista llegue a disputar el balotaje con Cristina Fernández, le restó importancia a la denuncia de Hermes Binner contra la Nación por la presunta distribución de electrodomésticos en la ciudad que gobierna desde hace ocho años y remarcó que él forma parte del recambio dirigencial dentro del socialismo con vistas a 2015. —Lifschitz, ¿cómo transcurren estas últimas semanas de intendente? —Bien. La verdad que después de haber hecho una muy buena elección en julio, tanto en la categoría que yo competí –que es senador provincial– como también en la intendencia de Rosario con la candidata que habíamos propuesto –Mónica Fein–, ganamos por arriba del 50 por ciento de los votos y eso nos da un respaldo realmente importante. “En relación a mi cargo actual, en estos últimos meses estoy con una cantidad de proyectos y obras que estaban iniciadas y que queremos dejar concluidas. Y si bien es probable que haya continuidad en muchos de los equipos de gobierno, la idea es que podamos seguir haciendo una transición ordenada”, añadió el funcionario que en las generales pasadas ganó la senaduría por 356.726 sufragios. —¿Cómo ve al socialismo? —Con el socialismo estamos en un buen momento en términos de ratificar nuestra supremacía política en la ciudad de Rosario y en la provincia, que no es poco. Tanto San Luis como Santa Fe son las dos únicas provincias no K en todo el país, y eso no deja de ser un logro muy importante. Además, hoy tenemos un posicionamiento nacional que por primera vez lleva al socialismo de ser un partido pequeño y provincial a ser un jugador político importante en la Argentina. “El socialismo hoy tiene muchas chances de obtener el segundo lugar en las elecciones de octubre, aunque a una distancia muy grande de la Presidenta de la Nación, pero sí recortado dentro del escenario de la oposición política. Desde ese punto de vista creo que estamos en un buen momento, que es de crecimiento”, añadió. —Entonces usted no ve al Frente Amplio disputando el balotaje. —Yo creo que hoy por hoy no tiene demasiadas chances de que haya segunda vuelta en la Argentina porque todo indicaría que la Presidenta de la Nación va a estar arriba del 50 por ciento, o por lo menos mantener la elección que hizo en la interna abierta. Así, no estaríamos en un escenario de segunda vuelta, aunque nunca se puede descartar. “De todas formas –continuó–, nuestra aspiración es incrementar de manera significativa la cantidad de votos obtenidos en la interna (2,1 millones); estimamos que podríamos estar en alrededor del 15 por ciento o de algún punto más, y esto es, para una fuerza muy joven en la política nacional, un resultado por demás de importante. Con respecto a la situación del PS en la provincia, reconoció que “el proceso interno en Santa Fe (entre Antonio Bonfatti y Rubén Giustiniani) dejó algunas heridas que habrá que ir cicatrizándolas durante los próximos tiempos”, y trasladó al futuro gobernador la responsabilidad “a la hora de amalgamar el partido puertas adentro”. Las internas al rojo vivo —¿Qué análisis hace del Frente Progresista, y el radicalismo principalmente? —Bueno, el proceso interno también dejó heridas con el radicalismo y también dentro del mismo radicalismo porque hubo sectores que estuvieron de un lado y sectores que estuvieron del otro. “Me parece que hay que esperar que pase el 23 de octubre, que se definan las elecciones nacionales, y a partir de allí habrá también que reconstituir el diálogo con la UCR; eso será clave para garantizar la gobernabilidad de la provincia, sino va a ser muy difícil poder entablar un diálogo con el peronismo sin antes establecer un marco de consenso dentro del propio Frente Progresista”, expresó Lifschitz. —¿Qué consideración hace del liderazgo que hoy tiene Hermes Binner en el socialismo? —Yo creo que siempre los liderazgos son importantes pero no es bueno que ninguna fuerza política esté dependiendo solamente de alguna figura, por lo cual me parece que es muy importante que vayamos promoviendo nuevos dirigentes. “El sistema de elecciones de boleta única nos requiere a todas las fuerzas políticas contar no sólo con figuras para encabezar la candidatura de gobernador sino también figuras instaladas y reconocidas para encabezar las listas de legisladores, o sea que esto nos exige a todos promover nuevas figuras. Igual creo que el socialismo tiene, también, una segunda línea de dirigentes importantes que nos permitirá afrontar con éxito el desafío de los próximos cuatro años”, agregó. —¿Usted es parte parte de ese recambio dentro del partido? —Sí, evidentemente hay un conjunto de dirigentes que probablemente en los próximos cuatro años vamos a jugar un papel importante en la provincia de Santa Fe. —¿Qué opinión tiene de la denuncia que hizo Binner sobre la distribución irregular de electrodomésticos en Rosario por parte de la Nación? —Me parece que por ahí se sobredimensionó el tema. No es ningún secreto para nadie que normalmente hay distribución de elementos que tienen que ver con las políticas sociales que se aplican a nivel nacional. En algunos casos se trabaja a través de provincia y del municipio, pero también hay algunas cosas que se distribuyen de manera directa. No hay más trascendencia que esa.
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