Con tantos de Lucas Viatri (hizo dos), Juan Román Riquelme y Nicolás Colazo (ingresó en el complemento), el Xeneize venció claramente a los dirigidos por Kudelka por 4 a 0.
La noche arrancó mal y terminó peor. Boca se despertó justo ante Unión y lo goleó 4 a 0. Lucas Viatri (en dos oportunidades), Juan Román Riquelme y Nicolás Colazo fueron los autores de los tantos del elenco xeneize, que cuando pudo no perdonó al Tate y se subió a la cima del Torneo Apertura.
Sólo bastaron 50 segundos para que Boca marque diferencias con Unión. En la primera jugada colectiva que tuvo a Juan Román Riquelme como participe, apareció su claridad, jugó al corazón del área grande para Walter Erviti. El ex Banfield habilitó de taco a Lucas Viatri, totalmente habilitado para, con un tiro suave y cruzado, vencer a Bologna.
En 10’ de juego, y con el score abajo, el Tate en ningún momento implementó la táctica que ensayó durante la semana. Sarmiento no se adueñó de la pelota para intentar hacer jugar a sus compañeros, poco realizó Juan Pablo Pereyra para generar peligro y ni Jorge Velázquez ni Ronald Quinteros se asociaron por los carriles.
Por el lado del Xeneize, todo pasó por el 10. Juan Román, con un juego simple pero efectivo, marcó diferencia en la creación, asociándose con Erviti. Por eso, recién en 20’, el equipo santafesino tuvo la primera aproximación ante el arco de Orión, cuando en un contragolpe rápido encabezado por Pereyra, el esférico terminó en tiro de esquina y nada más.
La primera del Tate
A los 28’ llegó la primera opción neta de peligro para los Rojiblancos. Centro excelente de Quinteros, Velázquez ganó de cabeza y la pelota pasó cerca del palo derecho del uno local. Pero la respuesta no demoró. Nuevamente, y por la izquierda de Boca, pasó Clemente Rodríguez, quien encaró y luego de un rebote, volvió a recibir el balón. Antes que rechace Correa, el lateral metió la pelota a la cabeza de Cvitanich y, cuando todos en la Bombonera gritaron gol después del cabezazo del delantero, apareció espectacularmente Bologna y se quedó con la bola.
Con la jugada que terminó con la genial tapada del uno visitante quedó demostrado que el dueño absoluto del partido era uno solo: el 11 de Falcioni que por momentos, con mucha displicencia, superó a un tibio, muy tibio Unión.
Así, con un Boca totalmente superior a Unión, se fueron los primeros 45’. Como conclusión se puede decir que por la presencia, la simpleza y el fútbol de Riquelme, más las subidas constantes de Clemente por la izquierda, pero también por la pasividad que tuvo el Albirrojo, el local se fue al descanso con una justificada victoria.
En el comienzo del complemento y sin ambos entrenadores en los bancos por haber ingresado tarde a la cancha, las ideas de juego fueron similares a las del inicio. El local buscó otra vez al mejor, Riquelme, y por el lado del Tate mostró por lo menos en el arranque la tibieza en ofensiva que tuvo en los 45 iniciales. A pesar de la dificultad que mostró la alineación de FDK, llegó otra pelota detenida para los santafesinos. El balón fue a la cabeza de Quiroga, que ganó y de nuca mandó la pelota cerca del palo derecho de Orión.
Luego de 10’ flojos para los de la Avenida, la visita le comenzó a dividir el trámite a un Boca, que ya no fue superior a los santafesinos. La clave: la movilidad de Pereyra, la presión de Vidal —el mejor del Tate—, y la labor pobre de Riquelme en ese momento del encuentro.
Después de los 20’ y cuando no tenía peso el local, apareció la sociedad Riquelme-Viatri para complicar a Unión con dos llegadas. Primero el centrodelantero Xeneize no pudo empujar un centro perfecto de Chávez cuando estaba solo ante el arco. En la segunda, Viatri estrelló la pelota en el travesaño.
Sin embargo, el nueve tendría otra más tras una buena combinación entre Riquelme —sacó la magia que se espera de él en el tramo final— y Colazo para empezar a liquidar el partido. Justamente los dos que idearon el segundo, pusieron el tercero y el cuarto, respectivamente, con dos soberbios remates ante un Tate que estaba para el cachetazo. Unión se sintió sapo de otro pozo en la Bombonera; Boca se dio cuenta y armó su propia fiesta.
Sólo bastaron 50 segundos para que Boca marque diferencias con Unión. En la primera jugada colectiva que tuvo a Juan Román Riquelme como participe, apareció su claridad, jugó al corazón del área grande para Walter Erviti. El ex Banfield habilitó de taco a Lucas Viatri, totalmente habilitado para, con un tiro suave y cruzado, vencer a Bologna.
En 10’ de juego, y con el score abajo, el Tate en ningún momento implementó la táctica que ensayó durante la semana. Sarmiento no se adueñó de la pelota para intentar hacer jugar a sus compañeros, poco realizó Juan Pablo Pereyra para generar peligro y ni Jorge Velázquez ni Ronald Quinteros se asociaron por los carriles.
Por el lado del Xeneize, todo pasó por el 10. Juan Román, con un juego simple pero efectivo, marcó diferencia en la creación, asociándose con Erviti. Por eso, recién en 20’, el equipo santafesino tuvo la primera aproximación ante el arco de Orión, cuando en un contragolpe rápido encabezado por Pereyra, el esférico terminó en tiro de esquina y nada más.
La primera del Tate
A los 28’ llegó la primera opción neta de peligro para los Rojiblancos. Centro excelente de Quinteros, Velázquez ganó de cabeza y la pelota pasó cerca del palo derecho del uno local. Pero la respuesta no demoró. Nuevamente, y por la izquierda de Boca, pasó Clemente Rodríguez, quien encaró y luego de un rebote, volvió a recibir el balón. Antes que rechace Correa, el lateral metió la pelota a la cabeza de Cvitanich y, cuando todos en la Bombonera gritaron gol después del cabezazo del delantero, apareció espectacularmente Bologna y se quedó con la bola.
Con la jugada que terminó con la genial tapada del uno visitante quedó demostrado que el dueño absoluto del partido era uno solo: el 11 de Falcioni que por momentos, con mucha displicencia, superó a un tibio, muy tibio Unión.
Así, con un Boca totalmente superior a Unión, se fueron los primeros 45’. Como conclusión se puede decir que por la presencia, la simpleza y el fútbol de Riquelme, más las subidas constantes de Clemente por la izquierda, pero también por la pasividad que tuvo el Albirrojo, el local se fue al descanso con una justificada victoria.
En el comienzo del complemento y sin ambos entrenadores en los bancos por haber ingresado tarde a la cancha, las ideas de juego fueron similares a las del inicio. El local buscó otra vez al mejor, Riquelme, y por el lado del Tate mostró por lo menos en el arranque la tibieza en ofensiva que tuvo en los 45 iniciales. A pesar de la dificultad que mostró la alineación de FDK, llegó otra pelota detenida para los santafesinos. El balón fue a la cabeza de Quiroga, que ganó y de nuca mandó la pelota cerca del palo derecho de Orión.
Luego de 10’ flojos para los de la Avenida, la visita le comenzó a dividir el trámite a un Boca, que ya no fue superior a los santafesinos. La clave: la movilidad de Pereyra, la presión de Vidal —el mejor del Tate—, y la labor pobre de Riquelme en ese momento del encuentro.
Después de los 20’ y cuando no tenía peso el local, apareció la sociedad Riquelme-Viatri para complicar a Unión con dos llegadas. Primero el centrodelantero Xeneize no pudo empujar un centro perfecto de Chávez cuando estaba solo ante el arco. En la segunda, Viatri estrelló la pelota en el travesaño.
Sin embargo, el nueve tendría otra más tras una buena combinación entre Riquelme —sacó la magia que se espera de él en el tramo final— y Colazo para empezar a liquidar el partido. Justamente los dos que idearon el segundo, pusieron el tercero y el cuarto, respectivamente, con dos soberbios remates ante un Tate que estaba para el cachetazo. Unión se sintió sapo de otro pozo en la Bombonera; Boca se dio cuenta y armó su propia fiesta.
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