La nafta súper rompió ayer la barrera de los cinco pesos en la ciudad de Santa Fe. La premium superó los seis. El aumento se vincula con las nuevas tarifas de sus inmediatas competidoras.
YPF incrementó, a partir de ayer, un seis por ciento promedio el precio de todos sus combustibles. Voceros de la petrolera justificaron el incremento al afirmar que “monitoreamos permanentemente la evolución del mercado y no nos es ajeno el incremento que nuestros competidores encararon en distintos puntos del interior del país en los últimos días”.
La misma compañía había retocado sus pizarras el pasado 25 de julio, aludiendo a la misma razón. Sus competidoras aumentaron en varias oportunidades aunque con subas moderadas que en algunos casos llegaban al tres por ciento.
YPF es la empresa que mayor cantidad de ventas realiza en nuestro país. Retiene el 55 por ciento de las ventas de naftas (súper y premium) de Argentina. La sigue Shell con un 17 por ciento, Esso con el 13,5 por ciento y Petrobras con el 12 por ciento. Además, cuenta con un 57,3 por ciento del mercado total de gasoil, según datos de la Secretaría de Energía.
En lo que va del año, los combustibles aumentaron por encima del 28 por ciento. Esta decisión se debe, según las razones que esgrimen las petroleras, a que los precios internacionales son más caros que en el país. Con respecto a los países limítrofes, las naftas cuestan entre 60 y 70 por ciento más en Brasil y Uruguay, mientras que en Chile están casi 40 por ciento por encima del valor de la Argentina.
¿Se va Shell?
El grupo Luksic, el más grande de Chile, a través de su holding Quiñenco, cierra por estas horas la adquisición de los activos de Shell Compañía Argentina de Petróleos SA. La operación implica el traspaso de cerca de 700 estaciones de servicio, junto con la planta de elaboración de lubricantes de Barracas y la refinería de Dock Sud.
Según informa el medio Ámbito Financiero, las negociaciones de los Luksic con The Royal Dutch Shell PLC por la filial argentina comenzaron inmediatamente después de que Quiñenco concretase en mayo de este año la compra de 300 estaciones de servicio y 63 tiendas de conveniencia de Shell Chile, por 633 millones de dólares.
Fuentes del mercado dicen que, aunque para el capítulo argentino Quiñenco deberá poner sobre la mesa al menos el doble de lo que puso para quedarse con el “downstream business” (el final de la cadena de producción) y la distribución en Chile, el esquema sería casi calcado para ambos lados de la cordillera: Quiñenco se quedaría con una “participación indirecta en las subsidiarias argentinas”, las estaciones de servicio seguirían operando bajo el paraguas de la marca Shell por cinco años más (con licencia renovable), con las nuevas actividades inscriptas bajo otra razón social (en Chile, Shell se llama ahora Empresa Nacional de Energía Enex).
Lo concreto es que con la adquisición de Shell Argentina, el Grupo Luksic pasa a ser un nuevo player en el mercado y a controlar el 18 por ciento del negocio de naftas.
Sin embargo, habría dos detalles que no podrían copiarse del capítulo chileno y que, según pudo saber Ámbito Financiero, fueron discutidos en la reunión que mantuvo Andrónico Luksic con Julio De Vido en la mañana del viernes 12.
Uno, que el actual CEO de la filial argentina no podría seguir al frente de la compañía (en Chile, los Luksic mantuvieron a Rodrigo Infante, country manager con Shell, como gerente general en la recién creada Enex). Otro, que los chilenos deberán negociar con los distribuidores minoristas para asegurarles sus fuentes de trabajo.
La cuestión no es menor. Shell sufre un drenaje por goteo desde que decidió confrontar la política de precios para combustibles. De las 980 estaciones de servicio que tenía en 2005 cuando se colocó el cartel de “en venta”, hoy ha sufrido una merma de 300. La angloholandesa ya se desprendió de las que operaban bajo la subsidiaria Rimidan (en las provincias de Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires), aunque todavía mantiene las que responden a Deheza.
Otro factor que también contribuyó a la declinación del negocio de Shell en Argentina fue la compra, por parte de Bridas y la china CNOOC, de la refinería de Campana operada por Esso. Esto le quitó a Shell, además de provisión de materia prima, margen de maniobra como refinadora “no integrada” y sin crudo propio.
La misma compañía había retocado sus pizarras el pasado 25 de julio, aludiendo a la misma razón. Sus competidoras aumentaron en varias oportunidades aunque con subas moderadas que en algunos casos llegaban al tres por ciento.
YPF es la empresa que mayor cantidad de ventas realiza en nuestro país. Retiene el 55 por ciento de las ventas de naftas (súper y premium) de Argentina. La sigue Shell con un 17 por ciento, Esso con el 13,5 por ciento y Petrobras con el 12 por ciento. Además, cuenta con un 57,3 por ciento del mercado total de gasoil, según datos de la Secretaría de Energía.
En lo que va del año, los combustibles aumentaron por encima del 28 por ciento. Esta decisión se debe, según las razones que esgrimen las petroleras, a que los precios internacionales son más caros que en el país. Con respecto a los países limítrofes, las naftas cuestan entre 60 y 70 por ciento más en Brasil y Uruguay, mientras que en Chile están casi 40 por ciento por encima del valor de la Argentina.
¿Se va Shell?
El grupo Luksic, el más grande de Chile, a través de su holding Quiñenco, cierra por estas horas la adquisición de los activos de Shell Compañía Argentina de Petróleos SA. La operación implica el traspaso de cerca de 700 estaciones de servicio, junto con la planta de elaboración de lubricantes de Barracas y la refinería de Dock Sud.
Según informa el medio Ámbito Financiero, las negociaciones de los Luksic con The Royal Dutch Shell PLC por la filial argentina comenzaron inmediatamente después de que Quiñenco concretase en mayo de este año la compra de 300 estaciones de servicio y 63 tiendas de conveniencia de Shell Chile, por 633 millones de dólares.
Fuentes del mercado dicen que, aunque para el capítulo argentino Quiñenco deberá poner sobre la mesa al menos el doble de lo que puso para quedarse con el “downstream business” (el final de la cadena de producción) y la distribución en Chile, el esquema sería casi calcado para ambos lados de la cordillera: Quiñenco se quedaría con una “participación indirecta en las subsidiarias argentinas”, las estaciones de servicio seguirían operando bajo el paraguas de la marca Shell por cinco años más (con licencia renovable), con las nuevas actividades inscriptas bajo otra razón social (en Chile, Shell se llama ahora Empresa Nacional de Energía Enex).
Lo concreto es que con la adquisición de Shell Argentina, el Grupo Luksic pasa a ser un nuevo player en el mercado y a controlar el 18 por ciento del negocio de naftas.
Sin embargo, habría dos detalles que no podrían copiarse del capítulo chileno y que, según pudo saber Ámbito Financiero, fueron discutidos en la reunión que mantuvo Andrónico Luksic con Julio De Vido en la mañana del viernes 12.
Uno, que el actual CEO de la filial argentina no podría seguir al frente de la compañía (en Chile, los Luksic mantuvieron a Rodrigo Infante, country manager con Shell, como gerente general en la recién creada Enex). Otro, que los chilenos deberán negociar con los distribuidores minoristas para asegurarles sus fuentes de trabajo.
La cuestión no es menor. Shell sufre un drenaje por goteo desde que decidió confrontar la política de precios para combustibles. De las 980 estaciones de servicio que tenía en 2005 cuando se colocó el cartel de “en venta”, hoy ha sufrido una merma de 300. La angloholandesa ya se desprendió de las que operaban bajo la subsidiaria Rimidan (en las provincias de Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires), aunque todavía mantiene las que responden a Deheza.
Otro factor que también contribuyó a la declinación del negocio de Shell en Argentina fue la compra, por parte de Bridas y la china CNOOC, de la refinería de Campana operada por Esso. Esto le quitó a Shell, además de provisión de materia prima, margen de maniobra como refinadora “no integrada” y sin crudo propio.
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