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jueves, 14 de julio de 2016

Secuestraron otra arma que debía ser destruida en 2015

El Comando Radioeléctrico le incautó a un hombre de 36 años una 9 mm del lote de armas de la Policía que tendría que haber sido fundida el año pasado en un programa para desbaratar el armamento en desuso de la institución
por Ignacio Mendoza - ignaciomendoza@uno.com.ar

Tenían destino. El pasado 2 de noviembre el gobierno oficializó la fundición de armas en desuso.Gentileza/Gobierno de la Provincia

La saga policial que puso al descubierto la maniobra ilegal de las armas pertenecientes a la Policía que debían ser destruidas por su desuso, pero que fueron desviadas y aparecieron en manos de delincuentes, sumó este miércoles una nueva parte en su historia. Es que durante la noche del martes en Regimiento 12 de Infantería y Gaboto, en pleno corazón del barrio Las Flores, el personal del Comando Radioeléctrico realizó un procedimiento de chequeo a un hombre de 36 años y se le encontró una pistola calibre 9 milímetros, la cual forma parte del lote de armas que tendrían que haber sido fundidas en noviembre del 2015.
La novedad fue informada en la jornada de este miércoles por el jefe de la Agrupación Cuerpos de la Unidad Regional I, Hernán Ferrero, quien en rueda de prensa explicó que el sujeto aprehendido –del cual no circuló su identidad– tenía en su poder la 9 mm, la cual tenía la numeración legible.
"Comúnmente estas armas aparecen sin cachas pero los delincuentes le hicieron una cacha de madera y además estaba apta para el disparo. Estaba cargada y con sus respectivas municiones", detalló el funcionario policial.

Nunca llegaron al fuego
Con la aparición de esta nueva pistola, ya suman en total unas 30 armas las pertenecientes a la Policía de la provincia que debían ser destruidas bajo el programa "Plan de Destrucción de Armas Institucionales", dependiente de la Subsecretaría de Control de Armas. Ese plan tuvo como objetivo fundir todas las armas de fuego en desuso, materiales obsoletos y excedentes de la Policía de la provincia luego de un acuerdo firmado entre el exministro de Seguridad Raúl Lamberto y el presidente de laCorte Suprema de Justicia, Rafael Gutiérrez.
Este proceso de destrucción comenzó el 2 de noviembre del 2015 y tuvo como fin destruir unas 715 armas de fuego repartidas en: 22 pistolas calibre 11.25 mm sistema Colt, tres pistolas calibre 22 mm sistema Colt, 160 escopetas calibre 12.70 mm, 11 ametralladoras Halcón calibre 9 mm, nueve ametralladoras FMK3 calibre 9 mm, 10 ametralladoras PAN calibre 9 mm y 500 pistolas calibre 9 mm marca FM.
El traslado del armamento estuvo a cargo de los efectivos del D4 –Departamento de Logística– los cuales tuvieron la tarea de clasificar y ordenar el armamento. A su vez, fue aquel personal el encargado de custodiar el traslado y garantizar que las armas lleguen a la fundidora, pero por cuestiones a establecer y que son materia de investigación un lote –o más–, con armas 9 mm marca FM, fue desviado y terminó siendo ingresado al sistema nuevamente y quedó en manos de delincuentes.
Ello se puso en evidencia y fue descubierto en una serie de procedimientos policialesen la vía pública realizados durante este 2016, donde efectivos comenzaron a secuestrar varias armas con la numeración correspondiente al armamento que debía ser destruido.

Secreto de sumario
La aparición de estas armas motivó en los últimos meses que desde el Ministerio Público de la Acusación, el fiscal Andrés Marchi comience a investigar en qué momento del circuito esas armas fueron sustraídas.
En este sentido, fuentes judiciales creen que la cadena de custodia se pudo haber roto desde que el cargamento salió desde la sala de efectos de la Corte Suprema de Justicia y fue dirigido hacia el horno de fundición.
Respecto a personas acusadas, el fiscal Marchi tiene imputado –y con prisión preventiva– a un solo hombre de 29 años, que el pasado 20 de mayo fue arrestado en un procedimiento con armas 9 mm que fueron acondicionadas técnicamente en un taller de armería ubicado en Santiago de Chile y Derqui en pleno Barrio Los Hornos. Se trata de Alexis R., a quien un día después de su detención, la Policía de Investigaciones (PDI) allanó su vivienda en Facundo Zuviría al 5800 y secuestró 30 cajas de balas de distintos calibres: 9 mm, 380, 38, 32 y 22. En tanto también se le secuestraron armas largas –dos escopetas calibre 16– y armas de puño, de las cuales dos pertenecían al lote que debía haber sido fundido en noviembre del 2015.
La novela que este miércoles sumó una nueva secuela en su relato continuará una vez que la Justicia retome sus actividades y así defina si identifica a quien desvió el lote con las armas de la Policía que terminaron en manos de la delincuencia.

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