por Gabriela Albanesi / gabialbanesi@uno.com.ar
En el microcentro. Los comerciante de calle Mendoza al 2700 dicen que es un "aguantadero".
Cuatro varones y una chica que la semana pasada fueron detenidos por incidentes registrados en la pensión de calle Mendoza al 2700, planificaron una maniobra que tenía como fin quedarse con el control de varias habitaciones de ese inmueble que estaban ocupadas por otras familias. La trampa consistió en plantar una denuncia falsa por secuestro y coacciones contra otros moradores para que quedaran detenidos. Sin embargo, el lunes pasado, en una audiencia presidida por el juez Jorge Patrizi, el ardid fue descubierto.
Por secuestro y coacción
Luego de los violentos incidentes registrados el jueves de la semana pasada en la pensión de calle Mendoza, entre San Jerónimo y 9 de Julio, al lado de la Plaza del Soldado y en el corazón del microcentro santafesino, la policía demoró a cinco personas. Si bien les secuestraron armas blancas, como no les encontraron delitos graves, a las pocas horas fueron excarcelados. Pero antes de dejar la comisaría, decidieron dejar asentada una denuncia contra dos varones por delitos muy graves: privación ilegítima de la libertad y coacciones.
Concretamente, los cinco contaron que estas dos personas que ellos señalaban habían intentado secuestrar a la única mujer del grupo para venderla a una red de trata y que además los habían amenazado.
La policía entonces realizó un relevamiento de todas las personas que estaban viviendo en el inmueble y cuando se toparon con los dos varones, cuyos nombres coincidían con la denuncia formulada anteriormente, los apresaron.
En esas condiciones llegaron a la audiencia imputativa el lunes pasado, con su defensa a cargo del defensor oficial Gustavo Durando. Con un abanico de pruebas, que tuvieron como espina dorsal los testimonios de más habitantes del lugar, lograron demostrar que la denuncia contra ellos era falsa y que el fin de la banda que los denunció era quedarse con las habitaciones que ellos ocupaban. Si bien la causa cayó, en cierta medida quienes los denunciaron lograron su objetivo, ya que –para evitar más incidentes– los dos muchachos y sus familias abandonaron la pensión.
Los testigos
"Mis defendidos llegaron a la audiencia acusados por delitos muy graves. Pero desde un primer momento lo que resultó curioso fue que la denuncia contra ellos la hicieron los mismos que habían sido detenidos por disturbios y robos. En su declaración, la mujer dijo que mis defendidos la ataron y que querían venderla para prostituirla, pero se demostró que era una acusación absolutamente falsa. Y que, en realidad, fue ella junto con su pareja y otros tres varones los que entraron a la pensión con cuchillos para desalojar a los ocupantes de las habitaciones porque usan el inmueble como un aguantadero", explicó en diálogo con Diario UNO el defensor oficial Gustavo Durando.
Y contó que todos esos detalles fueron aportados por los testigos que declararon en la audiencia, que además manifestaron estar "cansados de que la banda lleve objetos robados a la terraza de esta pensión". Además, todos coincidieron en que habían sido obligados a pagarles una especie de "derechos de ocupación" por utilizar las piezas.
—¿Cuánto tiempo hacía que sus defendidos vivían en la pensión?
—Uno de ellos hacía una semana que había llegado y vivía con su mujer en una de las habitaciones. A él intentaron cobrarle esta especie de alquiler. En el caso del otro hombre, que es panadero, la que vivía en la pensión en realidad era su hermana y como esta banda había intentado desalojarla, él fue a ayudarla. Es ahí cuando se produce la pelea con la banda que luego fue detenida.
El temor de los comerciantes
"Después de lo que pasó, ninguno de los dos quiere volver a la pensión. El muchacho que tiene a la hermana viviendo ahí todavía está muy preocupado por la situación. El juez fue muy contundente al decir que no estaban probados los hechos de los que fueron acusados, desestimó el reclamo de la fiscalía y quedó claro que la banda armó un relato para incriminar a estas dos personas", concluyó Durando.
Luego de los incidentes ocurridos el jueves pasado, los comerciantes de la cuadra donde está ubicada la pensión se manifestaron cansados de los fuertes disturbios ocurrido en el lugar en los últimos meses y cuestionaron que siga sin ser clausurado a pesar de la cantidad de hechos delictivos que se registraron.
Y es que en los últimos meses, el botín de varios robos a negocios del microcentro santafesino fue encontrado en ese inmueble. A principios de julio, en el lugar la policía encontró mercadería que había sido robada a una casa de venta de artículos deportivos, y la historia se repitió con objetos de una casa de antigüedades y una santería.
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