domingo, 20 de mayo de 2012

SANTA FE: Ana María Acevedo: la muerte que mostró las injusticias en el sistema de salud

A cinco años del fallecimiento de la joven, un repaso por la causa que permitió sacar a la luz el incumplimiento de las normas en los efectores públicos. El aborto no punible y dos vidas perdidas

 

Durante meses. La joven estuvo postrada sin poder luchar contra el cáncer.
Durante meses. La joven estuvo postrada sin poder luchar contra el cáncer.


El jueves se cumplieron cinco años del fallecimiento de Ana María Acevedo y, una vez más, se reavivó el reclamo de justicia por ella y por todas las mujeres que ven limitado el ejercicio de sus derechos. Ana María tenía 20 años, tres hijos y una familia que la apoyaba. Su muerte y la de su bebé marcaron un punto de inflexión en el sistema de salud santafesino y en el debate sobre el cumplimiento efectivo del artículo 86 del Código Penal. A cinco años, los avances son importantes pero el camino por recorrer en pos de garantizar el acceso de las mujeres a la salud todavía es largo.

Este año el debate sobre la vigencia y el cumplimiento del artículo 86 del Código Penal volvió a ocupar las primeras planas cuando se conoció el fallo de la Corte Suprema de Justicia en el caso AG (una adolescente que había sido abusada por su padrastro y luego se sometió a un aborto). En el escrito la Corte aconsejó a las provincias que apliquen los protocolos necesarios para que las excepciones del Código –en caso de violación o de riesgo para la salud de la madre– puedan aplicarse sin necesidad de judicializar el pedido.

En Santa Fe, a cinco años de la muerte de Acevedo, ha habido importantes avances en el sistema de salud público que hoy garantizan que no sea necesario dar intervención a los juzgados para acceder al procedimiento en el marco que establece la normativa vigente. De hecho el año pasado se realizaron 17 interrupciones de embarazos en hospitales públicos de Santa Fe.


El último año de Acevedo
En mayo de 2006, Ana María concurrió al Samco de Vera, de donde era oriunda, para que se le extrajera una muela. Luego del procedimiento regresó al efector de salud porque presentaba fuertes dolores y durante cuatro meses le recetan antibióticos sin prestarle mayor atención al caso ni investigar cuáles eran las razones de la complicación médica.

Recién en noviembre ella llega a Santa Fe para hacer una interconsulta. En el hospital José María Cullen le hacen los estudios necesarios y le diagnostican un sarcoma, uno de los tumores más malignos. Allí se la deriva al hospital Iturraspe para iniciar el tratamiento oncológico indicado para esos casos.

Sin embargo, en la segunda visita al nosocomio, el 5 de diciembre, indica que presentaba un atraso en su período menstrual por lo que se le realiza una prueba de embarazo que da positivo. En ese momento se estima que estaba en la tercera semana de gestación. Pese a ser una mujer semianalfabeta, ella y su madre solicitan al médico un aborto terapéutico a fin de poder iniciar la radioterapia y quimioterapia que podrían haber salvado su vida.

El Comité de Bioética del Iturraspe desestima el pedido y la obliga a continuar con su embarazo hasta el 26 de abril cuando, con 25 semanas de gestación, le inducen el parto. Así nació una nena de 450 gramos que murió a los dos días. Tres semanas después, el 17 de mayo de 2007, tras una larga agonía, Ana María fallece.

Acevedo había sido diagnosticada con una grave enfermedad pero tenía grandes posibilidades de superar. El tumor tenía apenas tres centímetros cuando se lo detectaron y no se había ramificado. Las posibilidades que tenía de sobrevivir eran muchas. Sin embargo, fueron las presiones de los grupos conservadores y la ausencia del Estado las que pesaron más y lograron que la ley y los derechos de una joven pobre sean ignorados.

Antes del terrible desenlace su madre, Norma Cuevas, hizo un pedido desesperado para que se atienda la situación de su hija y se le permita tener la oportunidad de luchar por su vida. Sin embargo, ni las autoridades del hospital ni el gobierno provincial escuchó el reclamo. Incluso, luego de la muerte, se intentó esconder el pedido de aborto terapéutico y la única respuesta que dio el Ministerio de Salud provincial fue separar del cargo al entonces director del Iturraspe, Andrés Ellena.


El estado de la causa
En la actualidad, se espera la elevación a juicio de la causa por la muerte de Ana María Acevedo. El expediente se inicia porque se considera que negar un aborto terapéutico también es un delito ya que se ha privado a la paciente del acceso a los procedimientos que podrían haberle salvado la vida. En la misma están procesados, por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y lesiones leves dolosas, Ellena, y los ex jefes de los servicios de Oncología y Ginecología del mismo nosocomio, César Blajman y Raúl Musacchio, respectivamente.

También, por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público, están procesados la entonces directora del Samco de Vera, Sandra Barbieri; José Manuel García y Jorge Venanzi, del servicio de Radioterapia del Iturraspe.

Se designó un nuevo fiscal, Gerardo Alesso, que está analizando todo lo que se ha realizado hasta el momento y podría solicitar nuevas medidas –lo que supondrá contar con más pruebas– antes de pedir la elevación a juicio. La jueza designada par el seguimiento de la causa es Sandra Valiente.


La excepción que no fue

El artículo 86 del Código Penal establece cuáles son las excepciones en las que la realización de un aborto no es punible. El primero de esos dos puntos es en caso de que la vida de la madre corriere peligro y no hubiese otra opción para salvar su vida que terminar con el embarazo. Y el segundo es en caso de que la concepción haya sido producto de una violación. En ese sentido, el último fallo de la Corte al respecto no hace distinción sobre si la mujer violada es discapacitada o no y establece que todas las víctimas pueden solicitar la interrupción del embarazo.

El caso de Ana María claramente estaba contemplado en el Código y no hay excusa válida para que los profesionales de la medicina hayan desoído el reclamo de ella y su familia. De todas maneras es importante tener en cuenta que el sistema de salud santafesino le falló a Acevedo desde mucho antes, en Vera, cuando se le restó importancia a su dolor y no se le hicieron los estudios que le habrían permitido una detección precoz del cáncer.

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