El Tate perdía dos a cero en el primer tiempo con goles de Graciani y Ferreyra. Además se fue expulsado Villar. En el segundo tiempo lo dio vuelta con goles de Riaño, García Guerreño y Rivas.
Diario UNO |
Unión mostró dos caras muy distintas en el Nuevo Monumental. En el primer tiempo fue la peor, donde se fue a los vestuarios perdiendo 2-0 con 10 jugadores en la cancha, ya que Diego Villar fue expulsado infantilmente y se perderá el Clásico del próximo domingo 4 de octubre en el 15 de Abril. Sin embargo, en el complemento sacó a relucir su guapeza y lo dio vuelta para terminar festejando un 3-2, que lo consolidó en zona de Pre-Sudamericana. Gabriel Graciani (ex-Colón) y Osmar Ferreyra adelantaron al elenco de Leonardo Astrada, mientras que Claudio Riaño, Rolando García Guerreño y Juan Rivas, de penal, lo dieron vuelta para el Tatengue.
En el último instante el exdelantero de San Martín de San Juan, Boca e Independiente tuvo la chance de ampliar la ventaja, pero Adrián Bastía (fue expulsado en la infracción previa el arquero Carlos De Giorgi y la Crema no tenía más cambios para hacer) se lo atajó.
Para el olvido
En el comienzo del encuentro, el equipo que tuvo la pelota con mayor tiempo en su poder fue Unión, mientras que el dueño de casa no pudo anular la presión impuesta por el Tatengue, que con Diego Villar como abanderado intentó complicar al fondo de Atlético. Sin embargo fueron todas intenciones ya que también se observó un juego cortado, sin dejar de lado también que el balón estuvo más por el aire que en el césped en esa parte del encuentro.
Y aunque la iniciativa fue del Tatengue, la Crema no escatimó en esforzarse para querer imponer su idea de juego, buscando como primer nexo a Walter Serrano o el propio Adrián Bastía, pero intentando buscar abrir el juego con el Tanito Graciani y el Malevo Ferreyra por los carriles, pero fueron también aproximaciones y nada más. La realidad indicó que en 20’ de juego ninguno se cargó la iniciativa del cotejo, aunque desde el minuto 15 fue levemente más vertical en su juego Atlético de Rafaela.
La primera acción de peligro se registró recién a los 25 minutos, cuando Serrano entró al área chica, sector izquierdo de Unión y el tiro cruzó peligrosamente el sector de Matías Castro, quien se arrojó siguiendo atentamente el remate que tenía controlado.
De esta manera, paulatinamente la formación de Leo Astrada se transformó en forma peligrosa en el dominador de la tarde, y uno de los sectores que más buscó fue el lateral defendido por Mauro Maidana, en donde Graciani se hizo importante en el juego. Incluso fue el ex-Colón quien obligó a los 28’ a que el uruguayo Castro sacara una pelota bárbara. Pero a los 31’ el carrilero local no perdonó y fusiló al golero rojiblanco para poner el 1-0, que desde los 20 minutos justificó el resultado parcial.
Fue preocupante el trabajo flojo del mediocampo que no incidió nunca futbolística y estratégicamente y para colmo de males a los 35’ otra vez a las espaldas de Maidana, llegó un centro. La jugada siguió con algunos rebotes y Osmar Ferreyra aprovechó para quedar solo en el punto del penal y con un toque suave poner el 2-0 ante una formación conducida por Madelón que hacía agua por todos lados.
Pero, lamentablemente, el equipo de la Avenida siguió perdido en el campo rafaelino. A los 37’ le saltó la ficha y pensando en el Clásico de la semana que viene se quedó sin una pieza clave, ya que Diego Villar reaccionó muy mal con una agresión a Alexander Barbosa y el árbitro Patricio Loustau no dudó en expulsarlo al Pipa. Fue una tarde para el olvido, el Tate no dio un pase bien y lo que hizo fue todo por los carriles equivocados. Al cabo de los primeros 45’ lo mejor que pudo pasarle fue que termine, porque a la infantilidad de Villar la completó con un encuentro para el olvido.
Cambió la cara
Para el comienzo del segundo tiempo y luego de uno de los peores 45 minutos de juego del campeonato, Madelón dejó en los vestuarios a Mauro Maidana y colocó a Manuel De Iriondo, para que se asocie en el mediocampo debido a la expulsión de Villar. Con esta variante también defensivamente, Unión se paró con tres jugadores: Zurbriggen, Leo Sánchez y García Guerreño.
A pesar de que por lo menos en los primeros 10’ la alineación de la Avenida fue más criteriosa en cuanto al manejo de la bocha, quedó la sensación de que Atlético dominó los tiempos, haciendo correr el reloj porque el Tatengue no le causó nunca peligro al esquema defensivo de los dueños de casa, porque quedó claro que Unión no generó nada de lo que está en condiciones de hacer, literalmente no estuvo en cancha. El cotejo siguió, se mantuvo con el mismo juego, y a los 20’ Madelón sacó al amonestado Ignacio Malcorra pensando en el partido ante Colón.
El gol de la esperanza...
Pero a pesar del pésimo desempeño colectivo de Unión, a los 22’ y a la salida de un córner, con doble cabezazo en el área chica, fue Riaño el que descontó para achicar el marcador y poner un 2-1 inesperado en La Perla del Oeste. Pero los milagros existen en el fútbol y el Tatengue lo hizo realidad, porque a los 25’ igualó el partido y por la concentración que tuvo García Guerreño, que con el codo le sacó la pelota al arquero De Giorgi y aprovechó que Loustau no lo vio para empatar el encuentro, algo que parecía imposible luego del primer tiempo. Y la reacción continuó porque a los 35’ hubo falta a Riaño en el área, el árbitro hizo lo correcto y marcó penal que Rivas, con un toque suave a la izquierda del arquero, se encargó para canjearlo por el 3-2.
En la parte final, se agigantó la figura del arquero Matías Castro, tapando una jugada neta de gol para la Crema. En la contra, De Georgi derribó a Riaño en el área y se fue expulsado. El mismo delantero se encargó de ejecutar la sanción pero Adrián Bastía le adivinó la intención y no hubo tiempo para más. El Tate puso alma, corazón y huevos, y llega agrandado al Clásico del próximo domingo.
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