martes, 17 de junio de 2014

SANTA FE: Buscó a su hermana en la escuela y terminó con un tiro en la cara

La víctima es un adolescente de 14 años. Permanece internado en el hospital de Niños. Ocurrió ayer al mediodía en barrio Abasto.

“El chico está bastante bien... tranquilo. Lo único es que todavía le dura el susto”, dijo hoy Gastón Oporto, el padre del menor.- Foto:Danilo Chiapello

Laureano Oporto tiene 14 años y persigue un gran sueño: llegar a ser un gran futbolista.

Semejante objetivo quedó fijo en su mente ya desde niño cuando comenzó a dar sus primeros toques a “la redonda” en el Club Nuevo Horizonte.

Siempre supo que la empresa no era fácil. Mucho más si se proviene de un ambiente donde los recursos económicos no sobran.

La ilusión de Laureano cobija además un gran secreto. Poder ayudar a sus cinco hermanos menores, y sus esforzados padres, Gastón (trabajador del Mercado de Productores) y Soledad.

Pero ayer al mediodía los planes de toda esta familia estuvieron a punto de caer por el barranco, como consecuencia de un acto de violencia.

Fue cerca de las 12.30 cuando Laureano fue a buscar a sus hermanitos a la escuela de Cabaña Leiva. No estaba solo, lo acompañaba la mamá de los chicos.

Poco antes de llegar a su domicilio, en barrio Abasto, la madre junto a los más chicos, se apartó para realizar una visita a un familiar.

Laureano y una hermana fueron los que siguieron caminando. 

Fue entonces cuando estos últimos quedaron en medio de un tiroteo que estalló entre dos bandas de delincuentes, en la esquina de Reutemann y Doldán.

Si bien Laureano alcanzó a tirarse, al suelo uno de los disparos lo impactó de lleno en el rostro, a la altura del pómulo derecho.

Una vecina, que también venía en el grupo, fue la que primero auxilió al joven y lo trasladó hasta el dispensario del barrio donde le hicieron algunas curaciones.

Cerca del ojo

“El proyectil lo tiene en el pómulo derecho. La bala le quebró el maxilar y quedó en la cara. El plomo una vez que ingresó al cuerpo giró para abajo, por suerte. Menos mal... porque en caso contrario le hubiese afectado el ojo”, dijo hoy Gastón Oporto (33), el padre del chico herido, mientras aguardaba novedades en los pasillos del hospital de Niños. 

Consultado sobre la secuencia de los hechos, Gastón relató que “él había ido a buscar a sus hermanitos a la escuela de Cabaña Leiva”, recordó. “Venía con su mamá también.

En un alto del recorrido mi señora junto con los más chicos se van a la casa de una hermana a tomar unos mates. Laureano con la hermana más grande siguen caminando. Apenas hicieron dos cuadras cuando ven que dos bandas comienzan a tirotearse. Esto fue en Reutemann y Doldan”, relató.

Todos al suelo

Luego, “se tiraron todos a la vereda. Una señora que venía a la par de ellos fue la que dijo tírense al suelo que hay balazos. En un momento Gastón dijo: ‘ayudame... ayudame... que me pegaron’. 

Entonces esa mujer lo alzó y lo llevó hasta el dispensario.

Después lo trasladaron al hospital Cullen donde le hicieron un montón de placas hasta que lo derivaron acá donde quedó internado.

“El proyectil lo tiene en el pómulo derecho. La bala le quebró el maxilar y quedó en la cara. El plomo una vez que ingresó al cuerpo giró para abajo por suerte. Menos mal porque en caso contrario le hubiese afectado el ojo”, contó.

Sueños postergados

Más adelante, Gastón señaló que “el nene está consciente, tranquilo. Lo único, el gran susto que tiene.

“Está muy amargado porque todo esto le vuelve a postergar su sueño de deportista. Él juega en Nuevo Horizonte, de marcador central. Hoy justo lo llamó un amigo para hacer una preparación física aparte.

“Él ya hizo una prueba en Arsenal de Sarandí, en Buenos Aires. Le fue bastante bien y está ilusionado con eso porque después lo volvieron a llamar cuatro veces más. Lo que pasa es que después se complicó un poco porque yo no podía conseguir el dinero para los viajes. No había terminado de pagar el primero cuando lo llamaron de vuelta y no pudo ir. Entonces, le comenté a un amigo que me dijo que lo iba a acondicionar bien físicamente para después poder llevarlo.

“El juega en Nuevo Horizonte desde los 5 años. Siempre estuvo en el mismo club. Su sueño es el de ser futbolista”.

Pelean por drogas

Por último, el padre del menor herido reveló que “no es que sólo en barrio Abasto hay violencia. Todos los barrios están mal. Mis padres viven en Santa Rosa de Lima y me comentan que no pueden salir. Tengo conocidos en Loyola y en Yapeyú, allí la situación es la misma. 

El tema acá es que se pelean por los puestos de droga, por los territorios. Además, uno ve cómo circulan las armas. Los tiroteos se arman a toda hora y en cualquier lugar. El drama es que la pueden ‘ligar’ gente inocente”, culminó.

EL LITORAL.

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