domingo, 9 de febrero de 2014

Bullying: mucho más que un juego de chicos

PRODUCCIÓN. NANCY BALZA. 

Hostigar, perseguir, agredir, humillar, insultar, divulgar rumores, lastimar pero también ignorar a otro son formas de bullying, un problema grave que tiene a las escuelas como principal escenario (aunque se manifiesta también en otros contextos) y a alumnos y alumnas como víctimas de sus propios pares, y que fue creciendo en los últimos años de manera exponencial, manifestándose a través de nuevos espacios como el que ofrecen las redes sociales.

El tema cobró fuerte protagonismo el año pasado, tanto por la difusión de episodios de extrema gravedad como por la sanción de una norma nacional específica sobre este tema. Fue en septiembre cuando la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley el proyecto destinado a prevenir la violencia en las escuelas, a través de la “promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas (ver La ley)”. En nuestra ciudad, la Municipalidad lleva adelante por tercer año el proyecto “Bullying, el peligro silencioso” en un trabajo integrado con escuelas de todos los niveles y la premisa de promover la mediación como forma de resolución de conflictos.

Además, el año pasado el tema se abordó en el VI Congreso Internacional de Educación que se desarrolló en la Universidad Católica de Santa Fe con la participación de profesionales de primer nivel.

También fue eje de la reciente campaña del Consejo Publicitario Argentino, que en la canción interpretada por el cantante Emanero sintetiza los principales tópicos del problema.

¿LA VACANCIA DEL LUGAR ADULTO?

La psicopedagoga y psicoanalista Edit Villaggi propone pensar a lo que el término “de moda” bullying nos convoca. “Lo primero que llama la atención es la condición de reiteración. ¿Qué hace que una conducta agresiva, con consecuencias a veces devastadoras, pueda ser llevada a la práctica reiteradamente si no la ausencia de quien debe evitar que ocurra o cuestionarla? Lo que lleva obligatoriamente a interrogar el lugar adulto”.

En este punto, analiza que “el ser humano, por la condición de indefensión con la que nace, se constituye desde el Otro que lo aloja, lo sostiene e interdicta para que pueda arraigarse como un sujeto original. El proceso hacia la madurez lleva un tiempo mucho mayor al de cualquier otra especie. 

El abandono prematuro de estas funciones culturalizadas, aunque encarnadas en los adultos a cuidado, llegan hasta poner en peligro la vida misma. La intervención en la normativación de los vínculos tendrá efectos en lo familiar y también en lo cultural a lo que anuda. Cuando se presenta una problemática en la que aparece un niño o adolescente como víctima, ese lugar adulto está deshabitado.

Por lo tanto, al hablar de bullying en vez de homogeneizar y patologizar una conducta infantil o juvenil, con el objetivo de regionalizar, separar y aislar el fenómeno, lo que debemos hacer es cuestionar los ámbitos en los que el adulto ha dimitido: familiar, escolar o social. 

El término bullying puede hacernos caer en la trampa de pensar que existe una patología que se da entre los muros de la escuela, descontextualizando tiempo y lugar social”.

Por su parte, la escuela “ocupa un lugar de terceridad, de representante cultural por el que transmite un legado, como mandato social, de saberes pero también de normativas culturales”. Precisamente, “la escuela espeja las condiciones culturales de la que emerge y las disfunciones operacionales con las que se enfrenta se corresponden con los signos sociales de los tiempos históricos. Si el ideal del momento es que ‘nada es imposible’, que todo puede hacerse, y el empuje al consumo de objetos pretende suplantar la identidad, no es sencillo que funcione una ley que delimite los comportamientos esperables para convivir con la promesa de recupero de otras maneras de satisfacción que surjan del mismo lazo social. La urgencia desplazó a la espera y trabajo para obtener lo que se quería. El estudio prometedor de un futuro mejor con ideales sociales como motivadores se suplantó por conseguir ya y de cualquier manera los bienes de consumo que ‘construyen’ el ser. El cliente suplantó al ciudadano”.

Por último, “las familias que conforman la sociedad también están insertas en el discurso dominante. 

Los adultos no hacen pie en la vertiginosidad del momento y la ‘realidad líquida’ que debilita lazos sociales. Rechazan las pautas con las que fueron educados frente a la propagación del nuevo modelo en el que un ‘No’ es difícil de sostener, cediendo el lugar de garantes de un crecimiento cuidado, amoroso pero firme, de sus hijos”.

SIN ETIQUETAS

Villaggi advierte que “la dificultad de contener los impulsos para procesar situaciones conflictivas se traduce en la actuación sin mediación del hecho agresivo, modos de expresión sin palabras, golpeando su cuerpo o el de otros. Es propio de edades tempranas el aprender a controlar la acción a medida que la simbolización anuda el comportamiento y lo regulariza. En esa instancia el adulto no es en absoluto prescindente. Sin embargo, algunos especialistas piensan en las estrategias para la solución del fenómeno, como si se tratase de una cuestión entre pares en la que los adultos no tuviesen nada que ver. Cuando hay una situación de maltrato hacia un niño, en el ámbito que fuere, hay un adulto que abdicó a su función”. En ese sentido, considera que “cada exabrupto, cada escena desregulada requiere de un estudio particular. Cada caso responde a una lógica. Abrir el interrogante para escuchar qué dice un niño o joven con lo desmedido de su acción, puede ser la oportunidad que elige el ámbito educativo para ser presentada, escenificada”.

Por eso, para la profesional “nominar como acoso o bullying esta circunstancia exime del interrogante que les cabe a los adultos (padres, docentes, profesionales) de su implicancia en la situación que denuncian. Los diagnósticos como etiquetas, la judicialización y la medicalización de la infancia operan en el mismo sentido”.

“En las prácticas educativas el lazo social permite la regulación de los comportamientos y las intervenciones deben considerar tres dimensiones: lo social, que incluye el trabajo con las familias, lo institucional, cuestionando las causas de malestar que puedan darse dentro de lo escolar y lo subjetivo de cada integrante con sus problemáticas particulares. Teniendo presente el grado de dificultad de su función, en lugar de repetir lo que se da en la cadena de discurso social, con sus estigmatizaciones, sus rechazos y exclusiones, con el etiquetamiento rápido y la dificultad de alojamiento, debería reinventarse como un lugar catalizador de voces y angustias para producir desde allí una nueva oportunidad, un nuevo acto educativo”, opina Villaggi. y concluye en que “la violencia en edades tempranas lo que acusa es el desamparo”.

POR UNA CIUDAD LIBRE DE BULLYING

Por tercer año consecutivo el Gobierno de la Ciudad desarrolla el proyecto “Bullying, el peligro silencioso”, que integra el aporte de profesionales de diferentes áreas, y se nutre en su capacitación de un convenio con el Equipo Bullying Cero. El objetivo es dotar de herramientas a los docentes para que sepan cómo prevenir y abordar situaciones conflictivas en las aulas, además de promover la participación de los propios alumnos y, por extensión, lograr que los padres se involucren en el tema.

Liliana Gaineddu, directora del Programa de Educación Ciuidadana; Franco Ponce de León, director de Derechos Ciudadanos y Gabriel Maurer, integrante de la dirección expusieron a Nosotros detalles del programa que se desarrolla en conjunto con la Secretaría de Educación, a cargo de Rossana Ingaramo. Ante la fuerte presencia que esta problemática estaba adquiriendo y la presunción de que los docentes no contaban con herramientas para afrontarla, desde esa área se convocó a establecimientos educativos públicos y privados, primarios y secundarios. La respuesta fue positiva, pero además, una encuesta previa reveló que el 90 % de los docentes habían vivenciado o habían sido testigos de un hecho de bullying en el aula o en la escuela, y un porcentaje importante no habían tenido nunca una charla ni información precisa sobre el tema.

El trabajo continuó durante el año pasado, con dos objetivos fundamentales: la mediación escolar para la resolución de conflictos y que cada establecimiento tenga su programa antibullying. Pero desde finales de 2013 el eje está puesto también en las redes sociales como vía para materializar el hostigamiento, aspecto que se va a profundizar a lo largo de este año.

LA LEY

En septiembre del año pasado, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó la ley que establece las bases para “la promoción, intervención institucional y la investigación y recopilación de experiencias sobre la convivencia así como sobre el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas de todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional”. A continuación, algunos aspectos destacados de la norma:

- Entre los principios orientadores de la ley se incluye el respeto irrestricto a la dignidad e intimidad de las personas; el reconocimiento de los valores, creencias e identidades culturales de todos; el respeto y la aceptación de las diferencias, el rechazo a toda forma de discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión en las interacciones entre los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo las que se produzcan mediante entornos virtuales y otras tecnologías de la información y comunicación; el derecho a participar de diferentes ámbitos y asuntos de la vida de las instituciones educativas, y la resolución no violenta de conflictos y utilización del diálogo como metodología para la identificación y resolución de los problemas de convivencia.

- Se prohibe expresamente cualquier medida que atente contra el derecho a la participación de los docentes, estudiantes o sus familias en la vida educativa institucional.

- Establece que las sanciones deben tener un carácter educativo, enmarcándose en un proceso que posibilite al educando hacerse responsable progresivamente de sus actos, según las características de los diferentes niveles y modalidades.

- Prohibe sanciones que atenten contra el derecho a la educación o que impidan la continuidad de los educandos en el sistema educativo.

- Dispone que el Ministerio de Educación de la Nación, con el acuerdo del Consejo Federal de Educación promueva el desarrollo de estrategias y acciones para fortalecer a las instituciones educativas y los equipos docentes y de supervisión, brindándoles herramientas y capacitación para la prevención y el abordaje de situaciones de violencia en las instituciones educativas. Además deberá impulsar la consolidación de espacios de orientación y reflexión acerca de la conflictividad social, y elaborar una guía orientadora con líneas de acción, criterios normativos y distribución de responsabilidades de modo de prevenir y actuar ante situaciones de violencia producidas en el contexto escolar. 

RECURSOS EN LA WEB

Datos, cifras, recomendaciones, formas de reconocer una situación de bullying y de abordar el tema con los chicos y chicas tanto en casa como en la escuela en las siguientes páginas web:

- http://www.santafeciudad.gov.ar/servicios/derechos_ciudadanos/santa_libre_bullying.html
Síntesis del programa “Santa Fe libre de bullying” del Gobierno de la Ciudad de Santa Fe en conjunto con el Equipo Bullying Cero.

- http://www.bastadebullying.com/parents.php
Campaña de Cartoon Network con recursos para chicos, padres y docentes.

- http://plan.org.co/files/informe_ejecutivo_bullying
Resumen ejecutivo de violencia escolar en América Latina y el Caribe, a cargo de Plan Internacional y Unicef.

- http://consejopublicitario.org/?p=4744

- www.sinohacesnadasosparte.org
Campaña de comunicación del Consejo Publicitario Argentino, con música del artista de rap argentino Emanero y asesoramiento del Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia (EDNA), Neuroeduca y Fundación Arcor.

- http://www.grupocidep.org/equipo_bull.html
Página del Equipo Bullying Cero, del Centro de Investigaciones del Desarrollo Psiconeurológico.
El Litoral.

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