jueves, 18 de julio de 2013

SANTA FE: “La bala que mató a Félix nos hirió a todos en barrio Transporte”

Así lo señalan los vecinos del hombre asesinado el lunes exigieron que el caso no quede impune.
 Este martes a las 17, una chica de poco más de 20 años y su mamá, esperaban que llegara el colectivo de la línea 16, en la parada ubicada en Risso y 1º de Mayo, exactamente, en el mismo lugar donde el lunes, poquito después de las 5, Félix Acosta fue baleado de muerte cuando intentó evitar que un motochorro le robara la cartera a su esposa Griselda, que trabaja como enfermera en el hospital Iturraspe. 
La jovencita que ayer esperaba el ómnibus es compañera de trabajo de Griselda. Muchas veces, se encontraban los cuatro en esa parada. Pero el lunes era su franco y se quedó durmiendo. Tampoco estaba en la parada en el trágico momento una joven mujer policía, que también es acompañada por su padre para esperar el colectivo y que a veces coincidía con Griselda en la espera. El lunes, ella entraba más tarde.

Tal vez, el hecho de que ese día la espera fue más solitaria de lo habitual, incidió en la oportunidad que vio el delincuente que no dudó en gatillarle al hombre de 71 años. Pero la brutalidad del ataque hace dudar a muchos de que más o menos cantidad de personas hubieran frenado la violencia. “Especulamos muchas cosas, le damos vueltas a lo que pasó y no sé si sirve de algo”, dijo José, uno de los cuatro hijos de Félix Acosta. Aún no se recuperan del shock que les causó escuchar el disparo, levantarse corriendo de la cama y tener que trasladar a su padre que se desangraba, hasta el hospital Iturraspe.

Hasta que lo atrapen 
“Muchas veces yo la llevaba a mamá en la camioneta a trabajar, pero ese día la necesitaba para trabajar”, agregó y quedó en silencio. Es que el muchacho de 21 años no puede evitar pensar que el destino de su familia podría haber sido otro.

“Les pido que no me saquen más fotos, por lo menos hasta que no atrapen al verdadero responsable. Estamos muy asustados. Les queremos agradecer el apoyo a todos los vecinos y también a todas las personas que trabajaban con mi papá. Hemos recibido saludos de todos lados, lo querían mucho. Lo único que rescato de toda esta situación es saber que tanta gente lo apreciaba mucho a mi papá”, agregó José.

Los cuatro hijos de Félix, o Paco como lo conocían los vecinos, trabajaban con él, en el rubro de la construcción. “Ahora quedaron 20 familias que trabajaban con nosotros esperando ver qué pasa. Tenemos un montón de cosas que resolver con urgencia y queremos poder hacer el duelo”.

—¿Cómo se enteraron de lo que había sucedido?

—Escuchamos el disparo y los gritos de mi mamá. Estábamos todos despiertos, porque nos levantamos muy temprano. Yo a las 4.30 escuché que mi papá la levantaba a mi mamá. «Te quedaste dormida, negra», le dijo. Ella salió sin desayunar, y se fueron los dos. Escuchamos el disparo y salimos corriendo. Lo vi a mi papá tirado, busqué la camioneta y lo subí. Se desangró en el camino. Mi viejo murió en mis brazos.

—Hay dos personas detenidas que podrían estar vinculadas con el caso. ¿Ustedes recibieron alguna comunicación formal al respecto?
—Todavía no. A mi mamá le dijeron que cuando tuvieran algún dato certero, la iban a llamar para que haga un reconocimiento. Pero aún no nos han hablado. Nosotros pedimos que detengan al culpable. No que agarren a cualquiera sólo para acallar a la gente que exige justicia. Nos enteramos que decían que en un allanamiento habían encontrado la llave de mi mamá. Eso no es cierto. Lo único que se lleva el delincuente es su billetera.

Arrebatos violentos
Los vecinos de la zona ayer tampoco podían evitar mostrar el dolor que sentían por la pérdida de Paco. La inseguridad, los arrebatos, son una preocupación permanente entre los habitantes del lugar fronterizo entre barrio Transporte y barrio Belgrano, pero no esperaban un caso tan violento.

“La plaza es un lugar complicado a veces, sobre todo a la hora de la siesta. Se juntan muchos chicos, algunos no son del barrio. No es fácil. Desde el negocio vemos arrebatos casi todos los días. A mí me tocó el año pasado, que me asaltaron tres tipos a mano armada, es muy preocupante”, contó Gabriela, una comerciante de la zona.

Y con ella coincidió otro de los entrevistados, que hace más de 10 años que tiene una carnicería en el lugar: “El barrio cambió mucho. Se ve a mucha gente que anda en moto y ahora uno sospecha de todo el mundo. Nosotros atendemos y tenemos las rejas para protegernos un poco. Todo el mundo toma alguna medida de prevención. Pero está claro que nada alcanza”, indicó.

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