martes, 14 de agosto de 2012

STA FE: "No podemos inventar normas si no responden a un consenso previo"


Lo manifestó el docente Edgardo Saux, jurista paraticipante del proyecto de reforma. La pesificación de deudas, los derechos sociales, de familia y de las personas, así como la biotética, en el centro de la discusión.

La reforma del Código Civil se instala, desde hoy, en el ámbito legislativo y comienza así un debate que se prevé extenso, profundo y complejo. La Comisión Bicameral del Congreso da paso a una serie de consultas en la materia que, en un corto plazo, comprenderá a las Universidades Nacionales, entre ellas a la del Litoral. La discusión central parecería girar en torno a los derechos de familia y de las personas; no obstante y en consonancia con la unificación de los Códigos Civil y Comercial, un tema de singular importancia se traduce en la intención de pesificar deudas.
Al respecto, el docente de la UNL y jurista Edgardo Saux –uno de los responsables de la elaboración del proyecto en cuestión– explicó que “dentro de algunas de las modificaciones, se encuentra la responsabilidad del Estado. Se saca de la responsabilidad del Estado del derecho privado, del derecho civil, y se remite al derecho administrativo”.
En cuanto a la mentada pesificación de deudas, el interrogante se plantea en torno a si la medida puede aplicarse hacia atrás en el tiempo. “De acuerdo al código vigente, cuando el Código se sancione, esa norma se aplicará a los contratos que no hayan vencido antes de la fecha de entrada en vigencia, a los que hayan vencido antes se les aplica la norma actual”, puntualizó el académico en diálogo con LT10.
En el mismo marco, Saux destacó el proceso de consenso que se abre de ahora en más en cuanto al análisis y los ejes de la reforma planteada. “Es un proceso interesante por lo democrático”. “Los temas conflictivos del proyecto, los que pueden generar debate social, pasan por los derechos de familia y de las personas. Hay sectores de la comunidad –entre ellos, la Iglesia– que tienen sus reservas”, admitió el especialista.
En torno a cuestiones espinosas, como la bioética, la nueva norma no deja de instalarse en un panorama internacional. “Una cosa es lo que me dice la norma, y otra cosa es lo que me pide la sociedad. Una norma puede ser de avanzada, pero quizás socialmente no obedece a un requerimiento. El derecho es un producto cultural, como el idioma –definió el jurista–. Cuando la ley va más rápido que la sociedad, tenemos un desfasaje. Tampoco podemos inventar normas, en la medida que nos respondan a un consenso previo”, argumentó finalmente Saux.

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